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Luis Benítez

Luis Benítez

Poemas de Luis Benítez para leer.

Luis Benítez: Epitafios

Juan Arturo Nicolás Rimbaud:
¿junto a qué sagrado terror
por lo entrevisto, navegó por tu alma
la certeza atroz de perder para siempre
la visión, al abandonar la Ciencia?
Ya no hubo tiempo, ni otra oportunidad
de contemplar aturdido el incendio de las estrellas,
para traducirlo al hombre ya no hubo tiempo.

Poemas cortosPoemas y poetas argentinos

Luis Benítez: Hombre masa

Estaba solo entre las cosas
como una estrella única en el cielo
y un muerto en el centro de la tierra.
A su alrededor los hombres traficaban collares de alambre
y la vida elevaba su babel,
como una araña exacta y silenciosa.
Años y años; los hilos de las estaciones
lo ataban a sus nudos con la soga de la muerte
mientras el silencio le firmaba la boca.
Porque huía entre gritos de horribles alaridos,
de la mano que golpea la mesa hambrienta en el centro del alma.
Y en todas las cosas y en todos los hombres
el signo de la muerte que reluce en la sombra.

Poemas y poetas argentinos

Luis Benítez: De lo que huye

Pensar que Spinoza murió puliendo lentes.
Que Blake se fatigaba en una imprenta
esperando la conversación de ese día con los ángeles.
Que por vivir Baudelaire se humillaba ante su madre.
Que Rimbaud fue silenciado por Rimbaud,
para que este ingenuo me hable de la literatura.
Como si posible fuera otra cosa que inventar
ante otros la forma de lo informe
y cobrar un salario. Qué persuadido está
de lo improbable. Esas palabras
han erigido congresos y simposios
y prestigios y famas quizá más perdurables.
Y en el centro, el errante, de esta cosa mundana,
ese brillo salvaje que por disfraz,
por burlarse o por escapar aun más
del terco intento, ha inventado
también estas criaturas, seguro
ríe en alguno desde el fondo de la sala.
O mira con piedad su simulacro.

Poemas y poetas argentinos

Infancia de la maravillosa: Poema de Luis Benítez en español fácil de leer

Luis Benítez: La ingenua

Ella creía que la reflejaban los espejos
que era esos dedos que hurgaban en el rostro
las lentas mutaciones
que era su pulóver sus zapatos
lo que recordaba y lo olvidado
que era una guirnalda detrás suyo
que era su cabeza
que era sus amigas sus trabajos
un hombre en una esquina. Una mañana.
Las casas que habitó sus cuatro barrios
que era las que era tras el portón borroso de los sueños
que alcanzaba para ella el gentilicio
y la historia de un país incierto
el hambre la sed
o lo que amaba

Poemas y poetas argentinos

Luis Benítez: Júbilo y caída

Armonía primera allí te vi, no era necesario
mirar las partes de tu reino entero pero allí te vi
y no quise detenerme en tu orilla, tu orilla
que está en las simples cosas llenas de tu ondulante sombra.
Qué delicadamente, luz en la luz, centro del día,
te corporizas o elijes una sencilla forma cuando nos prestas tus ojos
y cómo un eterno amor nos lleva de la mano
a tus criaturas, allí donde eres sí,
en lo animado, la infinita danza,
la queja misma de cuanto existe.
Alta serenidad todo es tu vaso y cada uno
declara tuyo un color nuevo. Es abril
de un año que para ti no cuenta y sin embargo
un dulce calor te trajo aquí a mi lado. Era yo apenas
una certeza esta mañana y la espuma del sueño
y los lados del día se apagaban en mí.
Bastó pedir, correr a tu contagio,
para que un soplo sobre las cenizas que empolvaban las cosas
encendiera de nuevo el mundo de carbunclos,
las amatistas del aire... ¿las múltiples facetas
de tus brillantes vidrieras, de dónde vienen,
de qué sima profunda o de qué cima pública y expuesta,
de qué otro tiempo apenas visitado,
apenas entrevisto en el fuego del fuego?

Peor ayuno no hay, que el que hay de ti.

Poemas y poetas argentinos

Luis Benítez: Kustendje, a orillas del mar negro

A José Kozer

Me decías en tu carta que es bella Kustendjé,
cuando los chinos y el viento llegan del Mar Negro
y que no lejos de la estación de ómnibus
hay una piedra donde -te dijeron- se sentaba Ovidio
cuando se llamaba Tomis y era su destierro.

Nadie, la divinidad, nos salve del favor de los poderosos,
que de los cambios no se salva nadie.

Que ayer demolieron la última estatua de Lenín
y que en Tomis él lloraba la Roma nocturna,
risueña, la frívola lectura de poemas de amor,
la arrepentida resaca del mediodía siguiente,
cuando con otros ociosos comentaba licencias,
conquistas o rechazos, en los baños o en las calles
de un mundo que reía para siempre.

Me decías en tu carta que todavía murmuran poco inglés
y que mientras hablaba solo y espantaba las gallinas
con la voz de sus hexámetros, seguía siendo Ovidio
aquel viejo andrajoso, el mismo que otras ropas
y cabellos y perfumes presentaron a Augusto.

Que ya sabías por qué las piedras y los versos
cambian, cuando cambia la mirada, así como
-antes de la metamorfosis- Ovidio supo
por qué la poesía le interesa a nadie.

Poemas y poetas argentinos

Luis Benítez: Lao-Tsé prepara una sentencia

Nada de lo que diga
Puede desviar la caída de una hoja.
Una palabra no
Frenará la otra.
Es inútil que a éstos
Que me escuchan dedique
Una verdad: la harán pedazos.
De sus pedazos nacerá Lao-Tsé.

Poemas cortosPoemas y poetas argentinos

Luis Benítez: Las líneas del mundo

Quien ve a las líneas del mundo
unir a la desdicha
con la alegría sin tiempo ni motivo,
a la ceguera del hombre con lo luminoso del hombre,
al cobarde, al justo, al tonto
(que asiste a la ceremonia del crepúsculo
asombrado, muy quieto, flotando sobre el agua),
nunca se vuelve altivo
a contemplar la guerra que incendia
el lugar donde vibra todo esto.
Ya nunca sueña.
Abre los ojos despierto, abre los ojos dormido.
El que ve a las líneas del mundo
servir de trampolín a los pájaros
y de escalera a las almas,
sabe por qué no vuelan
y se guarda de contarlo.
Otro será su interés:
él querrá trepar por ellas
disimuladamente, sin un solo comentario,
sin que nadie note la ausencia del desertor.
Feliz, ignorado por todos,
vagará por la tierra sin nombre
con su precioso secreto, ese momento en que espió:
él conoce signos que lo conocen,
hace su propia ley.
Y por fin, cuando se retira,
como un oscuro bulto con corazones de tormenta,
hacia la tierra oculta en esta misma tierra,
que guarda de toda noche el sol,
no olvida, ni por un momento,
que el tiempo está en su red.
Sabe que no hay milagros, sabe qué cosa son.

Algún día todo será plenitud.

Poemas y poetas argentinos

Luis Benítez: Esta mañana escribí dos poemas

Esta mañana escribí dos poemas.
No me pregunto ya por el sentido
que tiene o no tiene este oficio oscuro.
Simplemente es otra manera, posible, de estar vivo.
Me pregunto por el origen
de esas dos cosas que ahora están sobre la mesa,
no exactamente hechas de papel y de pigmentos.
Por los hombres que lo han dicho mejor
y hoy están muertos.
Por los siglos de guerras y de paces
que entre las palabras han corrido.
Me pregunto los nombres y el semblante
del que en otra parte del globo ha dejado
sobre su mesa otras dos cosas iguales
y que duda también de mi existencia.
Me pregunto por los miles de días y de noches
que han debido transcurrir para que hiciéramos esto.
Por los cientos de personas
que han donado los versos.
Me pregunto por qué, hace un rato,
se ha modificado dos veces este mundo.

Poemas y poetas argentinos

La mano: Poema de Luis Benítez en español fácil de leer

El mar de los antiguos: Poema de Luis Benítez en español fácil de leer

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz