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Sylvia Plath

Sylvia Plath

Estados Unidos: 1932-1963

Poemas de Sylvia Plath para leer.

Sylvia Plath: Otoño de ranas

El verano envejece, madre fría,
y los insectos son raros y escuálidos.
En este hogar palustre solamente
graznamos, nos ajamos.

Las mañanas se van en somnolencia.
El sol tardíamente nos alumbra
entre cañas sin nervio. Moscas fáltanos.
El helecho se muere.

La helada hasta la araña envuelve.
Cierto que el dios de la abundancia
por aquí anda. Nuestra gente
adelgaza, da pena.

Poemas cortosPoemas y poetas americanos

Sylvia Plath: La otra

Llegas tarde, lamiéndote los labios.
¿Qué dejé intacto en el umbral:

blanca Niké,
aullando entre mis muros?

Sonrientemente, azul relámpago
aceptas, como escarpia, el gravamen de sus partes;

Favorecido de la Policía, lo confiesas todo.
Cabello lúcido, limpiabotas, plástico viejo,

¿tan intrigante es mi vida?
¿Por eso agrandas tus ojeras?

¿Es por eso por lo que se alejan l~ motas de aire?
No son motas de aire, sino corpúsculos.

Abre tu bolso. ¿Qué es ese hedor?
Es tu calceta, asiéndose

asiduamente a sí misma,
son tus dulces pegajosos.

Tengo tu cabeza contra mi pared.
Cordones umbilicales, azulrojizos, lácidos,

chillan desde mi vientre, cual flechas, y cabálgolas.
O luz lunar, o enferma,

los caballos robados, las fornicaciones
circulan útero marmóreo.

¿A dónde vas
sorbiendo aire como kilómetros?

Lloran oníricos adulterios
sulfúricos. Cristal frío, ¿cómo

te introduces entre yo misma
y yo misma? Araño como un gato.

La sangre que fluye es fruta mate:
un efecto, un cosmético.

Sonríes.
No, no es mortal.

Poemas y poetas americanos

Sylvia Plath: Solterona

Esta chica de quien hablamos
en un paseo de abril ceremonioso
con su último pretendiente
súbitamente se asombró muchísimo
del charlar de los pájaros
y las hojas caídas.

Así, afligida, ella
vio que los ademanes de su amante
agitaban el aire y se irritó
entre el caos de flores y de helechos
acres. Juzgó los pétalos
confusos, la estación ajada.

¡Cómo deseó el invierno!
Austeramente, en orden minucioso
de blanco y negro
de hielo y roca, todo deslindado,
de corazón a fría disciplina
sometió, exacto cual copo de nieve.

Pero he aquí: un capullo
de sus cinco sentidos de gran dama
una grosera confusión deduce:
traición intolerable. Que el idiota

se rinda al caos de la primavera:
prefirió retirarse.

Y rodeó su casa
de alambradas y muros impasables
contra el tiempo rebelde
tanto que nadie lo rompiera
con maldiciones, puños, amenazas,
ni con amor tampoco.

Poemas y poetas americanos

Sylvia Plath: Soy vertical

Mejor querría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,
refloreciendo así de marzo en marzo,
reluciente, ni orgullo de parterre
blanco de admirativos gritos, muy repintado,
y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

Esta noche, en luz infinitésima
de estrellas, árboles y flores
han esparcido su frescura aulente.
Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo
a veces pienso que me les hermano
más que nunca: mi mente descaece.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra.
Árbol y flor me tocarán, veránme.

Poemas y poetas americanos

Sylvia Plath: Suceso

¡Cómo los elementos se endurecen!
La luz lunar, la peña como tiza,
en cuyo seno blanco ahora yacemos

espalda contra espalda. Oigo un búho
chillar desde su frío añil vocales
que en mi corazón entran insufribles.

El niño, en cuna blanca, se estremece,
suspira, abre la boca, pide algo.
Su rostro está esculpido en rojo y pena.

Y luego las estrellas: duras, arduas
de arrancar. Toco: duéleme y me quema.
No puedo ver tus ojos. Donde enfría

la noche la manzana en flor yo ando,
circular, en mi cauce hondo y amargo
de errores viejos. El amor no puede

venir aquí. Se muestra un negro abismo
en el opuesto labio.
Un alma blanca

y pequeña me llama, un blanco, mínimo
gusano. Abandonáronme mis miembros,
¿quién nos ha desmembrado? Nos tocamos

como tullidos. La oscuridad fúndese.

Poemas y poetas americanos

Sylvia Plath: Temores

Esta pared blanca sobre la que el cielo hácese a sí mismo:
infinita, verdad, intocablemente intocable.
Los ángeles se bañan en ella, y las estrellas igualmente, en indiferencia también.
Mi medio son.
El sol se disuelve contra esa pared, desangrándose de sus luces.

Gris es la pared ahora, desgarrada y sangrienta.
¿C6mo salir de la mente?
Los pasos a mi zaga concéntranse en un pozo.
Este mundo carece de árboles y de pájaros,
solo hay agrura en él.

La pared roja no hace más que sobresaltarse:
un puño rojo se abre y se cierra,
dos papelosas bolsas grises:
he aquí mi materia, bueno: y terror también
a que llévenme entre cruces y una lluvia de lástimas.

Irreconocibles pájaros en una pared negra:
torciendo el cuello.
¡Esos sí que no hablan de inmortalidad!
Dos frías balas muertas se nos aproximan:
con mucha prisa vienen.

Poemas y poetas americanos

Una vida: Poema de Sylvia Plath en español fácil de leer

Viuda: Poema de Sylvia Plath en español fácil de leer

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