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Ricardo Molinari

Ricardo Molinari

Argentina: 1898-1996

Poemas de Ricardo Molinari para leer.

Si el olvido es agua y el recuerdo fuego: Poema de Ricardo Molinari en español fácil de leer

Panegírico: Poema de Ricardo Molinari en español fácil de leer

Ricardo Molinari: Mi pasión tiene la forma de un río apresado

A Luis J. Morganti

Mi pasión tiene la forma de un río apresado por
el desierto,
como por una noche penetrante,
inmóvil.

Amor es abrir la arena con narcisos.
(Dejen mi rostro apoyado en el agua
hasta que se me enfríe la voz,
solitariamente.)
Deseo una corona abandonada por su cuello,
besar el aire de su cabello hasta llenarme de vacío
De otra vida.

Nadie sabe hasta dónde llega el destierro;
que hace la tarde con un clavel, con un día caído
de mi mejilla.

el cielo es cielo, y yo estoy tan lejos,
como una lanza junto a una cota empañada
por los arroyos de la noche. Ay, en un costado de la tierra,
con un nombre sordo,
mojándome el cuerpo distraído.

Poemas y poetas argentinos

Poema de la niña velazqueña: Poema de Ricardo Molinari en español fácil de leer

Ricardo Molinari: Si yo pudiera verte rama ardida

Si yo pudiera verte rama ardida,
prometida de espejos -flor de celo-
quebrando el aire dulce sin consuelo,
en ámbitos de lumbre despedida.

Espacio estéril, cielo sin salida.
¡Ay, qué gozosa muerte es tu anhelo
de agua y tierra apretada, de tu cielo
sin ángeles! Tu cielo sin huída,

allí, donde mi voz está callada,
con el borde deshecho, con la frente
sin tarde: ¡clavel!; rosa desolada.

Sueño de sueño, luna de gemido,
-claridad despoblada- impaciente;
sí, campo, mar, estío, aire querido.

Poemas y poetas argentinos

Ricardo Molinari: Yo te he querido bien. Nunca lo sabrá el polvo

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Yo te he querido bien. Nunca lo sabrá el polvo
de tu cuerpo,
ni tu cama desolada, sin noche entera.
-Tampoco sabe el hielo si la montaña siente,
cuando le oculta las nubes
una rama de tierra muerta-.

Yo amo como en un sueño perdido.
Me agrada sentirme vivir;
mi cuerpo es torpe porque llevo el pensamiento lejano,
y la soledad rodea mis latidos
con su calor sin mejillas.

Hoy es día de mi cumpleaños, y deseo estar todo para ti
-como si estuviera muerto -
lejos del otro mundo, sin azul, sin hombres que metan sus palabras
en mi cuerpo distraído.

Tal vez ya no te acuerdes de mí. Qué importa.
El recuerdo es igual a una llovizna
sobre un largo acueducto.

El viento del Otoño mueve las hojas de los árboles
y el frío abre sus manos en una pampa de ceniza.

Yo quisiera estar en el campo junto a un río,
o al lado de un amigo verdadero,
porque estoy melancólico.

Mi corazón desearía quedar dentro de tu pecho.
¡Quién entiende el amor
sin un lirio morado entre las cejas,
sin un bronce húmedo apretado en el cuello!

Poemas y poetas argentinos

Ricardo Molinari: Yo quisiera ser feliz como un pie desnudo en una playa

A Victoria y Enrique

Yo quisiera ser feliz como un pie desnudo en una playa;
como un reno frente al mar;
como la cinta llena de muerte de la gorra de los marineros;
como la hoja de ciprés que guarda el horizonte de las estatuas;
como duerme el Condestable de Castilla en la Catedral de Burgos;
como la hoja y la corona del laurel;
como tu sombra de plomo, dormida entre columnas y peces;
como el aire desierto.

¡Pero yo estoy con tu muerte sin pronto!
Con un cielo que se cansa de mirar los pastos;
con un cielo que vuelve hacia sí la mirada
de piedra y nieve
que llevo colgada de los dientes. Yo sé que él consuela a algunos,
pero a mí me destemp!a el corazón, de flor apretada,
de espuma sin raíz, de gemido impedido.

Pero tu muerte es tu muerte: sin murallas, con todo el tiempo
distante en la boca.
¡Como el aire desnudo!

Poemas y poetas argentinos

Ricardo Molinari: Quisiera llegar por su boca, como por un pueblo desierto

Quisiera llegar por su boca, como por un pueblo desierto,
al centro de su cuerpo;
quisiera despojarme del horizonte, de un escorpión
azul alejado del día;
quisiera volver a ser otra mañana
junto a un caballo con cola de pescado.
Pero no; cuando se me queda el corazón
por la piel distraído,
igual que una tierra sorda, inmensa,
me siento desamparado
porque nunca le ha de llegar la muerte,
porque su pelo ya no se humedecerá dentro de mis ojos.

A veces quisiera apagar su río amarillo,
su vida pegada como una hoja en mi sed.
¡Nada! Quisera dormir con una mano
sobre su seno.

Poemas y poetas argentinos

Ricardo Molinari: Una rosa para Stefan George

Il va parmi ses fleurs;
et les souffles de l’air

Hölderlin

(Similis factus sum pellicano solitudinis)

No es la paciencia de la sangre la que llega a morir,
ni el sueño ni el mármol de Delfos, sino el polvo
que se calienta entre las uñas.
Qué importa morir, que se borren las paredes como un río seco;
que no quede una flor en la calle con su borde de luto en la frente,
ni el viento sobre las piedras podridas.

Qué haces allí, tronchado sin humedad,
con tu dicha sin aliento, con tu muerte tendida a los pies.
Con tu espuma llena de ceniza. Desdeñoso.

Ya vendrán los hombres con el ruido, con los gestos;
pero el odio seguirá intacto.

Todos te habrán estrechado la mano alguna vez,
y tú habrás bebido la cicuta en la soledad,
como un vaso de leche.

Adiós, país de nieve, de ventisca agria, sin gentes que digan mal
de ti. Eterno. Desnudo.
La sangre metida en su canal de hielo
- fuego sin aire - Jordán perdido. Si el tiempo
tuviera sentido
como el Sol y la Luna presos;
si fuera útil vivir,
si fuera necesario,
qué hermoso espanto: tengo la voluntad avergonzada.

Yo soy menos feliz que tú. Me quedo combatiendo
sin honor,
con un haz de ramas en las manos.
Duerme. Dormir para siempre es bueno, junto al mar;
los ríos secos debajo de la tierra con su rosa de sangre muerta.

Duerme, lujo triste, en tu desierto solo.

¡Esta palabra inútil!

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Ricardo Molinari: Soledades

De ayer estoy hablando, de las flores,
de la fuerte agua, transparente y fría,
del alma, de la luna abierta, ¡oh mía!,
de un ángel dulce y solo en los albores.

De tantas noches secas y menores,
del perseguido bien sin alegría;
del aire, de la sombra y la agonía,
de lumbres, cielos y arduos pasadores.

De ti, tiempo llegado y desprendido,
que vas en mí y me dejas en velada:
solitario, desierto y sin sentido.

Y encima de ti, vida delicada,
cabello suave, quieto y advertido,
la muerte sueña y mueve su morada.

Poemas y poetas argentinos

Ricardo Molinari: Sí, qué tejado, qué sombra de madera sobre el último día

Sí, qué tejado, qué sombra de madera sobre el último día.
Cantaba el mar en playas de níquel, el mar lleno de sudor,
siempre el mar.

Yo estaba desesperado como si ya no quedara otra vida,
como si el mundo fuera plano
y mi sueño estuviera colgado de una pared.

Sí; el amor, la carne, el triste sueño. Yo no quería morir,
no quise llevar una flor transparente sobre el hombro pasajero;
dejar de ser un pobre árbol sin jacintos.

(Mañana, cuando esté sereno, todo se me ha de volver tonto;
ya estoy sordo
de llevar mis ríos a un corredor;
de dirigirme a una frase viviente entre montañas,
a un vaso de café, a una canción, a toda una noche sin dormir.

Pero el amor es el amor,
y yo tolero lo que me ayuda a ser diferente:
silencio entre dos hojas, espacio entre los hombres.)

Poemas y poetas argentinos

Ricardo Molinari: Si te vieran subir desnuda, sola

Si te vieran subir desnuda, sola,
sin turbación, queriendo llegar ciega
a la tierra, sujeta, con tu aureola
de jacinto, de llama que se niega.

Sí, si te vieran salir del mar, una
mañana, con los muslos abrazados
por serpientes -de frío hondo, de luna
que no quiere morir-, desesperados,

te hallarían cantando desasida,
con la memoria inútil, diferente;
en tu destierro solo, transparente.

Amor de amor, palabra dulce, huída
hacia otro sueño sin defensa. Río
ardiente, suspirado. Aire de envío.

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