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Ricardo Bogrand

Poemas de Ricardo Bogrand para leer.

Alianza de mis manos: Poema de Ricardo Bogrand en español fácil de leer

Por el amor vivido: Poema de Ricardo Bogrand en español fácil de leer

Ricardo Bogrand: Con ellos

El corazón era un pájaro...

¿Recuerdas, tú, Rosario?
¿Recuerdas mis harapos escondiendo mis sueños?
¿Recuerdas mi juguete de niño pobre,
mi estómago vacío
y mi rostro destruido?
¿Recuerdas aquel carro que me dio un presidiario?
¿Aquellos campesinos que morían
sin nombres,
sin cosechas
y sin lágrimas?
Yo estaba con ellos.
Salí de ellos
Con mis dedos descalzos.

¿Recuerdas cuando el polvo nos cerraba
Los ojos
Entre los jornaleros
Que mordían la tierra
Abriéndose camino a los finqueros?
Yo estaba con ellos.
Salí de ellos
Con mi cuerpo menudo
Y mis manos antiguas,
Traicionadas
Y hambrientas.

¿Recuerdas a mi abuelo con su carreta rota
Fletando café ajeno de la finca
Hasta el puerto?
¿Recuerdas a mi padre, leñador
Silencioso,
Arrastrado entre bueyes
Por un toldo de troncos?

Vine para contar la historia de los hombres
Que mueren
Con la risa desnuda,
Con la voz apagada,
Con las frentes desiertas.

¿Lo recuerdas, Rosario?
¿Y tú, Felipe?
¿Y tú, Pablo?
¿Lo recuerdan?

Nada ha cambiado, hermanos,
Nada, sino los nombres de los que ahora mueren.
Nada, sino los rostros ahumados
De los mismos verdugos.

¿Lo recuerdan...?

Poemas y poetas salvadoreños

Ricardo Bogrand: María del Carmen

Es que la vida no había traído un dolor
tan perennemente extraño.
Y como la ceniza que se vierte
las manos arden
y arde la sonrisa
las uñas se rebelan
y el corazón se sale de su orbita.
Es que el dolor tiene un vestido en todo, y es invierno y es verano,
musgosa soledad
y piedra en sombra.
Hace dos años, María del Carmen,
estrella de mi voz y terrenal origen
cayó tu rostro de mujer agraria
al fondo de la tierra,
y tu cabello negro, siempre negro, fue a buscar nueva savia.

María del Carmen, resignación de pueblo en tu mirada,
lucha la de tus manos
por el pan de la aurora
y la esperanza.

Viajé desde tu barrio-corazón hasta el mundo
penetrado en anhelos.
Muerte la de tu sangre
de voz a voz el aire abría tu partida,
y en mi clara tragedia,
inconfundible,
tu adiós quemaba el surco donde sembró tu mano
este recurso mío de no mostrar la lágrima.

Hace dos años, María del Carmen,
y ahora estoy viviendo de tus constante esfuerzo campesino
de morir en sombra
mostrando al sol la cara.
Porque llevo en las venas este genuino estado de los hombres
que no lanzan un grito,
no obstante que la sed
envenena el cerebro.

Poemas y poetas salvadoreños

Ricardo Bogrand: Niños de la colonia Belén

¿Cómo quién de esos niños era yo?
¿Cómo quién?
A veces recuerdo algún momento feliz:
A veces recuerdo una rústica carretilla,
Unos bueyes de madera
Y un camino trazado con las uñas.

¿Cómo quién de esos niños era yo?
No como ese de la camisa roja
Y los zapatos polvorientos.

No como ese niño que juega y mira
La esperanza.

No como aquel que ríe
Y grita
Y se agiganta,
Y lo destruye todo
Y todo lo construye.

¿Cómo quién de esos niños era yo?
¿Yo era un terrón de sucia azúcar,
Una infancia de arena,
Una campana de sellado grito.

Ahora veo estos niños.
Todavía no saben de la futura aurora.
Alguien de ellos dijo: allí está el viejo,
Cuando mi barba se mostró a la luna.

Todavía no saben… y quizás saben
Que hoy estamos buscando la mañana
Para depositarla entre sus manos
Junto al pan
Y la vida.

Poemas y poetas salvadoreños

Ricardo Bogrand: La noche esquimal

A Nina, en el recuerdo.

Todo lo abandoné:
Cavé las olas, arranqué los sueños,
Dije a la nada adiós,
A todos adiós,
No pronuncié tu nombre
Porque ya estaban lejos sus letras repetidas.

Todo lo abandoné:
Sigo mi viaje,
De nuevo estoy de paso.
Sobre París cae el calor de agosto.
Salgo a las calles,
Voy a las plazas,
Me detengo en los puentes
Y cual hombre común
Veo correr las aguas reverberantes del Sena.

Estuvimos en la noche más corta
Que hubo sobre la tierra:
La noche era una línea
Y la línea un reflejo
De la noche esquimal.

El norte se nos vino de pronto sobre la luz del río,
Río heroico plomizo
Que otra vez en septiembre cruzarás
Con el otoño que hará flamear
Las hojas amarillas
Junto a los muros de la vieja y callada fortaleza.

Todo lo abandoné:
En mis pupilas queda un poco del verde de tus ojos,
Y solo, aquí, junto a otra edad,
En otro meridiano
Quiero buscar en este nuevo río
Algo que me recuerde
Nuestras frecuentes marchas junto al tuyo.

Todo lo abandoné:
Dejé tus peces frescos alejarse hacia el alba.
Ya no pude quedarme a esperar tu regreso.

Cuando de nuevo vuelvas
Y preguntes mi nombre
Contestarán mis pasos
A lo largo de aquellos poblados corredores.

Te digo adiós,
Me voy,
Vuelve la noche
Y el viaje no termina.

Poemas y poetas salvadoreños

Ricardo Bogrand: Primera lluvia

¡Arriba! ¡A perforar los siete cielos
con vuestros brazos nudos o cubiertos!
¿Vais con amor? Pues elevad los brazos
verdes, frondosos, apacibles, mansos.
J. Moreno Villa

??Ven, vamos a caminar juntos esta vez,
Mañana volveré a estar solo
Y entonces de mi brazo
Irá sólo tu sonrisa

??Ven, pienso que mi camino
Puede aún ser muy corto,
O alargarse de pronto hasta el final encuentro
De tu sangre y la mía.

- Antes que tú llegaras,
¿Dónde estaba mi sueño?
¿Dónde, en qué regiones vegetales del ansia,
Sobre qué soledades se perdían mis manos?
Ya no ciudades grises,
Casas frías raídas -
Ya no

- Sepultureros devuelvan esa cara que era mía,
Quiero recuperar toda mi antigua forma
Que era mi propia vida.

He vuelto con la lluvia,
Con la primera lluvia deshojada
A encontrar la raíz
Que latía entre el barro
Voy al mañana
A recoger las horas que perdí cada día.
Voy a buscar mi rostro,
Mi antiguo rostro,
Y las dos manos firmes que llevaba.

- Ahora, escucha,
Voy a iniciar la vida,
Vamos a caminar unidos esta vez
Porque mañana,
Si yo vuelvo a estar solo,
Habré aprendido a caminar contigo,
Y entonces, siguiendo el mismo ritmo
De tus pasos,
Apoyada en mis brazos me llevaré
Tu sombra.

Comentarios

Poemas y poetas salvadoreños

Ricardo Bogrand: Recado

Esto para un recuerdo que se quedó encendido
abriendo el mar, a veces, desde su misma tumba,
y en donde el sol caía como un romero líquido
la tarde era una sola gaviota suspendida.

Esto es para una calle completamente absorta
que espera nuevos pasos para nombrar sus huellas,
el polvo es una copa de longitud desierta
cubriendo más de un árbol estacionado cerca.

Hay veces que las manos se me rompen de luces
entre un buscar las voces que se ocultaron pronto.
Entonces siento el viento estrujarse en mi pecho
cuando creo distancias en mi viajar intenso.

Esto es para una meta completamente ajena,
para ir sin sentido caminando en la ausencia
para un buscarse el nombre que se quedó sin letra,
extendido a lo largo de la palabra muerta.

Esto que en mis ojos son sus ojos unidos
como sobre mis labios sus besos acunados.
Esto que llevo triste entre mis manos grises
es la querida forma de su cintura leve.

Amé, crucé incendiado el ancho de mi vida,
conquisté nuevos cielos y germiné entero,
completamente nuevo ascendí hasta sus labios
y hoy desciendo a mi grave soledad sin sonido.

Esta es para un recuerdo que se quedó encendido,
que no ha muerto ni muere y siempre va conmigo.
Es para que yo sepa que aunque camine sólo
hay una novia inédita hasta el fin de mi vida.

Poemas y poetas salvadoreños

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz