Temas Poetas

Eduardo Langagne

Eduardo Langagne

Poemas de Eduardo Langagne para leer.

Eduardo Langagne: Aquel tren

Yo era un niño

En el tren a Chihuahua
el paisaje era un frágil futuro
arenoso y sin gente

La paciencia
rodaba en el alma
con ruido de hierro

Un túnel oscuro veía mis temores
marcaba las líneas ocultas
del agrio destino

En una estación de madera
una niña desértica puso
sus ojos brillantes en mí

Yo supe al momento
que nunca podría
encontrarlos de nuevo

Yo era un niño

Miraba las vías
corriendo ligeras
hasta un sitio llamado horizonte
donde interrumpían su destino

Cuando niño
la tierra era plana
había trenes y sueños
y yo nunca había
perdido un amor
por no descender
en aquella estación
oportuno y puntual

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Atención

Entre la multitud
puedes reconocerme, amor:

yo soy el que va cantando.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Breve historia

Yo venía de otros bullicios
ella traía también en sus silencios
algunos rastros que la vida deja.

A veces me miraba y sonreía
y yo quería tejerle una canción
que anduviera con ella para siempre.

Era febrero
y la dicha existía junto con ella
que no había conocido mis defectos

que ignoraba mis dudas y mis miedos
que creía que por fin había encontrado
un amor irrepetible

y no había sentido nunca
que el amor
alguna vez igual que un cántaro
podía resquebrajarse
y dejar escapar toda su agua cristalina

¿cuánto tiempo puede un corazón vivir sin agua?

Casi tres lustros han pasado
No hablo como quien lo ha perdido todo
tampoco como el que todo lo ha ganado.

Esa mujer está conmigo todavía me
conoce dudoso y decidido fuerte y
cobarde me conoce.

Ha pernoctado en todos los oscuros huecos de mi pecho
ha visitado mis íntimas heridas
sabe de casi todos mis insomnios
juntos tenemos los sueños que pueden compartirse.

Escribo estas palabras mientras duerme
ambos estamos en el mismo lecho
respirando al unísono desnudos

y no sabemos cuál
será el final de este
poema.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Búsquedas

si un hombre busca su corazón
en una calle
donde todos pasan
y se camina como si el mundo fuera otro
es que lo habrá perdido ahí o no recuerda
si fue en un terremoto o en aquella mujer
que volvió negro el corazón del hombre

si un hombre busca su corazón en la batalla
es que lo trae consigo
y piensa que aquel ruido aquel dolor
aquel golpe en su pecho
es una multitud o una mujer
pero lo trae consigo
como una furia o alegría
inseparables

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Canto por el hombre que bebía música

Ebrio viene el hombre nuestro
En sus piernas arrastra el secreto de Dios

Tropieza con el aire como un pájaro ciego
Las palabras de su lento alcohol
las entienden los niños y los árboles

Agoniza entre muros de la ciudad ajena
bajo el cielo plomizo de un amor extraviado

No tiene más dolores que su solo alcohol
y en sus brazos la fuerza de una bestia herida

Su pecho se agota finalmente
y su puño se crispa como un nido apedreado
donde agoniza el trino de un gorrión de viento.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Carta a Gelman fechada el tres de mayo

En este día bebíme tres cervezas por usted,
por Juan y juan, indistintamente hombre o poeta;
conspiré por la poesía toda,
escribí un poema de amor
sobre la lápida donde escarbo mi sueldo semanal,
leí a Tuñón, hermoso,
y aun sin haber encontrado una ranura
donde echar veinte centavos, miré el mundo,
el verdadero, el otro,
por el que conspiramos y escribimos,
por el que amamos aunque a veces
la mujer sea parecida a una seca negación.
El sexto whisky, que no había confesado,
se derramó por Dylan Thomas y su burra,
por un sorbo y el último hielo
que en su garganta se detuvo
para que el mundo generara temblores.
Y si el mundo tiembla
es una forma también de celebrar su cumpleaños,
juan poeta.
Qué carajo, Juan Gelman:
que usted la pase bien.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Una vez lo dije pero ahora ha vuelto a suceder

Esa mujer paseaba con su aroma

Un día trajo
sus labios acostumbrados a la guerra
y un ciclón adentro de su blusa

entonces sobrevino la catástrofe

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Dispersiones

I

ella tiene el pelo corto y su cara toma los más
despiadados amarillos, tensa las cuerdas pensando
en los guerreros que limpiaban su lanza en la
entraña enemiga.
luego canta con la seguridad de un pirata que ha
encontrado en su mapa el sitio exacto del tesoro.

II

en tus pesadillas soy un extranjero que mira madurar
tu cuerpo, el mar es un fruto verde que no podemos morder
porque la lengua reconoce la traición y la desdeña, el tigre
corre, a pesar de la bala en sus costillas, la poesía
no se crea ni se destruye, sólo se transforma, escribo ahora
que la inmóvil terquedad de la tortuga me aviva el rencor.

III

con la guitarra desgarramos nuestros odios, nuestros más
amorosos rencores; al cantar elegimos la manera de morir,
permanecemos en la muerte.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: He emblanquecido mi pelo

He emblanquecido mi pelo
en busca de una virtud;
no perdí la juventud,
pues la invertí en ese anhelo.
Supe de amor y desvelo
cuando nacieron mis hijos,
mantuve los ojos fijos
al descubrir la Belleza
y ha podido mi cabeza
descifrar sus acertijos.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Qué hago con mi corazón

¿Qué hago con mi corazón?
¿Lo dejo que siga inquieto?
¿Lo impugno duro? ¿Lo reto?
¿Lo incluyo en esta canción?
Cuando toda su expresión
es separarse de mí
y hacer todo para sí
sin ni siquiera inmutarse
¿Cómo pudo enamorarse
si yo no se lo pedí?

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: La mesa del escribano

“No soy un escritor,
soy un escritorio”,
habría trazado Pessoa
con un íntimo ritmo marítimo
en el papel amarillento como un mapa
sobre la mesa hostil
donde escribía
las cartas comerciales
de su supervivencia.

Y Álvaro de Campos habría pensado:
“no soy una persona,
soy un personaje”,
mientras Fernando escribía
en su escritorio múltiple
las voces más expresivas del convulso Siglo.

“No soy un viaje,
soy un viajero”,
habría dicho Ricardo Reis
cuando marchábase al Brasil
con su Fernando Pessoa en el corazón
para perderse
en un continente de rostros misteriosos,
aparentes y vagos.

Y Caeiro, el maestro,
habría reflexionado:
“no soy auténtico,
soy idéntico”,
en su afán de diluirse
en la naturaleza
mientras Fernando abría los sobres mercantiles
y preparaba respuestas lógicas, triviales.

Pero en la mesa comercial del escribano,
mientras un barco de carga sorteando la tormenta
traía su salario
para el oporto y la tinta,
aparecían más nombres de hombres verdaderos.
“No soy este instante”, habría escrito
Pessoa,
“soy el tiempo”.

Poemas y poetas mexicanos

Eduardo Langagne: Muerte de Rilke

¿Dónde leí que Rainer María Rilke murió por la
infección que le produjo pincharse la mano con la
espina de una rosa?

La rosa no viene a mi poema,
viene la espina de la rosa.
Pero no llega hasta el papel la espina,
se clava en la palma de la mano
de Rainer María Rilke.
De ahí brota una gota de sangre
y se escurre a mi poema
una mínima rosa.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz