Poemas de André Cruchaga para leer.
Recuerdo las frondas del combate
Frente al tiempo que parecía
Estático, frente al campo abierto.
Pregunté por ti desde las ramas
Del sueño y su claroscuro:
Supe que podíamos tallar
Nuestras figuras y macerar
El alma con la corriente hipnótica
Del anhelo y del buen augurio.
No creo que olvides al brazo
Que espera abierto para recibirte;
Porque el olvido como la espera
Lucen como el llanto
Y el pecho ahógase en su respiro.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Traigo soledad. Creció conmigo.
Tú sabes que ha sido un deshilván
Que en ti ha desbocado
Como un secreto atajo.
Entre palabras y palabras
Hemos hecho ríos y tejidos.
Nadie sabe el sacrificio
De crecer callando y desangrar;
Nadie puede entender la tormenta
De rubores indecisos de sí mismos.
Umbrella del aliento
Y de este gozoso sacrificio.
Nada es si las caídas
Naufragan en silencio
Y quedan sólo sus espectros.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Bajo una vieja casa
De impecables paredes
Tabanco y azogue
La lengua del cielo
Como una vieja isla
Tartamudeando en su nocturno secreto
Mientras al otro lado del espejo
Los jinetes pasan
Cabalgando en fuego
Van tras la luz en la luz
De un puñado de sueños:
Cuerpos de exilio en el silencio.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Venía ya con el ataúd
de la muerte
con el ojo que presiente
el hollín de los fantasmas
dejó caer su boca seca
su diálogo con el soplo del silencio
descendió por los huesos el umbral del fuego
la lámpara febril del viaje
y olvidado de la sed
la agonía de uñas largas
fue creciendo hasta caer en el vacío
había otras almas con sus bocas mudas
había noches quitando tejas de las veredas
había cánticos rodando como sacos de harina
había gritos tiritando en el suelo
había una luz palpitando
a los oídos de alguien que dijo
levántate y vete
sal
sal de aquí antes que el hambre
o alguien te ponga un cuchillo en el cuello
y el hombre caminó
para vivir otros calvarios
Ni el mar ni los ríos desfiguran sus aguas
eternos e inmensos en su empeño
nunca en acecho nunca persiguiendo
están allí en su límpida fluidez
más interminables que caracoles nocturnos
yo me adhiero a ellos conmovido
pero también porque pertenezco a su grito:
a esa voz de estrépitos y desplomante
de hoguera líquida
de olas
de retumbos
yo me adhiero a la locura de la libertad
con su lenguaje de furtivos sueños
con sus piernas chapoteando en todos los sitios
hasta ser definitiva comida para todos.
Ni una luz. Todo oscuro:
El cuerpo en su cárcel
Parece un nudo sepulcral.
A veces la realidad es triste:
Tormentas devastan su interior.
En la tierra se deshace la lluvia:
Su misterio golpea
Lentamente como el deslumbramiento.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
En las nubes de invierno,
El cielo se oscurece,
Mi libertad se hunde:
La ilusión es velo.
Siempre estoy desnudo:
La lluvia dilata
Esperanza y fuego...
¡Ah, nube de invierno
que cubre la memoria
con gotas de imprenta!
¡Ah, valiente nube:
arcilla del poema:
y todos los pronombre!
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
No existe olvido si hay memoria.
No existe pasado si eres mi presente.
El tiempo emerge del pecho
Y allí nos ahogamos en su sueño.
Vivimos para descorrer las flechas
De la vida, no para hundirnos
En las aguas de su bruma.
Vivimos, sí, como pájaros cautivos.
Vivimos, siempre, esperando
Una caricia y una ola de alegría.
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