Poemas de Mario Noel Rodríguez para leer.
a Silvia Krystel
Tufo a vida eterna tiene la amante del Príncipe,
olor a cuello después de la entrega.
No hay métrica para decir sus caderas trabajadas en jade.
El sudor del corazón vibra y huye.
Música barroca entra a su pelo,
querubines entonan lenguas muertas en su soñado ombligo.
Escultores sin patria, al imaginarla, lloran de tanto cielo.
Plebeyos susurramos odas a esa boca perdida en su bermellón,
ignora ella la dispuesta maquinaria de nuestro oculto volcán.
No es justo que se abandone a la tiranía de su mano.
¡Ave, musa!
¡Ave, soberbia escalera a los infiernos!
Dame de esas ánforas que relincho.
¡Cuántos siglos esperé para succionarlas y ser vuelo,
navegar por el celo que soñé!
Que lo sepa el pavorreal,
que lo sepa el charco de sol.
Limones del más puro brillo al conocerte,
ahora magnéticas piedras lunares.
Testamentos ha escrito esta lengua,
viajes de la alcoba al delirio,
sedes he frenado en tu tórax.
Y quizá los amantes inventen nuevos toboganes,
locas lunas en qué caer fallecidos,
pero ante el cáncer de mamas
sólo mi voz al otro lado de la leche.