Poemas de Juan Daniel Perrotta para leer.
Ella parece una hogaza recién horneada
de tan sabrosa que se ve
de tanta vida que la inunda
Una mujer que espera un hijo es eso
¿qué si no?
Una hogaza de pan recién horneada
Debería cantar y reír
cerrar sus oídos a las tinieblas
las falsas profecías
y buscar a dios en donde está
en el milagro redondo de su vientre.
Poemas cortosPoemas y poetas argentinos
La niña desea un juguete
Lucha para conseguirlo
Usa su mejor cara
el llanto
los caprichos
Lo acuna con palabras dulces
como canto de sirenas
habla para él
sólo para él
al fin y al cabo es su jugete
Cuando se cansa
inventa un nuevo juego
Lo recrimina
lo amenaza como a un hijo
Prueba las armas de mujer
lo manipula
Madre al fin
la memoria genética del parto
se cruza
Introduce el dolor máximo
Toma su juguete
le arranca los ojos
lo desarma
despedaza
Pretende jugar con los pedazos
pero ya no estoy
la dejé jugando sola.
Esa mujer me puede
me seduce
Su mirada ausente
lejana
no evoca otros hombres
no me mide
no pretende ni espera nada
Esa mujer
de piernas como escarbadientes
perdida entre mis brazos
es pacífica y luminosa
Dibuja sonrisas
Está ajena al ántrax
a los top ten prefabricados
Ella habla con dios todavía
pero no se arroga ministerios
ni juega a la ouija
Está silente
como un eco al repetir el aliento sagrado
Afuera
la vida es un mundo de pañales
y gente que llega guiada por su estrella
para admirar su paz
porque aún es casi alma
y tomarla entre las manos
permite sentir
casi tocar
el paraíso.
Tratame como a tu pipa, decís,
tu cuerpo y el mío desnudos.
Entonces mis manos recorren tus formas,
sensuales, armónicas,
comienzo el ritual de encender el fuego,
un fuego parejo y perdurable,
del que las volutas se desprendan
trazando arabescos de danza derviche.
Y muevo mis labios, disfrutando,
paladeando cada instante.
Vos estás cálida entre mis manos,
como entregada a mi placer
que es también tuyo.
Estás entre mis manos
hasta que se acabe tu fuego
y quede sólo el calor,
tu cuerpo caliente
en el que la hoguera
quedó en los ojos.
Así quiero que canten/ mis poemas/ que lleven/ tierra y agua,/ fertilidad y canto/ a todo el mundo.
Pablo Neruda
El poema de las gentes
el que les pertenece
no otro
quiero dibujar entre mis letras
El del oscuro pueblo
las mujeres gruesas y velludas
los rostros aborígenes
Quiero poemas a montones
ser prolífico
como vientre de mestiza
como mazorca de maíz
nutrirles el hambre elemental
Mi poema
que sea el pecho de las gentes
la leche tibia
la harina torteada sobre el comal
Que se escuche bajo la palapa
retumbante su voz
como piso de tierra
que su voz tenga el vaivén de las hamacas
al llegar la siesta
el sudor de los cuerpos
amándose en vaivén
Que sea un puñado de granos de elote
besos en la madrugada
simiente abriéndose paso en marejada
Sólo así tiene sentido
este lento
doloroso
desangrar de mis palabras.
Faltan diez minutos para la una de la mañana
y estás sediento de escritura
Te motivas como puedes para escribir un poema
porque te resulta no tan simple ahora
Ya no más diez poemas por día
elegir cuál sobrevive y cuál no
Pero es típico
a cierta edad se supone que con uno
es suficiente
más ya es una proeza
Alguna mujer te dijo
que con tu pareja de ficción te bastaba
celosa de tu obsesión por la poesía
En verdad
es preferible
un par de piernas envolviéndote
en la noche
Es preferible
lamer excitado
un pezón que insiste en estar duro
de hormonas
y hacer lo mismo
con todo aquello que esté cerca de la boca
Es preferible a la poesía
creer
en la existencia del amor
acostado junto a una mujer
que deseaste lentamente
y acaba de acabarte
Todo eso es mejor que la poesía
Este poema incluído.
(Inédito )
No quiero ser Gelman
Ditaranto
Benedetti
ni yo mismo
Quiero ser
sí
el jovencito
que se despierta
de un sueño húmedo
el primero
creyendo
inocente
que se ha orinado
La adolescente
sintiendo la mano que baja
baja
separa
acaricia
reinventando su anatomía
Quiero ser cadáver
en la selva boliviana
revivir en la selva lacandona
Necesito estallar hacia adentro
con el alma
en ese espacio inmenso en el que floto
un planeta más
O transformarme en miríada
de pescaditos
lanzados a la profundidad
de un útero
Todo eso quiero ser
para ser poeta.
Tu cara de yo no fuí no me convence
cuando te acercaste me puse en guardia
Te paseabas por mí como por un supermercado
mirando y apropiándote
abarrotándote de fragmentos míos como quien no quiere
grité: ¡seguridad! ¡seguridad!
pero ni yo mismo hice algo para impedirte el saqueo
Quedé despojado de mí
vacío
y lo peor de todo es que vos seguís adentro
Poemas cortosPoemas y poetas argentinos
Deshojo caricias
de mi cuerpo ardiente
para cubrir tus desnudeces.
Broto dedos de mis manos
para encender tus gélidos
pezones.
Saco el caracol de su casita
para limpiarte el cuerpo
como gato.
Tu boca me recorre
y me devora,
me abraza y me enloquece.
Una mirada pudo más,
una mirada.
Me subo a tus ojos,
los penetro,
te fecundo el alma.
Poemas cortosPoemas y poetas argentinos
(Escrito bajo el seudónimo María Reyna)
Cuando tus pulgares recorren mis pezones
(tus manos cuencas conteniendo)
Cuando tu lengua recorre mis aréolas
buscando leche para su sosiego
Cuando juegas a acosquillarme la piel
con tu índice
hay un chisporroteo de fuegos de artificio
el sonido del mar en una caracola con vello
una tormenta eléctrica destellando en superficie
Es mi sexo títere
al que le jalas de los hilos
reaccionando al impulso de tu magia
Pero ¡ay! ese es sólo el comienzo
la alarma antiaérea en mis ciudades
anunciando que vendrán las explosiones
Luego
femenina suavidad
macho violento
me tomas
como sólo tú lo has hecho
llevando mi corazón como trofeo
mi lencería a tu casa hasta mañana
al tiempo de volver a reencontrarnos
Me tomas
proyectándome hacia el centro
dispersándome a galaxias
tan extremas
que me pierdo y tengo miedo de perderte
La calma llega
es cierto
Acunados
transpiración en nudo
nuestros cuerpos se entregan al descanso
Y debemos parecer tan inocentes
como niños que su madre ha acostado
sudados de vivir sus correrías
No podrían imaginar que entre nosotros
una nueva batalla ha terminado.
Mónica se acuesta en mi cama
habla por el celular
recorriendo macros con su interlocutora
mientras yo miro sus pechos
Se acomoda el cabello mojado
juega con los auriculares del walkman
perfuma mis sábanas
para que su Duende me excite por la noche
Mónica tiene pirañas en los ojos
un aliento ligeramente fuerte
Pide que me voltee para abrochar su brassier
Yo impávido miro la danza del camello
"los hombres somos todos pervertidos"
Mónica tiene un escorpión entre las piernas
que hiere malamente
pero yo estoy a salvo de ella
y de todos los demonios con cara de cocodrilo
porque Amon-Ra me protege
como el mejor desodorante
Además ella sólo tiene sexo luego de crearse una ficción de amor
para no sentir culpa
Mónica me cuenta lo exitosa que será
pela plátanos
se come la cáscara
tira el resto
mientras yo voy a vomitar y regreso
es que hace cinco días que no como
Afuera
en las calles de Lima
todo me es ajeno
y La Niña sigue nublando el cielo
sigue hablando
llenando los espacios y silencios
que no pueden quedar así
vacíos.