Temas Poetas

Gérard de Nerval

Gérard de Nerval

Francia: 1808-1855

Poemas de Gérard de Nerval para leer.

Gérard de Nerval: AJ-Y.Colonna

¿La conoces tú, Dafne, esa vieja romanza
al pie del sicomoro... bajo moreras blancas,
bajo el llorón olivo, o los sauces temblones,
esa canción de amor que siempre vuelve a empezar?

¿Reconoces el templo del peristilo inmenso,
los limones amargos donde imprimías tus dientes,
y la gruta fatal de huéspedes incautos
do duerme la semilla de la sierpe vencida?

¿Sabes por qué el volcán se ha abierto allá de nuevo?
¡Un día lo tocamos con nuestras plantas ágiles,
cubriendo el horizonte lejano con su polvo!

Desde que rompió un buques nuestros dioses de arcilla,
siempre bajo la palma de la urna de Virgilio
se unen al laurel verde las pálidas hortensias.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Anteros

Por qué en mi corazón hay tanta rabia, dices,
y en mi cuello flexible una cabeza indómita;
es porque yo provengo de la raza de Anteo
y hago volver los dardos contra el dios vencedor.

Yo soy de aquéllos, sí, que el Vengador alienta,
él me marcó la frente con su boca irritada,
bajo la palidez de Abel, llena de sangre,
lel rubor implacable de Caín tengo a veces!

Jehovah, aquél que, vencido por tu genio, el postrero,
del fondo del infierno gritaba: «¡Oh tiranía!»
es mi abuelo Belús o mi padre Dagón...

Tres veces me bañaron en las aguas del Cócito,
y, único protector de mi madre Amalécita,
siempre a sus pies los dientes del viejo dragón, siembro.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Artemis

La treceava vuelve... Vuelve a ser la primera;
y la única es siempre, o el único momento;
pues, tú, reina ¿quién eres? ¿la primera o la última?
Y, tú, rey ¿el amante único o el postrero?...

Amar a quien amé desde la cuna al féretro;
Ila que yo amaba solo aún me ama tiernamente!
Es la muerte o la muerta... ¡Oh delicia! ¡Oh tormento!
La rosa que sostiene no es rosa, es Malvarrosa.

Santa napolitana de manos que son fuego,
rosa de alma violeta, flor de la santa Gúdula:
encontraste tu cruz en los cielos desérticos?

¡Rosas blancas, caed! que insultáis a mis dioses,
caed, fantasmas blancos, de vuestro cielo ardiente:
-La santa del abismo es más santa a mis ojos.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Las Cidalisas

¿Dónde nuestras amantes?
Están en el sepulcro:
Ellas son más felices
En un lugar más bello.

Muy cerca de los ángeles,
Allá en el cielo azul,
Ensalzan con sus cantos
A la madre de Dios.

Oh blanca desposada,
Joven virgen en flor,
Amante abandonada
Que marchitó el dolor.

La eternidad profunda
Sonreía en tus ojos…
Oh antorchas del mundo,
En el cielo encendeos.

Versión de Pedro Gandía

Poemas cortosPoemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: El desdichado

Yo soy el Tenebroso, -el viudo-, el Sin Consuelo,
Principe de Aquitania de la Torre abolida:
Mi única estrella ha muerto, y mi laúd constelado
lleva en sí el negro sol de la Melancolía.

En la Tumba nocturna, Tú que me has consolado,
devuélveme el Pausílipo y el mar de Italia, aquella
flor que tanto gustaba a mi alma desolada,
y la parra do el Pámpano a la Rosa se alía.

¿Soy Amor o soy Febo?.. Soy Lusignan o ¿Biron?
Mi frente aún enrojece del beso de la Reina;
he soñado en la Gruta do nada la Sirena...

He, doble vencedor, traspuesto el Aqueronte:
Modulando unas veces en la lira de Orfeo
suspiros de la Santa y, otras, gritos del Hada.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Eritrea

Columna de zafiro, bordada de arabescos,
-¡Reaparece!- Buscando su nido los Remeros
lloran: ¡desde tu planta de azur hasta tu frente
de granito la púpura de Judea se despliega!

Si ves a Benarés acodada en su río
coge el arco y reviste de oro bruñido el torso:
pues mira cómo el Buitre vuela sobre Patani,
y el Mar está inundado de mariposas blancas.

¡MAHDEWA! haz que floten tus velos en las aguas,
da tus flores de púrpura al curso del arroyo:
La nieve del Catay ya cae sobre el Atlántico:

Mientras, la del bermejo Sacerdotisa rostro
bajo el Arco del Sol todavia duerme:
-Y nada ha molestado al pórtico severo.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Fantasía

Existe una tonada por la que yo daría
todo Mozart, Rossini y todo Weber,
una vieja tonada, languideciente y fúnebre
que me trae a mí solo sus secretos encantos.

Cada vez que la escucho mi alma se hace
doscientos años -es sobre Luis Trece-
más joven; y creo ver cómo se extiende
una ladera verde que amarillea el ocaso,

luego un alcázar de ladrillo y piedra,
de vidrieras teñidas de colores rojizos
ceñido de amplios parques y a sus pies un arroyo
que entre las flores corre;

luego una dama, en su ventana altísima,
rubia. con ojos negros. de vestimenta antigua,
que en otra vida acaso ya hube visto
y de la cual me acuerdo.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Fantasía (otra versión)

Conozco un aire por el que yo daría
todo Rosini, todo Mozart y Weber ,
Aire muy viejo, lánguido y funerario
Que para mí tiene encantos secretos.

Ahora bien, cada vez que lo oigo
Doscientos años mi alma rejuvenece…
Hasta Luis XIII; y creo ver extenderse
Un verde otero que el crepúsculo dora,

Luego un castillo con ángulos de piedra,
Vitrales tintos de colores rojizos,
Ceñido de grandes parques, y un río,
Sus pies bañando, que corre entre las flores;

Luego una dama, en su alta ventana,
Con traje antiguo, rubia de ojos negros,
Que tal vez en alguna otra existencia
Ya la haya visto…¡ y de la cual me acuerdo!

Versión de Pedro Gandía

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: ¡Hombre! pensador libre

¡Y bien! Todo es posible.
Pitágoras

¡Hombre! pensador libre, crees que sólo tú piensas
en este mundo en que la vida estalla en todo:
de las fuerzas que tienes tu libertad dispone,
pero de tus consejos se desentiende el cosmos.

En las bestias respeta un espíritu activo...
cada flor es un alma abierta a la natura;
un misterio de amor en el metal reposa:
todo es sensible; ¡y todo sobre tu ser actúa!

Teme en el muro ciego una mirada espía:
a la materia misma un verbo está adherido...
No lo hagas servir para impíos menesteres.

Hay en el ser oscuro un Dios oculto a veces;
y, como ojo naciente cubierto por sus párpados,
un espíritu crece tras la piel de las piedras.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: A J- y Colonna (otra versión)

¿Conoces tú, oh Dafne, esta vieja romanza
Al pie del sicomoro o bajo el moral blanco,
Bajo el luctuoso olivo o los trémulos sauces,
Esta canción de amor que siempre recomienza?

¿Reconoces el Templo del peristilo inmenso,
Y los agrios limones que tus dientes mordían,
Y la gruta, fatal al huésped imprudente,
Que alberga el viejo germen de la sierpe vencida?

¿Sabes, tú, por qué allá el volcán volvió a abrirse?
Por apenas rozarlo con nuestros pies un día,
Y su polvo cubrió el lejano horizonte.

Cuando un duque normando os rompió los penates,
Siempre bajo las palmas del panteón de Virgilio
La pálida hortensia se unió al laurel verde.

Versión de Pedro Gandía

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: Era él, ese loco, el sublime insensato

¡Era él, ese loco, el sublime insensato...
Ese Ícaro olvidado que escalaba los cielos,
ese faetón perdido bajo el rayo divino,
el bello Atis herido que Cibeles reanima!

El augur consultaba el flanco de la víctima,
la tierra se embriagaba de esa sangre preciosa...
El cosmos aturdido colgaba de sus ejes,
y el Olimpo un instante vaciló hacia el abismo.

«¡Dime!» gritaba César a Júpiter Ammón,
¿quién es el nuevo dios, que se ha impuesto a la tierra?
¿Y si acaso no es dios es un demonio al menos... ?

Mas se calló por siempre el invocado oráculo;
uno sólo en el mundo explicar tal misterio
podía: -el que entregó el alma a los hijos del limo.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Gérard de Nerval: A Luisa D'or, reina

El patriarca temblando sacudía el universo.
Isis, la Madre, al fin se levantó del lecho,
hizo un gesto de odio a su feroz esposo,
y el ardor de otros tiempos brilló en sus ojos verdes.

«Miradle», dice, «duerme ese viejo perverso,
todo el hielo del mundo por su boca ha pasado.
Cuidado con su pie, apagad su ojo bizco,
es rey de los volcanes y dios de los inviernos».

«El águila ha pasado: Napoleón me llama;
he vestido por él el manto de Cibeles,
soy esposa de Hermes, soy hermana de Osiris...»

La diosa había escapado en su concha dorada;
el mar nos devolvía su idolatrada imagen,
e irradiaban los cielos bajo el echarpe de Iris.

Versión de Aníbal Núñez

Poemas y poetas franceses

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz