Temas Poetas

Sergio Badilla

Sergio Badilla

Poemas de Sergio Badilla para leer.

Advenedizos: Poema de Sergio Badilla en español fácil de leer

Sergio Badilla: Adversario

La humanidad ha quedado vacante. Un mortal aspira
un último soplo de vida
(la vaciedad quimera su certeza
hechiza los artefactos que integran la esencia de su materia).
Nada es ulterior ni siquiera perenne bajo su razón
una mezcla de argumentos de cosas que pasan y cimentan este asombro
con atavíos y pendones
en un fragmento de territorio hostil donde yace
donde reposa donde convalecen sus huesos fríos
Los esqueletos tienen todo la muerte por delante
las osamentas trasponen la travesía de las sombras para abismarse
en el cese de toda energía (cada uno en su heroísmo)

La mochila obscurecida y estéril
siempre preparada para alguna nueva escaramuza
Es sólo un pensamiento que emergió de su cerebro alguna vez
¿En qué lugar nos encontraremos entonces donde no haya repugnancia
para que sepan de mi preñez de loba?
El silencio después de una guerra perdida
es parte del relato del mitómano redundante:
fábula que vence finalmente al adversario
y delira ante la unidad de los sentidos de alguien
que alguno recibe un lanzazo y allí queda tendido boca abajo.
El drama continúa en el mismo escenario y es inmemorial:
la humanidad ha quedado vacante un mortal aspira
un último soplo de vida

Poemas y poetas chilenos

Sergio Badilla: Aquellas preciosas

Acerca de las masnarras hay poco escrito
son especies que sufren de fotofobia permanente
de escasa irrigación de capilares
Seres vaginados
como los ángeles del convento de las Jerónimas de Sevilla
ejecutores genésicos de una progenie extinguida
Las masnarras magman la coherencia urden la analogía
y fraguan las equivalencias en medio de la noche
sueltan su cabello para tapar su tímido talante
y hacen el amor en algún recodo de la estación de Antón Martín
Las masnarras palidecen con frecuencia
debido a su nocturnidad prolongada
se imprecisan al amanecer se equívocan de manera contínua
en las noches de luna llena

Las masnarras son criaturas confusas indecorosas y mal nacidas
sin embargo hermosas y rubias después de entregarse al amor
aventurero
ambiguas de carne y hueso procaces de lengua y brío
estuosas de muslos enardecidas de ardor
las maznarras son individuas de mala educación

Poemas y poetas chilenos

Sergio Badilla: Dogma

El dolor al pecho me hace olvidarte unos momentos: evito la muerte me arrepiento. Es sólo la digna esencia de la materia: la duda la razón
invadida que conoce el miedo
He visto una alondra deflagrarse en el crepúsculo esta mañana. Nuestros huesos tienen aún identidad
son parte importante de un sujeto que respira. La luz temprana me despierta
me impacienta
la suavidad de tu piel en mi tacto tu hermoso vientre mis pupilas penetran se hacen parte de la luz mis manos te intimidan
Me he olvidado de mis hijos en la niebla. Los genes se pudren con los años pierden su vitalidad
la memoria tiene ahora un inexplicable hedor a basura fresca: me disculpo
porque estoy ante el umbral de la vida. Un olor profundo a alquitrán se expele de los viejos techos. Se consume un hombre silencioso en la tierra la cal corroe sus tejidos los desnaturaliza les arrebata su postrera identidad

Poemas y poetas chilenos

Sergio Badilla: Gentil dama de Helsinki

Descalza en la piedra donde no queda huella visible junto al rompeolas en el Kaivopuisto. La piel ardiente los atuendos despojados por el fervor de haberte conocido huyendo de un cuadro de Gallen Kallela con plantas silvestres que expelen su aroma fresco en la rambla. El 20 de julio Irak e Irán sellaban el final de una absurda guerra. Impetuosa la bajamar en la costa del Golfo de Finlandia señorita de un país álgido en la humedad de tu debido cuerpo frente al animal foráneo del sur del mundo con su sexo divergente y el sol y mi apariencia mojan tus pechos desnudos repetidamente con sus destellos y tu dorso inminente con mis manos en un atolondrado enredo. Apenas el beso frívolo de un hombre y un poco más que el ardor vigoroso contiguo al ruido de la Esplanden con sus cafetines veraniegos. El Ultimo Emperador de Bertolucci nos abruma y nos espanta después la casa familiar en Itä Pakila hasta cierto punto con olor a humo de leña menuda en la morada con voz baja - entre ambigüedad y fantasía - Vagar por esta habitación - a hurtadillas y sin ropas - con sus ventanas por donde acomete la noche virgen y mengua el calor cuando las sombras se tropiezan con la madrugada y mi figura mezquina. El verano es estable a mediados del 87 sólo el Crash del Stock Market en octubre inquietaría de nuevo al mundo externo. En el bar Kosmos - con unas copas de más en la sesera - comenzaba a aprender el evangelio de esta tierra.iluminada por el sol nocturno

Poemas y poetas chilenos

Sergio Badilla: Nos invaden

Un siervo se despide sigiloso de su tribu para evitar la penitencia. Su testuz combada y la frente con signos de ceniza de cara al fuego. Ha sido pues ungido en vida en una causa desvalida de fe, menguado de razón. El hombre diestro, pierde la validez que hasta entonces tenía su argumento. Un retrato inmóvil ajeno a cualquiera turbación, cuelga en una pared íntima. Es la intimidad del aposento donde reposa un cuerpo inerte, un tramo de un país en armadura donde también convalecen las osamentas de los míos. Los beligerantes vadean con torpeza los ríos abismales, acosan con su andar los valles de mi infancia, denigran con sus vocablos soeces a las tiernas valquirias, hostigamiento, acometen. El exterminio no salda cuentas de raíz, desventura y silenia a orillas del fuego. Una estrella crepita muda en un monte ajeno al ardor que languidece y el tótem doméstico sustenta aún así - la fidelidad con que la estirpe se ha arraigado en esta tierra. Empero persiste el miedo del penitente ante el arma arrojadiza del invasor y la imagen del delirio se apodera de la próxima tirada. ¿Habrá llegado la ruina?.

Poemas y poetas chilenos

Sergio Badilla: Luna (La misoginia de hombre con todo es un elixir final)

La misoginia de hombre con todo es un elixir final
para el ave rapaz cegada de pánico
en tu piel morena
los huesos ubicados en el lugar que corresponde
como paisaje anatómico
sugestivos en estructura al tacto y tu cavilante
bajo el follaje del viejo arce la luna fúlgida
la espesura profanada
resignada en el atractivo de estos otros huesos
débil aseguro por tu aspecto -
la pálida de la fiesta con otra figura
Una urbanidad desconocida sin embargo reconozco alguna semejanza
donde se ocultan los astros y tu te amparas en mis fantasías
¿Qué difumina tu belleza entonces?
Esa percepción abatida de otras épocas de frío y éxodo
o de altruismo o la validez apresurada de una ideología
la clarividencia ya no tiene sentido
cuando la pasión es infinita con el impío que adora
Se desdibujan
tus pechos en la umbría luz y un mirlo aletea
en el mismo instante en la tenuidad de la noche
La madrugada está saciada ya en tus pupilas de ninfa
orilla el sentido desnudo
el instinto apresurado
y los aromas quedan en mi cuerpo
como remedo de una insospechada tregua

Poemas y poetas chilenos

En la madrugada de Testa allé: Poema de Sergio Badilla en español fácil de leer

Sergio Badilla: De mala muerte

El enladrillado conducía al castillo de alcurnia
En el interior del atrio recuerdo - una escultura desnuda
de una princesa alelada
Más lejos eran la primeras luces
los menoscabos
los tiras y aflojas de intemperantes y proxenetas
Era junio - dicen - alguien me confirma desde un escondrijo
un anciano tocaba un tango medio dormido en un tablado
Más lejos era ya la madrugada y las putas fragorosas
perdían sus colores se esfumaban los feligreses
La ciudad disonante sin fundar aún por la
imprecisión del paisaje en la mirada
el suburbio chillón de tamboreo y huifa
El corazón palpitaba profundo:
un fragmento de vida .......una fracción de tiempo con malvados
Empero no había reino ni había tanta claridad
sólo una mañana a punto de deflagrar en la licencia
¿Qué estaría haciendo su alteza a esas horas?

Poemas y poetas chilenos

Sergio Badilla: Muro de Berlín

Hubo muchos que ni siquiera esperaron que me fuera
aves rapaces buitres de mala muerte
entraban y salían de las habitaciones apropiándose de mis cosas
mis escasos libros mis viejas corbatas mi chaqueta de paño inglés
Te guiñé un ojo al pasar y tú te sentiste claramente ufana
el rey se había muerto y el templo tenía las puertas derribadas
alguien destruía la validez del calendario

Allí paseábamos antes de la mano por la plaza pública
Lo había dicho, como si fuera un esmirriado slogan
un ridículo cartel de frontera
los hijos se quedan en casa
El mundo estaba bajo llave como si nada
las ojivas nucleares la Convención de Ginebra
la política de los teléfonos rojos
todo el polvo se barrió bajo la alfombra

Yo tampoco me arrepiento de haber amado en esos días
mis homenajes fueron antiguos humanos cándidos
Una misma moneda que tiene y tendrá dos caras la historia y la barbarie
los textos son ambiguos los burócratas irresponsables
Huelga establecer los límites memoriales ante la nada
la verdad es una refutación kantiana
los poderes se anulan como si fueran una ecuación matemática
que cambian su coeficiente

¿quiénes de los viejos quedan en las oscuras habitaciones del palacio?
¿a quién tributo el murmullo de esta época entonces?
ya no hay lumbres en las antorchas
el fuego se ha agotado hace tiempo en las ascuas

Poemas y poetas chilenos

Otoño del 96: Poema de Sergio Badilla en español fácil de leer

Sergio Badilla: Paisaje (El paisaje es estático un sarcasmo)

El paisaje es estático un sarcasmo. Un grupo de viejas canta salmos
cristianos hasta que quedan exhaustas las gotas caen incesantemente sobre la negra indiferencia del pavimento. La canción se desvanece en el ambiente
la traga el aire.
Una paloma se descuelga desde un inmenso pino. Alguien ha visto al viejo de los leños esta mañana
en el camino costero hacia la playa las gotas le resbalan del impermeable sucio para evitar las palabras: no saluda a nadie camina cabizbajo escupe en el suelo
El ave pasa volando ahora sobre las ancianas cantantes llueve

Poemas y poetas chilenos

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz