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Claudia Lars

Claudia Lars

Poemas de Claudia Lars para leer.

Claudia Lars: A Chistina Georgina Rossetti

¿Dónde crece el manzano marinero
que sabe de la espuma y la colina?
¿En dónde la granada granadina
para el cumpleaños del amor primero?

¿Va en el aire tu acento verdadero
o duele a media sangre, como espina?
¿Se esconde bajo el sueño que adivina
el luminoso viaje del lucero?

Celeste afán, latido que perdura,
forma girante, frágil vestidura
y un rostro leve que al silencio asoma.

Hoy la belleza duerme en el olvido...
Mas yo guardo en la voz tu nombre herido
con una flor azul y una paloma.

Poemas y poetas salvadoreños

Dibujo de la fuga: Poema de Claudia Lars en español fácil de leer

Claudia Lars: Dibujo del regreso

Para Alberto Velásquez

Alza la dulce muerta su carne soterrada
en verdes que se extienden del suelo a la retina.
Con un gesto de flor responde a tu llamada;
sobre su nombre nuevo un pájaro se inclina.

Lo demás... gracia rota, palabra peregrina,
corazón exprimido y sueño sin morada,
como fuego celeste -¡trémula serafina!-
permanece en tu amor y quema en tu mirada.

La dulce muerta vive bajo signo de ausencia:
en visiones fugaces, en hundida presencia,
y guarda tu secreto una piedra de llanto.

Un día sin nostalgia, recobrada y exacta,
-vuelo, corola y rostro de primavera intacta-
ha de entregarla a todos el clima de tu canto.

Poemas y poetas salvadoreños

Los dos reinos: Poema de Claudia Lars en español fácil de leer

Claudia Lars: Dos sonetos a un místico

I

Amor que se cruzó por mi camino
y me encontró en la sombra, abandonada.
Amor que fuera luz en la callada
y sombría espesura del destino.

Esencia de lo noble y de lo fino:
le sorprendí brillando en su mirada.
Mas no quiso hacer caso a mi llamada
y transformó lo humano en lo divino.

Yo me quedé con la esperanza rota.
¡Corazón que me sangra gota a gota
siempre que pongo mi ilusión en algo!

¿Por qué tan fuerte ante la vida fuerte?
¿Es que miedo a la vida le tuviste,
amor que no supiste lo que valgo?

II

Abrí por ti mi corazón entero
y en él pudiste ver sin velo alguno.
Lo que hacerme sentir pudo ninguno
sintió por ti mi corazón sincero.

Amor entre los grandes el primero:
Amor de aquello que entre mil hay uno.
Se te ofreció inocente y fue importuno.
Y lo calló tu voluntad de acero.

¿Por qué quieres vivir vida divina
si de la forma humana estás vestido?
¿Acaso el mismo Dios no se adivina

tras de la oscura puerta del destino?
Si el alma entre la carne va escondida,
¿por qué este empeño es sofocar la vida?

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: Envío

Sobre tu blanca huella mi camino;
mi siempre andar sobre tu luz en fuga.
Con ecos, con taludes, con mareas,
y este nombre del alma en mi aventura.

Aquí... para llegar hasta tu reino,
escuchando la voz que no se escucha;
cayendo en estas noches de mi paso
y amaneciendo clara por tu ayuda.

Llevo en el corazón tu guerra eterna:
la guerra del que anuncia y del que busca.
Estoy, bajo mi cuerpo de vergüenzas,
formando un ángel con la sangre pura.

Por eso muestro aquella casa ciega
y el diurno puente en medio de las lunas.
Por eso voy a la montaña libre
que define mi tierra de criatura.

Torbellinos de amor me han detenido,
pero en amor hallé la vía oculta.
No se borró el secreto del gran sueño
ni se cansaron nunca las preguntas.

Se cuenta el viaje sin decir en dónde
está el arribo, la silente música.
Ni la memoria sabe lo que pierde
ni la palabra pesa lo que junta.

Ya tengo la canción, ya se me rinde;
ya combato en su llama tan desnuda.
El ardiente mensaje está en mi lengua
para entregarlo como cosa tuya.

¡Oh Cristóforo mío, de tu marcha
salgo yo... la pequeña, la nocturna!
Subiré por la escala de tu fuego
sin traicionar mi estremecida ruta.

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: Espejo

Miré a la dulce niña del pasado
con piel ansiosa y con el ojo puro,
dibujando su forma contra el muro
donde el amor la había equivocado.

Era yo misma...cuerpo ya olvidado,
gesto de ayer y corazón seguro;
simple inocencia en el afán oscuro
y ssecreto del canto inaugurado.

Estaba allí, casual y sensitiva,
dueña del dardo y la manzana viva
en trémula quietud y extraño aliento.

Toqué su falda de vergel y danza,
entré en el corazón de la esperanza,
y recogí el engaño del momento.

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: Estrella

Estrella... más que vista, presentida.
-¿Dardo de luz o brasa que levanto?-
Alta en el cielo y en razón de llanto
tras la retina por milagro hundida.

En el sueño y la sangre derretida.
Doliendo allí, perdida con espanto.
Casi tocada en la raíz del canto
y eternamente libre y perseguida.

Reflejo. Sin embargo, propia lumbre.
Clavo del hueso, signo de la cumbre,
ojo de soledad y lejanía.

Sitiada siempre, pero esquiva al tacto.
Doble. Juntando al fin su don exacto
en este humilde afán de la poesía.

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: Eva a Adán

¡Si tienes sed, Adán, abrévate de mi boca!
¡Ten fe y obra el milagro! ¡Mis besos serán buenos
como el agua que un día brotara de la roca
y como la que el Hijo de humildes nazarenos,

que será, de amar tanto, Dios mismo, cambie en vino!
¡Si tienes hambre, toma: mi corazón es vianda!
¡Mis ojos son antorcha de luz en tu camino!
¡Y el camino soy yo! - ¡Oh, bebe y come y anda!

¡En mis débiles brazos está tu fortaleza,
por mí lo serás todo y triunfarás en todo;
por mí tus ojos pueden descubrir la belleza,

tus pasos echar alas, tu suavidad ser fuerte!...
Yo soy quien te completa, ¡mortal! ¡Desde que el lodo
Se llenó del aliento de Dios contra la muerte!

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: Del fino amanecer

(Fragmento)

Hermoso el visitante,
descubridor de grutas misteriosas
y amigo de mi frente.
Me contó su aventura con las olas;
su pacto con la tierra;
quiso evocar edades ya borradas,
nombres que fortalecen,
y anunciando la noche más difícil
dijo: 'busca el lucero'.
(Se iba por la distancia...regresaba...
y a veces largo rato
era mi huésped).

Un día en que los dos -tierra en el aire-
mirábamos formarse entre las nubes
bailarines fugaces
y rebaños de ovejas,
me entregó bellamente algo sagrado:
lo que colmó de alas
mi despertar interno.

'Cuando venga el amor-me fue explicando-
recíbelo con sueltas tempestades
y todo el corazón de tu inocencia.
Reconoce su voz antes que hable...
¡No temas sus incendios!
Por la llegada del amor tus labios
han de volverse cielo.'

'De súbito el amor nos pertenece
en alma, cuerpo y goce.
Es nuestro...y nos convierte en experiencia
escondida y absorta.

Poco a poco se rompe en mil pedazos
entregados a otros,
y al fin somos amor dividido,
que a pesar de tenerlo
siempre lloramos solos.'

'Escucha: no pretendas con su fuego
jugar a mariposa.
Hundida en él tienes que ser valiente,
porque las llamas suyas
no son inofensivas
ni menores'
'Prepara tu verdad más absoluta;
tu punzante corona;
y si quieres vivir para alumbrarnos
avanza en su misterio
con creciente abandono.

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: Fuerteza

Esta colina de girasoles
convertida en zompopero humano;
estos hombres amargos
con desafiantes niños sin ropas;
esta sequía veranera
y estas humedades que cultivan fiebres;
estas muchachas morenitas
jugando a ser mujeres antes del tiempo;
estas madres de quince partos
y diez hijos cabales en el hambre;
estos abuelos come-sin-dientes;
estos mendigos de mendigos;
estos ladronzuelos robando cuanto pueden
desperdicios de robos mayores;
estos perros como ánimas solas;
esta 'fuerteza' que es paraje y defensa
de los que nacen para morir pobres.

Poemas y poetas salvadoreños

Claudia Lars: A Gabriela Mistral

Una rosa de angustias -mar y viento-
y la estrella que gime en tierra oscura;
una secreta herida de ternura
y el camino interior del pensamiento.

Tu nombre fijo, tu divino intento,
la suelta voz que llega, larga y pura;
este compás de sangre, que asegura
tus cantos recogidos en mi acento.

Dulce don invisible para el día
de la flor y la erguida melodía,
con el pájaro leve y la campana.

Lo diste sin saber, pero se advierte
que te sigue, imantado hasta la muerte,
el paso fiel de tu pequeña hermana.

Poemas y poetas salvadoreños

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz