Temas Poetas

Yanira Soundy

Poemas de Yanira Soundy para leer.

Yanira Soundy: María

La muerte llega con un gesto de burla, a quebrar su nombre entre las fábulas.
María, más pequeña que un dedal, detiene el paso.
Al verla, los árboles se empinan sobre sus raíces, con una curiosidad que los agiganta. Y ella, traslúcida, descalza, débil, recién desgajada en la noche, cae contra el suelo.
Todo su mundo está dentro de un bote de vidrio, donde desaparecen los aromas frutales y el canto áspero de los grillos.
María no conoce más que las hilachas de un harapo perdido, la basura de un parqueo, las moscas, las navajas, y de como apagar la sed de los perros callejeros.
Derrotada, torva y trágica, desanuda el miedo en las luciérnagas.
Le tiemblan las rodillas, mientras su vientre se contrae. Vuela entre sus piernas un cometa de luz.
No hay carruajes de princesas, sólo una niña sin sonrisa con puñales hendidos en los sueños, y una impotencia que ahoga mi palabra.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Moza

¡Qué osadía el querer abrir los velos de la muerte!...
En las hojas pálidas, y en las aves de los nidos. Idolatrando dioses de hojalata y placeres prometidos.
En un jardín envenenado por flores amargas, donde el sol se apaga y los grillos repiten sus notas tristemente.
Niño de miedo, procura estar quieto y silencioso, mientras lanzas a volar tu carroza de impotencia que chispea en los espacios tu reflejo.
¡Que osadía el querer abrir los velos de la muerte!...
De apretarla en tus delgados brazos y acariciarle los cabellos de algas.
De perseguirla hasta darle alcance y caer rendido a sus pies, embozado en una capa de oscuras nubes de humo.
Perdido en un olor a pega que muerde tu memoria. Quebrado en múltiples cristales, desplomas los sueños.
La muerte te alarga su mano de niebla y tú hinchas la voz y gritas.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Esa mujer

Soy esa mujer, la que no amas. El seno desnudo de tu
agónica luz, el enjambre prendido de tus ramas, el cristal
que sueña tu mirada.

Soy esa mujer, la que no amas. Breña, mata, punzante
jarra, calle muda por donde no se escuchan tus pasos y
cuerpo desnudo para el eclipse de tus ojos.

Soy esa mujer, la que te toca demente.
Mil veces presa de ti en la delgadez del agua.
Pecho en fiebre que ambiciona tus besos, solo, adusto,
hecho pámpano ardiente.

Soy el anhelo inseguro que te acecha, la palabra que se
deslíe de tus labios húmedos chispeante entre la niebla.

Soy esa mujer, la que espera por ti, y sigue la ruta de tus
manos, tu cuello, tu voz y tus caminos. La que guarda tu
pasión, desafiando al escollo y la calma, olvidando tu
incansable deseo de volar, y ser en mí tan sólo agua al
trasluz y cielo de mi costa.

Soy esa mujer, un espacio inmenso, torrente en tu valle,
murmullo de tu ráfaga, amor que late en lo infinito, firme
y deslumbrante. Esa que siembra los surcos y su orgullo
entre las flores.
Y tú, hombre: pena y alegría, no aprendes que después
será muy tarde.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Niña durmiente

A esa pequeña que murió en el vientre de María...

¿Para qué despertar, Niña Durmiente?
Entre un charco de sangre y periódicos rotos, con una madre huelepega y un letargo de cosas amargas.
Ve a la blancura del sol, a las divinas horas en que se eternizan los instantes, a un cielo de sorpresas donde juegues con el mundo inocente entre tus manos.
Vuela al trino, al perfume y a la primavera, canta con una guirnalda de risas y deja ya de llorar.
¿Para qué despertar Niña Durmiente?
Vuelve a la blanca luna, y a los muñequitos de azúcar.
Deja la quietud que arrastra tu cansancio de luchar.
Cruza las islas y los silencios del campo, los mares sin naufragios, las invisibles lágrimas.
Déjanos en esta cosecha de tinieblas, fantasmas y corazones lacerados.
Déjanos con el canto apagado y los dedos ansiosos.
Vuelve a Dios, con tu manto blanco.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Niño lanza fuego

A ese pequeño dragón que habita las calles del boulevard Los Próceres...

¿Quién deshizo tu vida con el fuego?
El secreto de la piedra o el hambre...
Niño moribundo en las ciudades, cuerpo desnudo que toca a nuestras puertas.
Es la hora de morir entre las llamas.
Es la hora de orar por el pan que no tendrás.
Con la lengua apretada y seca entre tus dientes, te dolerá la cara y los ojos
de tanto sostenerlos,
cogerás entre tus manos una antorcha y te aguantarás el miedo.
La tarde ha empezado y las llagas encienden de nuevo tus pulmones.
Te mojas con gasolina y los sueños crujen incendiando con un cerillo mi silencio.
Niño marginado y solo, es la hora de morir entre las llamas.
No madurarán los colores en tu campo...
¡Es la hora de rezar a Dios en las aceras!

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Niño de viento

Volví a estremecer mis entrañas. Era la hora de la
estrella, la hora en que llegarías a mi vida, desde un
barco peregrino cargado de deseos.
Era la hora y así llegaste, acariciándome el corazón con
el milagro de un latido, que se llenó de asombro con mis
sueños.
Volví a estremecer mis entrañas y en mi vientre creció tu
amor prisionero, era la hora de la estrella, la hora en que
llegarías a mi vida desatando la luz en la sonrisa de los
cielos.
Era la hora de volar y posarte sobre mis alas, para
dejarte ir en los ríos del viento y encontrar mis huellas en
universos de flores y campos sonoros.
Para jugar a ser noche, cielo y sol. Para bañarte de luz y
aprender palabras entre hojas.
Para conocer mi voz y sentirte mi dueño, bebiendo los
colores como vino de lluvia.
Era la hora y así llegaste, amor silencioso que se
perpetúa fundiendo sus ansias en las mías. Anclado en
mi puerto con la eternidad del agua y el recuerdo.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Niños de escarcha

Carta a Pulguita

PULGUITA:
¿Que haces sentado dejando escapar tu vida entre pedazos de vidrio?
Descubre tu rostro en el agua oscura y mira tu sonrisa por primera vez.
Deja escapar tu alma de niño, entre los sueños y colorea el canto de las ranas.
No hay árboles torcidos ni tristes, no hay días sin luz. Sólo tu miedo a los caminos solitarios, a las personas extrañas, a la tortura de pensar.
No todos los seres humanos somos malos ni complejos. No todos arrojamos piedras a los sentimientos.
Hay otros cielos que no están hechos de estrellas de papel y estaciones que no abren ventanas a la ausencia.
Y por allí en cualquier parte, en los pueblos perdidos en los montes, en las ciudades bulliciosas, hay quienes regresan jubilosos, después de haber terminado sus estudios.
Pulguita, existen otros caminos, campanas que suenan en los patios abiertos.
Verdes recién nacidos casi amarillos y verdes oscuros en las hojas maduras de los árboles.
Un mundo distinto, con un especial sentido de vivir.

Un mundo que no pone límites al esfuerzo, una carga de años que nos hace un poco filósofos de la vida cotidiana.
Pocas horas me quedan para marcharme, volveré cualquier día, llena de lágrimas y sonrisas, para verte una vez más y descubrir tus manos limpias.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: A los niños y niñas que fueron violados bajo la noche

Esta noche ha entrado la luz casi dormida, atrapando estrellas y violines.
Ha venido con su boca helada y rendida, con su alma gris templando mis raíces.
Ha venido a tallar el tiempo, con un manojo de violetas, como un sueño sin aurora, pintado de nuevo con cenizas.
Murmura secretos y deja caer sus lágrimas en mi garganta, triturando la angustia hundida entre mis venas.
El viento cruza el resto del cielo, moviendo los platos vacíos. Una miel rota se derrama en los cartones de los niños que duermen abandonados en las calles.
La noche es una puerta abierta...
Hombres de vidrio desgarran los jacintos y descapullan las rosas inocentes.
Un aire frío se cae, se levanta y se consume...
La luz pasa de largo, como otras tantas veces.

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Otra vez

La luz cae como una hoja seca para iluminarte todo...estás
largamente desnudo.
Otra vez tus dedos ansiosos traspasan mi pecho y el amor sube
en sílabas de humedad hasta mis senos.
Tus labios erizan el manto de mi piel hecha de lunas, mientras el
timbre de tu voz pone sonido al viento.
Otra vez tú y yo, campo y selva, bebemos del olvido en este
impulso de serlo todo, con el deseo de extendernos por encima
de la más alta pregunta, para traspasar las metas de los siglos.
Otra vez acortamos las rutas para vernos y cerramos el paso del
tiempo.
Mañana la noche estará vacía en tus brazos abiertos...mi
corazón se desprenderá como una campana entre tus dedos.
Déjame amarte de nuevo, y enterrar los miedos en los astros
quietos.
Quiero arrancar la tristeza, y extraviarla entre mis versos.

Poemas y poetas salvadoreños

Tu recuerdo: Poema de Yanira Soundy en español fácil de leer

Yanira Soundy: Rincón de sueños

Prefiere verse rubia de polen que llenarse de perfume.
Lleva en la mirada la luz de las luciérnagas
y bajo sus alas blancas, una canción de niña que arrulla a sus muñecas.
Hace sonar sus piedrecillas de colores y lee mis libros con sus vocales sueltas.
Cuando empieza la lluvia, llena su cuarto de sonrisas,
porque caen cristales del cielo y se alfombra el suelo con charquitos.
En un rincón de sueños,
trae el cuento del 'Patito Feo' para que yo le invente paisajes de fresas
con leche y nubes de azúcar, de redondas toronjas y mangos rosados.
Enlaza al corazón del alba, un ancho racimo de alegrías.
Juega a ser misteriosa como un ave,
y pasa sobre el secreto del tiempo cantando a los bosques del invierno.
Mira islas blancas de cielos y alondras
que anidan con invisibles vuelos.
Juega con el chocoyo parlanchín verde y nervioso,
que vuela como pájaro de mar sobre su pecho.
Llena cajitas de caracoles, hojas y flores, improvisando torres.
Prefiere gotas de rocío a muñecos de felpa.
Es una niña que goza con atrapar ríos de astros
para hacerlos el surtidor de su risa encantada...
Me busca con sus manos firmes
para hacer viajes imaginarios a países blancos,
hasta un rincón de sueños
donde la vida apenas empieza...

Poemas y poetas salvadoreños

Yanira Soundy: Sin ti

Te vas y vuelan resignadas las gaviotas. Ya no llenaré tus oídos con mis rosas ni mojaré mi ayer con desventuras. Caminaré sin ti bajo este cielo; será como vestirme de una voz nueva, y aprender a vivir como las aves.

Caminaré sin ti, y será por siempre de esa forma; mojarán la tierra los inviernos y vendrá de nuevo el sol, y tú no estarás conmigo.

Galoparé en mis sueños y reposarán mis caminos llenos de ternura.

Entonces nadie habrá vencido. Abandonados quedarán tu escudo y tu batalla.

Lo tuyo no fue amor, lo supe siempre. Envuelto en fantasías te perdiste, y lejos, ya muy lejos de mi playa, giraste tu veleta en busca de un sueño irrealizable.

Te vas y vuelan resignadas las gaviotas; calla mi boca y el corazón toca tu estela. Qué mal te hice al amarte de esta forma. Caminaré sin tí, y seré feliz de igual manera. El amor, cuando se va, no vuelve nunca, y tú te fuiste dejando un rastro de hiel entre mis lágrimas.

Déjame escuchar el canto de la fuente. Quiero beber un poco de ese río que se lleva consigo todas mis ansias. Quiero guardar en silencio el frío y la arena de tu nombre, y colorear mi rostro con la luz nueva de una estrella.

Pasará esta vida como todas; entonces seremos el milagro y el vuelo ilusorio de dos almas.

Poemas y poetas salvadoreños

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz