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Samuel Taylor Coleridge

Samuel Taylor Coleridge

Poemas de Samuel Taylor Coleridge para leer.

El arpa eólica: Poema de Samuel Taylor Coleridge en español fácil de leer

Samuel Taylor Coleridge: Canción de glicina

MIRÉ un rayo de sol,
combado en el azul, hasta la tierra,
y allí vi un pájaro atrevido:
¡oh, qué encantado y dulce!

Bajábase y subía, parpadeaba, en círculos
volaba por el rayo de soleada niebla,
con sus ojos de llama y con su pico de oro
y todo su plumaje de amatista.

Y así cantaba: «¡Adiós! ¡Adiós!
Lo que sueña el amor se cumple raramente.
Las flores no se quedan nunca, nunca;
no permanecerán las gotas de rocío.
¡Oh, mayo, mayo dulce:
ya es hora de partir!
Iremos lejos, lejos,
¡iremos hoy, hoy mismo!»

Versión de Màrie Montand

Poemas y poetas ingleses

La canción del viejo marino: Poema de Samuel Taylor Coleridge en español fácil de leer

Samuel Taylor Coleridge: Helada a medianoche

La helada cumple su secreto oficio
sin ayuda del viento. Un búho deja
su chillido en la noche -escucha- inmensa.
Todos descansan ya y me entrego a esa
soledad que propicia el desvarío.
Tan sólo queda junto a mí, en su cuna,
el reposado sueño de mi hijo.
¡Es tan tranquilo! Tanto que perturba
el pensamiento con su extremo y raro
silencio. ¡Mar, colina y arboleda,
junto a este pueblo! ¡Mar, colina y bosque
con los hechos diarios de la vida,
inaudibles cual sueños! La azul llama
se aquieta en el hogar y ya no tiembla;
sólo esa cinta interrumpe la calma,
agitándose aún sobre la verja.
Su meneo en la calma de esta escena
le da una semejanza con mi vida,
la toma una amistosa forma cuyo
endeble flamear hace un juguete
del pensamiento y es interpretada
a su modo por el alma, que busca
en cada cosa espejo de sí misma(...)

Versión de Gabriel Insuasti

Poemas y poetas ingleses

Samuel Taylor Coleridge: Inscripción para una fuente que mana en un brezal

¡SICÓMORO, a menudo con música de abejas!
Tales tiendas querían los Patriarcas. Cubran
esas añosas ramas intactas largo tiempo
la taza pequeñita y redonda, que ampara
de las hojas caídas una piedra. y envíe,
tranquila como el hálito de un infante dormido,
primavera esas aguas frías al caminante,
con palpitar seguro y suave. Que no cese
el cono de arenita en su mudo danzar,
al fondo, como un paje de los Ellos, pues baila
ahora, tan menudo y alegre como ellos,
sin turbar a la fuente en su tersura clara.
Aquí hallarás frescor y crepúsculo y musgo,
un blando asiento y una sombra profunda y vasta.
Más árboles no busques: ni lejos los verías.
Bebe, pues, peregrino, y descansa. y si tienes
muy limpio el corazón, también podrá tu espíritu
refrigerarse, oyendo algún sonido dulce
de las brisas o las abejas murmurantes.

Versión de Màrie Montand

Poemas y poetas ingleses

Kubla Khan: Poema de Samuel Taylor Coleridge en español fácil de leer

Samuel Taylor Coleridge: Meditaciones religiosas

Poema sin orden, escrito en la Navidad de 1794

Este es el tiempo en que la voz de la adoración,
que es divina para el oído, me levanta
como con la trompeta de un ángel; y accediendo
y mezclándome con el coro, casi creo ver
la muchedumbre celestial que cantó el himno
de la paz sobre los campos de Belén.
Pero tú eres más luminoso que el resplandor de los ángeles
que anunciaron tu nacimiento; tú, varón de dolores,
¡despreciado Galileo! Porque lo Grande
e invisible (que sólo percibimos por símbolos)
con extraña e insuperable luz
brilla desde el rostro del justo y oprimido
cuando, sin cuidar de sí, el santo flagelado
compadece al opresor. ¡Hermosa la miel
del viernes, el bosque, el mar, el sol, las estrellas,
huellas de su Señor Creador! (...)

Versión de Gabriel Insuasti

Poemas de NavidadPoemas y poetas ingleses

Samuel Taylor Coleridge: Hay una mente, una mente omnipresente

Hay una mente, una mente omnipresente
y omnífica. Su nombre sagrado es el Amor.
¡Oh verdad de sublime grandeza! Quien se nutre
sacia con ella su alma constante, escapa
con una bendición de este ínfimo mundo.

Es lo más alto del hombre,
nuestra meridiana majestad, sabernos
partes de una maravillosa totalidad.
Esto hermana al hombre y asienta
su caridad y su conducta. Pero es Dios,
difundiéndose en todo, quien hace todo una unidad.
Y ésta es la peor superstición: desear algo
que no sea Él mismo, suprema realidad (...)

Versión de Gabriel Insuasti

Poemas y poetas ingleses

La pintura o la decisión del enamorado: Poema de Samuel Taylor Coleridge en español fácil de leer

Samuel Taylor Coleridge: El recuerdo

...El heno removido y los primeros frutos,
el heno removido y las mieses de un campo
dicen: se fue el estío. La digital, muy alta,
esparce campanillas de púrpura en el viento,
o cuando se remonta, rozándola, una alondra
o se posa un pinzón en su tallo. El rosal
(en vano predilecto de amores complacidos)
yérguese al modo de una belleza de otros tiempos,
con las espinas, pero se fueron ya las rosas.
Ni logro hallar, en mi paseo solitario,
junto a fuentes o arroyos o en húmedo camino,
la flor azul que brilla, mirando, en la ribera
y es gema de esperanza: el dulce nomeolvides.
Mas no han de marchitarse las flores que Emelina,
con dedos delicados, en la nevada seda
trazó ( bien sabe ella que son mis predilectas),
ni, más querido aún, su cabello de ámbar.

Versión de Màrie Montand

Poemas y poetas ingleses

Samuel Taylor Coleridge: El ruiseñor

...Y un bosque yo me sé,
vasto, muy cerca de un castillo enorme,
que su señor no habita. Y en el bosque
los zarzales indómitos se enlazan
y quiebran los senderos, y la hierba apretada
y los botones de oro cubren las avenidas.
Mas nunca supe de un lugar tan lleno
de ruiseñores. Cerca o a lo lejos,
en árbol o zarzal, por todo el bosque,
se contestan e incitan en su canto,
con la pugna de trinos caprichosos,
murmullos musicales y rápidos gorjeos
y un leve silbo de mayor dulzura...
Tanto llenan el aire de armonía,
que, cerrando los ojos, olvidarías casi
que no era día. En los arbustos plateados
de luna, que abren leves hojuelas con relente,
tal vez los vieras sobre ramas finas,
sus ojos muy brillantes y redondos
centelleando, mientras un gusano de luz
ya su antorcha de amor alza en la sombra...

Versión de Màrie Montand

Poemas y poetas ingleses

Samuel Taylor Coleridge: La sombra de este tilo, mi cárcel

A Charles Lamb, de la Casa de la India, Londres

Ya se han ido y aquí debo quedarme,
a la sombra del tilo que es mi cárcel.
Afectos y bellezas he perdido
que serán intensos recuerdos cuando
la edad ciegue mis ojos. Mientras tanto
mis amigos, que acaso nunca encuentre
de nuevo por los campos y colinas,
se pasean alegres, tal vez llegan
a ese valle boscoso, estrecho y hondo
del que yo les hablé y que sólo alcanza
el sol del mediodía; o a ese tronco
que se arquea entre rocas como un puente
y ampara al fresno sin ramas y oscuro
cuyas escasas hojas amarillas
no agita la tormenta pero airea
la cascada. Y allí contemplarán
mis amigos el verde de las hierbas
desgarbadas -¡fantástico lugar!-
que se comban y lloran bajo el borde
de esa arcilla morada.

Ya aparecen
bajo el cielo abierto y de nuevo ven
la ondeada y magnífica extensión
de campos y colinas, y el mar
quizá con un navío cuyas velas
alegran el azul entre dos islas
de penumbra violácea. ¡Y caminan
alegres todos, pero tal vez más
mi bienaventurado Charles !Pues muchos años
has anhelado la naturaleza,
recluso en la ciudad, sobrellevando
con alma triste y paciente el dolor,
el mal y la calamidad (...)

Versión de Gabriel Insuasti

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