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Eduardo Langagne

Eduardo Langagne

Poemas de Eduardo Langagne para leer.

Eduardo Langagne: Esta mujer y yo

Esta mujer y yo, que sumamos un siglo,
nos unimos en el beso original
bajo un desnudo encino,
sobre un lecho de hierba,
mientras la luz del sol se abre paso entre las ramas
como un ave que se acerca al nido.
Esta mujer y yo,
sobre la arena suave,
a la sombra de una roca sin pecado,
damos un giro a nuestros cuerpos
humedecidos en una sola voluntad.
Aunque en verdad esta mujer y yo
estamos en un lecho conocido,
imaginando, amando,
y en el momento exacto
nuestros cuerpos irradian una luz
que se escurre como el sol entre las hojas
o una gota en la piedra
y el manantial de la vida brota nuevamente
en estos dos cuerpos que reúnen un siglo
pero no han olvidado el origen del mundo.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Navegantes

Navegar é preciso
viver não é preciso

Si la constelación indica el rumbo
hay que mirar arriba
y atrapar esa estrella en la mirada.
Pero a tanta distancia
ignorar es la ruta a navegar.

Navegar é preciso
viver não é preciso

El timón no se corrige enderezando el barco.
A babor se escribe.
A estribor se reposa pero late furioso el corazón.
La tempestad se avecina, sabe y grita el vigía
En qué maldito mar entrometimos el destino.
En cuál interminable océano decidimos aprender a vivir.

Navegar é preciso
viver não é preciso

Se enterraron el norte de la brújula
en la costilla falsa de su costado izquierdo.
Abrieron los brazos
hasta alcanzar los extremos del antiguo horizonte
y el peje espada perforó las palmas de sus manos
y los clavó en el mástil húmedo y altísimo.
Miraron dulcemente al cielo,
una corona de sal hería su frente.
No puedo suponer que hubo lágrimas,
de los más rudos hombres se dice que no lloran.
Tres días después.
al tiempo que termina atrapado el bacalao,
de los mástiles todos los hombres recios fueron desclavados,
Mas no subieron nunca al cielo
porque les es preciso navegar.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Percusiones (canto grave para tambor solo)

madre
madre muerta

mi tambor sobre tu tumba madre muerta

suena el cuero del tambor sobre tu tumba
y mis manos sobre el cuero del tambor sobre tu tumba

las uñas de mis manos
golpeando sobre el cuero del tambor sobre tu tumba
madre muerta

la sangre de las uñas de mis manos
sobre el cuero del tambor sobre tu tumba

la sangre de tu cuello está en las uñas de mis manos
que golpean sobre el cuero del tambor
sobre tu tumba tumba madre muerta

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Persona, personae

Disculpe usted, Fernando, su Persona de múltiples poetas,
Simulación, amaño, sin duda es fingimiento literario.
Usted pensaba, creo, que al tener en la sombra la poesía
Que hicieron acuciosos heterónimos, podría aclararse entonces
Muchos rasgos de sí, de su lirismo congénito, locura
Heredada, por cierto, de la abuela paterna y encubierta.

Bendito sea el que tiene la locura a flor de piel, herencia
De una abuela sencilla, tejedora, cantora de voz blanca,
Siempre afinada y dulce, de ojos maravillados en azules.
Secreto sotto voce de la casa, de la familia lúcida.

En fin, Fernando Esquivo, hombre sin rostro que decían los críticos,
Confesado y agudo indagador de signos y apariencias,
Degustador de moscatel y oporto, ridículo, frenético:
Su rostro inexistente, disculpe usted, Fernálvaro, Alricardo,
Se convierte en la mueca que se burla de este mundo aparente
Igual que un niño retraído a bordo de un barco imaginario.

Por la ciudad anónima y silente, ven pasar las personas
A un poeta que lleva cuatro sombras con él cuando camina
Dirigida una a una, al Occidente, al Norte, al Sur, al Este:
Los circunspectos puntos cardinales... Un sombrero y su sombra.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Piedras

no tenemos la casa todavía.
tenemos piedras; algunas.
trozos de pan, algo de vino tenemos
pero la casa no;
sin embargo tenemos oscuridad,
porque luz no tenemos todavía;
tenemos algunas lágrimas y besos.
otras cosas igualmente ridículas tenemos,
pero la casa no. quizá
paredes que se levantan muy despacio,
mas no tenemos casa todavía
donde encontrar el frío, la soledad,
la lluvia,
pero arriba,
un cielo como sábana tenemos
y abajo un infierno delicioso
por donde deambulamos
recogiendo piedras.
'hoy no me llevas, muerte, calavera,
no me voy, no quiero ir.
hoy no voy ni entrego mi barco de papel,
mi brazo, mi guitarra, hoy no,
hoy solamente tiro piedras,
poemas,
muchas piedras contra tu rostro
- no niego, dulce rostro -
tiro piedras,
me arranco el corazón y te lo arrojo.
hoy no, muerte, hoy no voy, no quiero,
necesito hacer la casa.'
y estoy vivo
cuando arrojo palabras, muchas palabras.
fuego.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Poema encontrado en un rincón

Los amantes fueron un día adolescentes
se arrancaron con furia el cordón umbilical
para entrar en algún cálido lugar de la mañana

Se cubrieron con sábanas oscuras
dolorosas y limpias
y empezaron a odiar
quiero decir
se amaron

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Me pondré la manzana

Guillermo Tell no comprendió a su hijo
que un día se aburrió de la manzana en la cabeza
Carlos Varela

Me pondré la manzana en la cabeza,
si aprendiste a tirar, en ti confío.

Y si aún no es el tiempo en que debías,
lo sabremos después de que dispares.

De cualquier modo,
me pondré la manzana en la cabeza.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Siempre la rosa

Has dicho rosa:
rosa,
rosa,
pesada rosa

Sopesando la rosa
se te cae de la mano.

Tal es en la escritura: ya cambió.
Ya no es la rosa,
pues todos lo han escrito.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Soneto del domingo

Llega el domingo con su magia absorta, me habían contado ya de su llegada, del fatídico tedio de la nada, del derroche del mundo que lo aborta. No hay voces que resuenen en la corta humedad que se expresa desolada, no hay palabra que venga estimulada por la sangre que ahoga en esta aorta. Mi alma no ilumina, estalla muerta. No supo cómo afrontaría este reto: el corazón que juega nunca acierta, este domingo permanece quieto con su ironía de sol tras de la puerta. Ya voy a terminar este soneto.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: En el sueño la imagen

En el sueño la imagen se advierte en blanco y negro;
es un espacio incierto, igual que las palabras.
Los ojos adivinan de aquel cuerpo el contorno,
las sombras, los oídos. Los odios dan aromas.
El que sueña no sabe por que tanto alboroto:
quién penetra, perturba, perpetra, parapeta;
quién, intruso, introduce el uso del temor;
quién atisba y observa lo que el sueño desarma.
Todos tienen derechos para entrar a tu sueño,
pero el sueño, cuidado, es solamente un sueño.
Habrás de despertar y negarte. Negarte
a que haya cancerberos cuidando lo que sueñas.
Pero todo era un sueño, sudoroso recuerdas
que ayer te recostaste en esta misma cama,
que eres tú y es tu misma habitación. Por eso
estás contento. Miras a tu mujer dormida,
apacible y desnuda como el volcán cercano
que descansa al oriente, detrás de tu ventana.
Y repentinamente no sabes si ella es otra
o la tuya. Miraste otras espaldas, nunca
creíste que dudabas, confundías o mezclabas
la memoria y el sueño. No despiertes entonces.

Poemas y poetas mexicanos

La vieja fotografía: Poema de Eduardo Langagne en español fácil de leer

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