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Gioconda Belli

Gioconda Belli

Poemas de Gioconda Belli para leer.

Gioconda Belli: Y Dios me hizo mujer

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: En la doliente soledad del domingo

Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.

Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos;
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.

Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.

Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro,
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.

Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.

Llueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Te duermes

Te duermes a mi lado.
Caes silenciosamente en ese mundo
donde yo puedo ser alguna remota conocida,
una compañera de banca de parque o la amante
que acabas de dejar para evadirte a esa región donde, mutuamente,
nos privamos de la palabra.

Me conmueve verte dormido, hundido en las sabanas
con el abandono del sueño, enigmáticamente
encerrado en tu cuerpo.

También yo me dormiré y entonces quizás te despiertes
y pienses esto que yo estoy pensando, tal vez
me imaginarás enredada en algún árbol enmarañado
de los que sabes que me encantan y me quieras alcanzar tocándome,
sacándome del mutismo de estación
de radio apagada, volviéndome a traer hacia tu lado,
hacia el amor que nos dio el sueño.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Eros es el agua

Entre tus piernas
el mar me muestra extraños arrecifes
rocas erguidas corales altaneros
contra mi gruta de caracolas concha nácar
tu molusco de sal persigue la corriente
el agua corta me inventa aletas
mar de la noche con lunas sumergidas
tu oleaje brusco de pulpo enardecido
acelera mis branquias los latidos de esponja
los caballos minúsculos flotando entre gemidos
enredados en largos pistilos de medusa.
Amor entre delfines
dando saltos te lanzas sobre mi flanco leve
te recibo sin ruido te miro entre burbujas
tu risa cerco con mi boca espuma
ligereza del agua oxigeno de tu vegetación de clorofila
la corona de luna abre espacio al océano
De océano los ojos plateados
fluye larga mirada final
y nos alzamos desde el cuerpo acuático
somos carne otra vez
una mujer y un hombre
entre las rocas.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Te escribo, Sergio

Te escribo, Sergio
desde la soledad
del mediodía asoleado y desnudo
mientras azota el viento
y estoy, gatunamente,
enrollada en la cama
donde anoche te quise y me quisiste
entre tiempos, sonrisas y misterios.

Va quedando lejano
el mundo que existía antes de conocerte
y va naciendo un nido de palabras y besos,
un nido tembloroso de miedo y esperanza
donde a veces me siento retozando entre trinos,
y otras veces me asusto,
abro los ojos y me quedo quieta,
pensando en este panal de miel
que estamos explorando,
como un hermoso, hipnotizante laberinto,
donde no hay piedritas blancas,
ni mágicos hilos
que nos enseñen el camino de regreso.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Esperándolo

Por la mañana
me alzo como gacela
gozosa entre el monte
esperándote.

Al medio día,
hundida entre flores,
voy dibujando
tu nombre en el vientre de agua del río.

En el crepúsculo,
llena de amor, me doblo
y luego voy a esperarte
a que vengas en la noche,
a que vengas a posarte en mí como un pájaro
y ondees tu cuerpo
como bandera
sobre mi cuerpo.

Poemas cortosPoemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Estaré

Estaré dilucidando nubes. Tratando de ponerle a mi
corazón la mancha grande del amor. Llevándome en un
saco la lluvia junto con mis lágrimas y los poemas que
buscan mi medida, la tuya, y están sentados al borde de la
acera esperando que yo los recoja, que pueda sacarle a la
vida la gran respuesta, el mensaje, la diferencia entre una
vida y otra, entre un cielo y una tierra.

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Eva advierte sobre las manzanas: Poema de Gioconda Belli en español fácil de leer

Como gata boca arriba: Poema de Gioconda Belli en español fácil de leer

Gioconda Belli: Y

Y va naciendo
el pretexto para decir tu nombre
en la noche remojada,
tierna y húmeda
como la flor de grandes ojos abiertos
y pétalos palpitantes
en la que me envolví
en lo más profundo del sueño,
para dibujar tu nombre
en todos los rincones
donde he vivido y viviré
hasta que me lleve el viento,
como semilla,
a dar flor a tierras desconocidas
y me encarne quizás en la niña
que oirá historias
en las tardes iguales de Nicaragua
con el olor a tierra naciendo,
urdiendo en sus entrañas
la vida verde del trópico lujurioso
como yo, como vos,
como las hojas en que nos envolvimos
cuando nos arrojaron del paraíso.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Gozos cibernéticos

Aquí estoy: venada sobre el pasto azul.
Los horizontes son planos luminosos
por los que cursan ríos secretos
arroyuelos por donde corren inquietas descargas eléctricas
-cifras digitales preñadas de cotidianos pensamientos.

Podemos hablar. Zambullirnos en formas geométricas.
Traspasar a conductores minúsculos el gesto de la risa,
acariciar las ideas en su incesante movimiento.

En el misterio interior de la máquina
imagino una ciudad donde soy oráculo y diosa,
principio y fin. Donde la electricidad fluye con mi deseo de vivir
y el ordenador es el puerto hacia el espacio
donde mi cuerpo es el palpitar del cursor
que se agita imitando la frecuencia de mi aliento.

Nunca antes
sobre el pasto azul
han podido ser los venados tan juguetones,
dúctiles, ubicuos.

Y nunca fue tan cierta la misteriosa frase de la creación:
En el principio era el Verbo.

Mi palabra te lleva y te trae. En el misterio del uno y del cero,
danzo para vos
este canto de gozo cibernético.

Poemas y poetas nicaraguenses

Gioconda Belli: Hermosura de la dialéctica

a Cosme, mi profesor de filosofía

Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Sí.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espieral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.

Poemas y poetas nicaraguenses

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz