Brasil: 1913-1980
Poemas de Vinícius de Moraes para leer.
Sobre el poeta Vinícius de Moraes [occultar]
Vinícius de Moraes, uno de los nombres más emblemáticos de la literatura y la música brasileña, dejó un legado que trasciende generaciones. Nacido en 1913 en Río de Janeiro, su vida coincidió con una época de grandes transformaciones culturales y políticas en Brasil, desde la Era Vargas hasta la dictadura militar. Su obra refleja la mezcla de melancolía, amor y crítica social, características de un artista profundamente conectado con su tiempo.
Vivió en un Brasil en plena ebullición cultural, donde surgían movimientos como la Bossa Nova, en el cual tuvo un papel fundamental. Aunque no perteneció formalmente a partidos políticos, su poesía y música mostraron una sensibilidad social, especialmente durante los años de represión militar. Su círculo intelectual incluía figuras como Tom Jobim y João Gilberto, con quienes colaboró en canciones que se convirtieron en himnos.
Además de escribir, Vinícius amaba la música, el cine y la vida bohemia. Trabajó como diplomático, pero su verdadera pasión siempre fue el arte. Le encantaba reunirse en bares de Río para improvisar versos y canciones, creando un ambiente de camaradería entre artistas.
Entre sus poemas más conocidos se encuentran:
Su colaboración en la canción "Garota de Ipanema" (con Tom Jobim) lo catapultó a la fama mundial, fusionando poesía y música como nadie lo había hecho antes.
Vinícius de Moraes murió en 1980, pero su obra sigue viva, inspirando a quienes buscan la belleza en las palabras y los acordes.
Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
porque nada te podré dar sino la pena
de verme eternamente exhausto.
No obstante, tu presencia es algo
como la luz y la vida.
Siento que en mi gesto está tu gesto
y en mi voz tu voz.
No quiero tenerte porque en mi ser
todo estará terminado.
Sólo quiero que surjas en mí
como la fe en los desesperados,
para que yo pueda llevar una gota de rocío
en esta tierra maldita
que se quedó en mi carne
como un estigma del pasado.
Me quedaré... tu te irás,
apoyarás tu rostro en otro rostro,
tus dedos enlazarán otros dedos
y te desplegarás en la madrugada,
pero no sabrás que fui yo quien te logró,
porque yo fui el amigo más íntimo de la noche,
porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche
y escuché tus palabras amorosas,
porque mis dedos enlazaron los dedos
en la niebla suspendidos en el espacio
y acerqué a mí la misteriosa esencia
de tu abandono desordenado.
Me quedaré solo como los veleros
en los puertos silenciosos.
Pero te poseeré más que nadie
porque podré irme
y todos los lamentos del mar,
del viento, del cielo, de las aves,
de las estrellas, serán tu voz presente,
tu voz ausente, tu voz sosegada.
Traducción: Mariano Ramos
Amiga, infinitamente amiga
En algún lugar tu corazón late por mí
En algún lugar tus ojos se cierran al recordar los míos
En algún lugar tus manos se crispan, tus senos
Se hinchan de leche, desfalleces y caminas
Como ciega a mi encuentro...
Amiga, última locura
La tranquilidad suavizó mi piel
Y mis cabellos. Sólo mi vientre
Te espera, lleno de raíces y de asombros
Ven amiga.
Mi desnudez es absoluta
Mis ojos son espejos para tu deseo
Y mi pecho es tabla de suplicios
Ven. Mis músculos son dulces para tus dientes
Y áspera mi barba. Ven a sumergirte en mí
Como en el mar, a nadar en mí como en el mar
Ven, ahógate en mí, amiga mía
En mí como en el mar...
Lejos de los pescadores los ríos interminables
van muriendo de sed lentamente...
Fueron vistos caminando de noche hacia el amor
-¡oh, la mujer amada es como una fuente!
La mujer amada es como el pensamiento del filósofo
que sufre
La mujer amada es como el lago que duerme en el cerro
perdido.
¿Pero quién es esa misteriosa que es como un cirio
crepitando en el pecho,
Esa que tiene ojos, labios y dedos de formas inexistentes?
Por el trigo naciente en los campos de sol la tierra
amorosa elevó el rostro pálido de los lirios
Y los labradores se fueron convirtiendo en príncipes
de manos delicadas y rostros cambiantes...
Oh, la mujer amada es como la ola solitaria que se forma
distante de las playas,
Posada mucho más allá del fondo estará la estrella.
Quiero llorar porque te amé demasiado,
quiero morir porque me diste la vida,
ay, amor mío, ¿será que nunca he de tener paz?
Será que todo lo que hay en mí
sólo quiere decir saudade...
Y ya ni sé lo que va a ser de mí,
todo me dice que amar será mi fin...
Qué desespero trae el amor,
yo que no sabía lo que era el amor,
ahora lo sé porque no soy feliz.
Traducción: Carmen Gloria Rodríguez y Vania Torres
Poemas cortosPoemas y poetas brasileños
Una mujer al sol es todo mi deseo,
viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz
y la flor de los labios abierta para el beso
y en la piel refulgente el polen de la luz.
Una hermosa mujer, los senos en reposo
y caliente de sol, nada más se precisa.
El vientre terso, el pelo húmedo y una sonrisa
en la flor de los labios, abierta para el gozo.
Una mujer al sol sobre quien yo me arroje
y a quien beba y me muerda y con quien me lamente,
y que al someterse se enfurezca y solloce,
e intente rechazarme, y que al sentirme ausente
me busque nuevamente y se quede a dormir
cuando yo, apaciguado, me disponga a partir.
Traducción: Mariano Ramos
Sobre tus blancos pechos lloro,
mis lágrimas bajan por tu vientre
y se embriagan del perfume de tu sexo.
¿Mujer, qué máquina eres, que solo me tienes desesperado
confuso, niño para contenerte?
¡Ah, no cierres tus brazos sobre mi tristeza, no!
¡Ah, no abandones tu boca a mi inocencia, no!
Hombre, soy bello, Macho, soy fuerte; poeta soy altísimo
y sólo la pureza me ama y ella es en mí, una ciudad
y tiene allí mil y una puertas.
¡Ay! tus cabellos huelen a la flor del mirto
¡Mejor sería morir o verte muerta
y nunca, nunca más poder tocarte!
Pero, fauno, siento el viento del mar rozarme los brazos
Ángel, siento el calor del viento en las espumas
Pájaro, siento el nido en tu vello
¡Corred, corred, oh lágrimas nostálgicas
ahogadme, sacadme de este tiempo
llevadme hacia el campo de las estrellas
entregadme de prisa a la luna llena
dadme el lento poder del soneto,
dadme la iluminación de las odas
dadme el cantar de los cantares.
Que no puedo más, ¡Ay!¡que esta mujer me devora!
¡que yo quiero huir, quiero a mi mamita,
quiero el regazo de Nuestra Señora!
Una gota de lluvia
cuando el vientre grávido
estremeció la tierra.
A través de viejos
Sedimentos, rocas
Ignoradas, oro
Carbón, fierro y mármol
Un río cristalino
Lejano milenios
Partió frágil
Sediento de espacio
En busca de luz.
Un río nació.
Traducción: Carmen Gloria Rodríguez y Vania Torres
Poemas cortosPoemas y poetas brasileños
Piensen en la criaturas
Mudas telepáticas
piensen en las niñas
Ciegas inexactas
Piensen en las mujeres
Rotas alteradas
Piensen en las heridas
Como rosas cálidas
Pero oh no se olviden
De la rosa de la rosa
De la rosa de Hiroshima
La rosa hereditaria
La rosa radioactiva
Estúpida e inválida
La rosa con cirrosis
La antirosa atómica
Sin color sin perfume
Sin rosa sin nada.
Poemas cortosPoemas y poetas brasileños
De repente la risa se hizo llanto,
silencioso y blanco como la bruma;
de las bocas unidas se hizo espuma,
y de las manos dadas se hizo espanto.
De repente la calma se hizo viento
que de los ojos apagó la última llama,
y de la pasión se hizo el presentimiento
y del momento inmóvil se hiso el drama.
De repente, no más que de repente,
se volvió triste lo que fuera amante,
y solitario lo que fuera contento.
El amigo próximo se hizo distante,
la vida se volvió una aventura errante.
De repente, no más que de repente
Traducción: Carmen Gloria Rodríguez y Vania Torres
Esa mujer que se arroja fría
y lúbrica en los brazos, y a sus senos.
Me aprieta, me besa y balbucea
versos, rezos a Dios, votos obscenos.
Esa mujer, flor de melancolía
que ríe de mis pálidos recelos,
la única entre todas a quien di
caricias que jamás a otra daría.
Esa mujer que a cada amor proclama
la miseria y grandeza de quien ama
y feliz de mis dientes guarda huella.
¡Un mundo, esa mujer! Es una yegua
quizás, pero en el marco de una cama
nunca mujer alguna fue tan bella.
Traducción: Mariano Ramos