Poemas de Otoniel Guevara para leer.
Siempre manché, rasgué y detesté el uniforme.
Siempre busqué bajo las faldas de las niñas.
Y nunca encontré mi loca historia de amor.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
veníamos de mundos haraposos
cargados de peleas y vejigas
nos encontramos en el apretón justo
en el beso preciso
resultó fácil conquistar las cataratas
los fuegos
los venados
la calma
y es que veníamos de mundos desnudos
donde cualquier caricia
podía ser un dios
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Intentaba deshacerme de mi corazón
pero ningún mendigo tuvo a bien aceptarlo
lo icé entonces encima de los hombres
-imponente
prodigioso-
y los hombres inquirían por el patrocinador
despiadada ciudad
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Camino entre las ruinas bien construidas
de una ciudad suicida
y no me siento parte.
hay cáncer ent odo esto
y yo me siento aparte.
Es de noche. No hay ruido.
La muerte ya no existe.
Todavía hay un cielo. Y nubes. Y dolor.
Y pronto vendrá la muerte sólo para decirme
'ya no existo'.
Entonces yo sabré
que no fue inútil besarte.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Luna,
laja de aroma.
Ombligo inquieto,
inquietante.
Juguete que no acaba de caer en mis manos.
Luna,
hoja martirizada por hormigas de cal.
Mi dolor está tapando tu luz,
silenciando tu voz de quietud.
Cierta vez quise cortarte para Ella, luna,
colocarte entre sus labios o su pelo,
pero sólo la hubieras convertido en paisaje,
en rupestre arte rupestre.
Ahora Ella se nombra Saudade
sin tu ayuda.
Ahora, luna, te invito a probar este vino:
No olvidés que es mi corazón el que te mueve.
a Roberto Armijo
El poeta en la noche eternamente extranjera
irrumpe con su lámpara de serena amargura
Sonríe a los mendigos
Sonríe a los murciélagos
Sonríe al millonario que casi lo atropella
Su lámpara se aviva
pero nadie la escucha
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Este día me levanté desmesuradamente tarde
Miré mis manos
Indagué mi esqueleto
El horizonte no tenía sentido
El sol tostaba los techos de las casas
En la calle
ni los perros ni los panaderos quisieron relatarme
la manera en que murió el amanece
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Casi pierdo los ojos
al mirarte desnuda
Y casi los pierdo definitivamente
cuando dejé de verte
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
De berdad nunca importó tu mala ortografía
Si supieras cuánta compañía me hacen tus palabras
Aunque estén detenidas, aunque digan
cada bez menos cosas
Cuánta ternura cosechan
aunque no biba ni una tan sóla "v"
en ellas
haunque hayan haches que huyendo de la horca
se hayan hincrustado a la horilla de hun hadjetibo
Lo himportante es que no te detubiste
a pensar en los herrores
y eso no les quitó el rostro ni el llanto ni el fuego
a tus palabras.
enterré mi testamento en tu vientre
ante la incertidumbre de los murciélagos
que no captaron la transfusión de palpitares
(cuando exhalabas mis huesos
el Universo
se hizo miles de versos
y viceversa)
con un chorro de sangre y de viento
toqué tu frente de barro
para iniciar el ritual
de la melodía
luego
buscamos la llamita verde
de todos los orígenes
e hicimos la luz
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Amonestan al hombre
que en harapos
busca a Dios en un bote de basura
¿Qué si en ningún corazón tuvo tal suerte?
¿Qué
si a los niños vio muertos en la calle?
¿Acaso usted, lector, puede ayudarle?
¿Acaso usted ha secuestrado a Dios
y por eso este hombre
ya no puede salvarse?
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
a Dalia, por salvarme con una manotazo de poesía.
¿Acaso se puede vivir con las gavetas vaciadas, el pelo revuelto,
la sombra marchita?
Soy un perro
poseo únicamente mi dolor
y todas las calles de la tierra
No ladro
Unicamente muerdo
No tengo pulgas no ardo en jiote el moquillo
no podrá acabar con mis días
Soy la muerte y no necesito de disfraces
No orino las paredes:
Orino el dinero de la gente
Las costumbres de la gente
Las máscaras de la gente
¿Acaso se puede morir cuando se es dueño
de un planeta entero?
Todo ha sido pintado con este insultante color negro
Sangre muerta
Reconozco el río por el chapoteo, pero
¿No es también líquida la baba de los perros rabiosos?
Soy un perro
lo sé porque respiro el suelo omnipresente
No seré un simple dato verificable
mientras me asista el rumor de la poesía
Ella lo ha dicho:
«nadie es estadística si pronuncia tu nombre»
Y Ella dijo «Otoniel»
Yo dije «Perro»
La soledad calló y cayó la noche
¿Acaso se puede morir
si hay alguien en el mundo que pronuncia tu nombre?