Chile: 1893-1948
Poemas de Vicente Huidobro para leer.
Palabras puntiagudas en el azul del viento
Y el enjambre que brilla y que no canta
LA NOCHE EN TU GARGANTA
Acaso Dios se muere
entre almohadones blancos
Bajo el agua gastada de sus párpados
El aire triangular
para colgar estrellas
Y sobre la verdura nativa de aquel mar
Ir buscando tus huellas
sin mirar hacia atrás
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Una corona yo me haría
De todas las ciudades recorridas
Londres Madrid París
Roma Nápoles Zurich
Silban en los llanos
locomotoras cubiertas de algas
AQUÍ NADIE HE ENCONTRADO
de todos los ríos navegados
Yo me haría un collar
El Amazonas El Sena
El Támesis El Rin
Cien embarcaciones sabias
Que han plegado las alas
Y mi canción de marinero huérfano
Diciendo adiós a las playas
Aspirar el aroma del Monte Rosa
Trenzar las canas errantes del Monte Blanco
Y sobre el Zenit del Monte Cenis
Encender en el sol muriente
El último cigarro
Un silbido horada el aire
No es un juego de agua
ADELANTE
Apeninos gibosos
Marchan hacia el desierto
Las estrellas del oasis
Nos darán miel de sus dátiles
En la montaña
El viento hace crujir las jarcias
Y todos los montes dominados
Los volcanes bien cargados
Levarán el ancla
ALLÁ ME ESPERARÁN
Buen viaje
Un poco más lejos
Termina la tierra
Pasan los ríos bajo las barcas
La vida ha de pasar
Marcho día y noche
como un parque desolado.
Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;
miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;
miro el campo herido a grandes gritos,
y el sol en medio del viento.
Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;
paso la mano sobre el lomo del viento;
los vientos, que pasan como las semanas;
los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre;
las luces, que pasan como los meses;
cuando la noche se apoya sobre las casas,
y el perfume de los claveles gira en torno de su eje.
Tomo asiento, como el canto de los pájaros;
es la fatiga lejana y la neblina;
caigo como el viento sobre la luz.
Caigo sobre mi alma.
He ahí el pájaro de los milagros;
he ahí los tatuajes de mi castillo;
he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós.
Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;
caigo del viento sobre la luz;
caigo de la paloma sobre el viento.
La tropa desembarca
En el fondo de la noche
Los soldados olvidaron sus nombres
Bajo aquel humo cónico
El tren se aleja como un mensaje telefónico
En las espaldas de un mutilado
Las dos pequeñas alas se han plegado
Y en todos los caminos se ha perdido un estrella
Las nubes pasaron
balando hacia el Oriente
Alguien busca su propia huella
Entre las alas olvidadas
Uno
Dos
Diez
Veinte
Y aquella mariposa que jugó entre las flores de los cuadros
Revolotea en torno de mi cigarro.
Tengo tu rostro entre las manos
Oh aire dulce retrato de aire
anillo del mundo y del pasado
tu rostro de silencio
rostro de lámpara tierna
con qué facilidad te formas en mis ojos
como vuelves alegrando la negrura.
Miseria del recuerdo
en el umbral del frío la selva se hace sueño
se desprenden las hojas
se mueren las miradas gota a gota.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Las ventanas cerradas
y algunas decoraciones deshojadas
La noche viene de los ojos ajenos
Al fondo de los años
Un ruiseñor cantaba en vano
La luna viva
Blanca de la nieve que caía
Y sobre los recuerdos
una luz que agoniza entre los dedos
MAÑANA PRIMAVERA
Silencio familiar
bajo la bujías florecidas
Una canción
asciende sobre el humo
Y tú
Hijo
hermoso como un dios desnudo
Los arroyos que van lejos
Todo lo han visto los arroyos huérfanos
Un día tendrás recuerdos
El villorrio.
Un tren detenido sobre el llanto.
En cada charco
duermen las estrellas sordas,
Y el agua tiembla.
cortinaje al viento
La noche cuelga en la arboleda.
En el campanario florecido
Una gotera viva
Desangra las estrellas.
De cuando en cuando
Las horas maduras
Caen sobre la vida.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Hoja del árbol caída en infancia
hoja caída de rodillas
en el centro de su olvido
dulce juguete de esperanzas y relámpagos
sangrando la cabeza malherida
como las ilusiones ópticas
en su palacio de muerte inolvidable
constante barco de corazón doliente
entre naufragio y sombra apresurada.
Hoja del nudo caído en árbol caído en infancia
adónde te arrastran hoja de dulce corazón
y los excesos del fuego de las águilas visuales
hojas de las ramas calefaccionables
detenidas en el aire
prontas a podredumbre entre sus propios brazos
como las aguas embrujadas.
Aquél pájaro que vuela por primera vez
Se aleja del nido mirando hacia atrás
Con el dedo en los labios
os he llamado.
Yo inventé juegos de agua
En la cima de los árboles.
Te hice la más bella de las mujeres
Tan bella que enrojecías en las tardes.
La luna se aleja de nosotros
Y arroja una corona sobre el polo
Hice correr ríos
que nunca han existido
De un grito elevé una montaña
Y en torno bailamos una nueva danza.
Corté todas las rosas
De las nubes del este
Y enseñé a cantar a un pájaro de nieve
Marchemos sobre los meses desatados
Soy el viejo marino
que cose los horizontes cortados
Una mirada
para abatir al albatros
Dos miradas
para detener el paisaje
al borde del río
Tres miradas
para cambiar la niña
en volantín
Cuatro miradas
para sujetar el tren que
cae en abismo
Cinco miradas
para volver a encender las estrellas
apagadas por el huracán
Seis miradas
para impedir el nacimiento
del niño acuático
Siete miradas
para prolongar la vida de
la novia
Ocho miradas
para cambiar el mar
en cielo
Nueve miradas
para hacer bailar los
árboles del bosque
Diez miradas
para ver la belleza que se presenta
entre un sueño y una catástrofe