Temas Poetas

José Lezama Lima

José Lezama Lima

Cuba: 1910-1976

Poemas de José Lezama Lima para leer.

Llamado del deseoso: Poema de José Lezama Lima en español fácil de leer

Madrigal: Poema de José Lezama Lima en español fácil de leer

José Lezama Lima: MELODÍA

Melodía de la sombra penetra la dureza
de la piel acompañante y ya me pide
un anhelar pasivo que la incline
al borde níveo donde el aire empieza.

Dulce secreto la gaviota o ya se afine
la sombra que extendía la pereza
de la piel, negando que al irse se descuelgue
de la sonrisa en que muere su destreza.

No es melodía ni fuga en la marina
onda rota que recuerda el sueño salpicado
de pluma y pleamar en piel que el aire olvida.

Corvo vidrio en la mano destrenzado.
Frío dardo cayendo más afina
el humo hacia la flauta y olvido deseado.

Poemas y poetas cubanos

Minerva define el mar: Poema de José Lezama Lima en español fácil de leer

Muerte de Narciso: Poema de José Lezama Lima en español fácil de leer

José Lezama Lima: LA MUJER Y LA CASA

Hervías la leche
y seguías las aromosas costumbres del café.
Recorrías la casa
con una medida sin desperdicios.
Cada minucia un sacramento,
como una ofrenda al peso de la noche.
Todas tus horas están justificadas
al pasar del comedor a la sala,
donde están los retratos
que gustan de tus comentarios.
Fijas la ley de todos los días
y el ave dominical se entreabre
con los colores del fuego
y las espumas del puchero.
Cuando se rompe un vaso,
es tu risa la que tintinea.
El centro de la casa
vuela como el punto en la línea.
En tus pesadillas
llueve interminablemente
sobre la colección de matas
enanas y el flamboyán subterráneo.
Si te atolondraras,
el firmamento roto
en lanzas de mármol,
se echaría sobre nosotros.

Poemas y poetas cubanos

José Lezama Lima: La noche va a la rana de sus metales

La noche va a la rana de sus metales,
palpa un buche regalado para el palpo,
el rocío escuece a la piedra en gargantilla
que baja para tiznarse de humedad al palpo.

La rana de los metales se entreabre en el sillón
y es el sillón el que se hunde en el pozo hablador.
el fragmento aquel sube hasta el farol
y la rana, no en la noche, pega su buche en el respaldo.

La noche rellenada reclama la húmeda montura,
la yerba baila en su pequeño lindo frío,
pues se cansa de ser la oreja no raptada.

la hoja despierta como oreja, la oreja
amanece como puerta, la puerta se abre al caballo.
Un trotito aleve, de lluvia, va haciendo hablar las yerbas.

Poemas y poetas cubanos

José Lezama Lima: Oigo hablar

Oigo hablar a un pájaro moteado:
cuacuá.
En la cabeza tres círculos verdes
y los ojitos que abren y cierran la noche.
Las banquetas para los violinistas
y en medio de la pechuga aljamiada
una garrafa saludando como en un minué.
Las levitas y los sombreros
manchados de luna, con alas pequeñas,
corrían a ocultarse detrás de los árboles.
Los violines también detrás de las hojas
crecían escindidos pisados por la escarcha.
El violinista de levita morada exclama:
cuacuá.
Y todos los trombones borrachos en la medianoche
saludaban, alzaban las ventanas,
elevaban por el aire el pelo del violín.
Una pausa y después se oyó:
cuacuá.
Los animales hablaban primero,
el pájaro perfeccionó el diccionario,
la orquesta sólo lo hizo girar, girar,
soltar sus espirales y recogerlas
en la manga con botones heráldicos.
El pájaro en su casaca de abril
nos regaló el lenguaje interpuesto,
el pelo del violín cruzado con el rameado sedoso,
el ojo del pulpo en el ancla al mediodía:
cuacuá.
El violinista con sus pelos angélicos,
impulsados por la orquesta y su tic tac
de escarcha amoratada, saludaba
de nuevo la hoja reverente
y dejaba caer una gota
hidrocéfala con los ojos sangrantes:
cuacuá.

Poemas y poetas cubanos

José Lezama Lima: Una oscura pradera me convida

Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.

Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.

Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.

Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.

Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.

Poemas y poetas cubanos

José Lezama Lima: RETRATO DE DON FRANCISCO DE QUEVEDO

Sin dientes, pero con dientes
como sierra y a la noche no cierra
el negro terciopelo que lo entierra
entre el clavel y el clavón crujiente.

Bailados sueños y las jácaras molientes
sacan el vozarrón Santiago de la tierra.
Noctámbulo tizón traza en vuelo ardientes
elipses en Nápoles donde el agua yerra.

Muérdago en semilla hinchado por la brisa
risota en el infierno, el tiburón quemado
escamas sueltas, tonsura yerto.

En el fin de los fines ¿qué es esto?
Roto maíz entuerto en el faisán barniza
y en la horca se salva encaramado.

Poemas y poetas cubanos

José Lezama Lima: Rueda el cielo -que no concuerde

Rueda el cielo -que no concuerde
su intento y el grácil tiempo-
a recorrer la posesión del clavel
sobre la nuca más fría
de ese alto imperio de siglos.
Rueda el cielo -el aliento le corona
de agua mansa en palacios
silenciosos sobre el río
a decir su imagen clara.
Su imagen clara.

Va el cielo a presumir
-los mastines desvelados contra el viento-
de un aroma aconsejado.
Rueda el cielo
sobre ese aroma agolpado
en las ventanas,
como una oscura potencia
desviada a nuevas tierras.
Rueda el cielo
sobre la extraña flor de este cielo,
de esta flor,
única cárcel:
corona sin ruido.

Poemas y poetas cubanos

José Lezama Lima: A SANTA TERESA SACANDO UNOS IDOLILLOS

...por hacerme placer, me vino a dar
el idolillo, el cual hice echar luego en un río.
SANTA TERESA: Vida

Los ídolos de cobre sobre el río
pusiste en obra del amor llagado.
Su casta fuera, redoble enamorado
tuerce la mueca de inhumano brío.

Cuando la imagen balbuciente al frío
lastima su rostro, espejo despreciado,
y demonio alado disfraza el poderío
que es menester para no ser penado.

Navega el ídolo y no se cierra,
flor especial en noche eterna crece,
cerca al rocío, ángel de la tierra.

Y así en enojos al barro se decrece.
Sólo el fuego libera si se encierra
y sin buscar el fuego, palidece.

Poemas y poetas cubanos

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz