Temas Poetas

Ted Hughes

Poemas de Ted Hughes para leer.

Alas: Poema de Ted Hughes en español fácil de leer

Ted Hughes: Canción

Dama, cuando la punta lunar te bendecía
te hiciste fuego suave grácil como una nube;
difíciles estrellas te nadaron el rostro;
erecta estabas y era tu sombra mi lugar:
te volviste y volvióse tu sombra entonces hielo,
Oh, mi dama.

Dama, cuando las aguas del mar te acariciaban,
eras mármol de espuma, mas guardabas silencio.
¿Cuándo nos abrirá la lápida su tumba?
¿Cuándo nos cederán sus espumas las olas?
Tú no perecerás ni volverás a casa,
Oh, mi dama.

Dama, cuando los vientos te besaban,
música les volviste pues eras caracola.
Yo sigo en pos del agua y de los vientos desde
que los oyó mi alma rompiéndose en pedazos
hurtados por vosotros, amantes desalmados,
Oh, mi dama.

Dama, piensa en el día cuando te habré perdido,
la luna a manos llenas esparcerá sus sobras,
las manos del mar, sucias del pecho de la tierra,
la herrumbre del planeta bajo el tacto del viento,
y mi cabeza, rota de amor, por fin tranquila
entre mis manos que estarán llenas de polvo,
Oh, mi dama.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Los compañeros de juegos de Cuervo

Cuervo, solitario, creó a los dioses para sus juegos:
pero el dios de la montaña se liberó de él

y cuervo cayó de la pared pétrea de los montes
con lo que se vio muy reducido.

El dios fluvial sustrajo los ríos
a sus líquidos vivientes.

Un dios tras otro: y todos fuéronse liberando de él
robándole su hogar y su fuerza.

Cuervo vaciló, sus restos, inertemente despojados.
Era residuo de sí mismo, escupitajo de sí mismo.

Era lo que su mismo cerebro no alcanzaba a comprender.

Y así, el mínimo, el menos vivo objeto existente
fue merodeando sobre su grandeza inmortal

más solitario que nunca.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Cuervo Ego

Cuervo esperó a que Ulises se volviera
gusano, y Cuervo lo comió.

Luchando con las dos víboras de Hércules
asfixió sin querer a Deyanira.

El oro que rindieron las cenizas de Hércules
es ahora electrodo en los sesos de Cuervo.

Bebiendo sangre de Beowulfo y abrigándose
con su piel, Cuervo alterna con fantasmas.

Sus alas son el lomo rígido de su libro,
él mismo única página, toda ella de tinta.

Por eso mira al fondo del pasado
como un gitano el vidrio del futuro,

o un leopardo la selva pingüe.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Cómo empezó a jugar el agua

Agua quería vivir
fue al sol y volvió llorando
Agua quería vivir
fue a los árboles la quemaron volvió llorando
La pudrieron volvió llorando
Agua quería vivir
fue a las flores la pisaron volvió llorando
Quería vivir
fue al vientre encontró sangre
volvió llorando
fue al vientre encontró cuchillo
volvió llorando
fue al vientre encontró gusano y podredumbre
volvió llorando quería morir

Fue al tiempo fue por la puerta de piedra
volvió llorando
fue por todo el espacio buscando nada
volvió llorando quería morir

Hasta que no le quedó lloro

Yacía en el fondo de todas las cosas

completamente agotada completamente claro todo

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Estaciones

I
De pronto su pobre cuerpo
se quedó sin la defensa
de su mente adormilada.

Antes de que el funeral se diluyera,
el féretro, como una lancha, se rompió a fuerza de sacudidas
entre las grandes estrellas que nadaban por su ruta.

Un rato

el tallo del tulipán a la puerta superviviente
y su chaqueta, y su esposa, y su última almohada
cogidos unos a otros.

II
Comprendo los ojos hundidos
de los viejos

secos residuos

rotos por mares que no podían vivir.

III
Eres extraño, sales de un huevo
puesto por tu ausencia.

En el gran vacío te sientas contento,
mirlo entre nieve húmeda.

Si pudieras hacer sólo una comparación:
tu situación es tan triste que desistirías.

Pero tú, desde el principio, rendido al vacío total,
luego a él se lo dejas todo.

Ausencia. Tu propia
ausencia

llora su reposo a través de tu música consumada,
su capa oscura sobre tu alimentar.

IV
Ya digas, pienses, sepas
o no, así es, así es, como
sobre raíles sobre
el cuello que dejan sus ruedas
la cabeza con su vocabulario inútil,
entre los plátanos azotados.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Examen a la puerta del útero

¿De quién son estas patas huesudas?
De la Muerte.
¿De quién este rostro quemado e hirsuto?
De la Muerte.
¿De quién estos pulmones que aún funcionan?
De la Muerte.
¿De quién esta capa de músculos utilitarios?
De la Muerte.
¿De quién estas entrañas increíbles?
De la Muerte.
¿Y toda esta sucia sangre?
De la Muerte.
¿Estos ojos que apenas ven?
De la Muerte.
¿Esta lengüecilla aviesa?
De la Muerte.
¿Esta atención arbitraria?
De la Muerte.

¿Dado, robado o en espera de juicio?
Asido.

¿De quién es esta tierra pétrea y lluviosa?
De la Muerte.
¿De quién es todo el espacio?
De la Muerte.
¿Quién es más fuerte que la esperanza?
La Muerte.
¿Quién es más fuerte que la voluntad?
La Muerte.
¿Más fuerte que el amor?
La Muerte.
¿Más fuerte que la vida?
La Muerte.
¿Pero quién es más fuerte que la muerte?
Está visto que yo.
Cuervo, pasa.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Un gesto

He aquí este gesto escondido.
Buscaba un hogar. Tanteó rostros
distraídos, por ejemplo, el rostro
de una mujer que se sacaba un niño de entre las piernas
pero en aquel rostro duró poco tiempo el rostro
de un hombre preocupadísimo
con el acero volador en el instante
de un choque de automóviles se fue de su rostro
dejándolo solo eso duró menos tiempo incluso, el rostro
de un soldado disparando ráfagas de ametralladora no mucho tiempo y
el rostro de un jinete en el segundo
en que chocaba contra la tierra, los rostros
de dos amantes en los segundos
en que tanto se penetraban que olvidáronse
completamente uno de otro yeso estuvo bien
pero tampoco duraba.

Así pues el gesto probó el rostro
de una persona perdida en sus gemidos
un rostro de asesino y el momento áspero
en que el hombre rompe todo
lo que se le pone a tiro y es capaz de romper
luego se fue de aquel cuerpo.

Probó el rostro
en la silla eléctrica buscando una permanencia
de muerte eterna pero era demasiado plácido aquello.

El gesto
volvió a hundirse, desconcertado por el momento,
en el cráneo.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Montañas

Soy una mosca si éstas no son piedras,
si no son piedras éstas soy un dedo.

Dedo, hombro, ojo.
El aire las rodea como atento.

Allí estaban ayer y el mundo anteayer,
contentas todas de su herencia,

no hacía falta trabajo, sólo poseer el día,
sólo poseer poder y su presencia,

sonriendo a distancia, luminosas las faces
de la paz del paterno testamento,

flores en el cabello, decorando sus miembros
el dolor del amor y el dolor del temor y el dolor de la muerte.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Pibroch

El mar aúlla con su voz vacía
tratando por igual vivos y muertos,
cansado de la bóveda celeste
después de innumerables noches faltas
de sueño, de objetivo, de autoengaño.

Como piedra. La piedra es prisionera
como ninguna cosa muerta o viva.
Universo de ovejas negras. Crece
consciente a veces de la mancha roja
del sol, soñando que es de Dios el feto.

Sobre la piedra el viento se apresura
y sabe penetrar en nada, como
la oreja de la piedra ciega misma,
que se da vuelta como si sintiese
su mente una explosión de direcciones.

Bebiendo el mar, la roca devorando,
el árbol lucha por abrirse en hojas:
una vieja caída del espacio
que desconoce nuestras circunstancias.
Sigue asiéndose, enteramente loca.

Minuto tras minuto, evo tras evo,
nada se frena ni se desarrolla.
Y no es tanteo ni frustrada prueba.
Aquí ojiabiertos ángeles penetran.
Aquí todos los astros se arrodillan.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

Ted Hughes: Rosa del alba

Está fundiéndose una vieja luna helada.

Agonía bajo agonía, el silencio del polvo,
y un cuervo que conversa con los cielos de piedra.

Desolado es el grito recortado del cuervo
como boca de vieja
cuando los párpados terminan
y las colinas persisten.

Un grito
sin palabras
como el quejarse del recién nacido
en la balanza metálica.

Como el sordo fogonazo y su estertor
entre coníferos, a la media luz lluviosa.

O como la estrella de sangre repentinamente caída,
pesadamente caída sobre la hoja suculenta.

Versión de Jesús Pardo

Poemas y poetas ingleses

El salmo de los jejenes: Poema de Ted Hughes en español fácil de leer

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz