Poemas de Julio Llamazares para leer.
El río traía a veces zapatos de mujeres entre las hojas tiernas
y los troncos muertos.
Pero nosotros cruzábamos los puentes con canciones y pañuelos de azafrán.
Y, en el verano, colgábamos pendientes de cerezas en las orejas de la amada.
Más allá, en su memoria, los ciervos se incendiaban como flechas de sangre:
veloces en sus ojos azules y lejanos; rojos en sus cabellos heridos por la bruma.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
Todo lo aprendí de quien nunca fue amado: la nieve y el silencio
y el grito de los bosques cuando muere el verano.
O aquella canción celta que Kerstin me cantaba:
¿Quién puede navegar sin velas? ¿Quién puede remar sin remos?
¿Quién puede despedirse de su amor sin llorar?
Pero ahora ya la nieve sustenta mi memoria. Y el silencio se espesa
tras los bosques doloridos y profundos del invierno.
Por eso puedo navegar sin velas. Por eso puedo remar sin remos.
Por eso puedo despedirme de mi amor sin llorar.