Temas Poetas

Pedro Jesús de la Peña

Poemas de Pedro Jesús de la Peña para leer.

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Aceptación del destino propio) (Sagitario)

Felicidad a veces, pero nunca
conseguirás la plenitud.

Aunque tu flecha alcance
el aire abierto, el viento, el sol,
el curvo espacio, la infinita carrera,
la longitud perdida de la tarde,
hay un caballo ilimitado
que sin jinete corre más allá.

Y tú, loco centauro, has de saberlo
y conocer qué límite te obliga
a ser mero jinete de ti mismo
inaprensible ecuestre del carcaj.

Pero lanzas tu flecha y nunca llega
donde tu sueño quiere ir, Quirón demente:
donde la noche es vida
y vida es el silencio,
donde germinan oros sin medida,
donde nace el temblor del talismán..!

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Acrópolis)

Y de noche seguir
con el puñal cerrado entre los dedos.

Hundirme por el bosque,
sintiendo en las espaldas ojos de aves nocturnas.

Tener el arma fija,
escuchando el resuello de las fieras.

¿No es acaso la vida esa emoción
que estas estatuas muertas nos han arrebatado?

Poemas cortosPoemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (El anti-ciprés)

Una vez planté un ciprés.
De mi tamaño.
Verja le dí, no tapia.
Agua y luz.
Malvarrosa cobijo en las adelfas
y sobre el ficus verde compañía.

Lo ví crecer
llamado a ser más alto
que mis generaciones,
varón y hembra a la vez
capaz de autoengendrarse.

Le ví mirarme
por las rendijas de la luna enorme,
en solitaria noche descampado,
y abrazarse a mi cuerpo como enjuto
perro de caza anclado en sus raíces.

Nacidos juntos y a la vez diversos
ninguna muerte iluminó su sombra
ni fundaron en él los cuerpos nido.
Me dio lo que le dí:
origen y conciencia de la belleza arbórea.

Era un ciprés para la vida.

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Back Home)

Je ne suis jamais seul
avec ma solitude.
G. MOUTASKI

Puedes venir si quieres.
Mejor no te engañes, sin embargo.
El invierno, ya sabes, es duro en esta casa
y la humedad dibuja anchos mapas hostiles
en todas las paredes
con ruda indiferencia hacia los huesos.

Y yo soy puntilloso y no permito
que te comas la fruta del frutero
o que naufragues en mi almohada
robándome tus brazos entre sueños.
Y menos que me quemes las cortinas
con esa ciega vocación suicida
con la que fumas todos tus cigarros.

Así que ven si quieres, Soledad,
y quédate a mi lado si tanto te apetece;
pero luego no digas que te obligo
a nocturnas juergas inconfensables.

Soy un amante infiel
y sólo sé estar solo cuando tú me acompañas.

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Los caaballos)

La niebla es los caballos cuando respiran:
de sus ardientes pechos sube a sus bocas,
como una nube blanca se eleva y gira
por los cortados picos, sobre las rocas.

El sol es los caballos cuando te miran,
el sol son los caballos cuando los tocas
después de ese galope en que traspiran
y relucen y brillan como las focas.

El viento es esas crines cuando se mecen,
la tempestad sus belfos cuando resoplan,
la vida sólo es vida cuando galopan.
Sólo es de noche cuando se desvanecen.

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Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Cantidad del fracaso)

Las cosas no las sabes hasta decir su nombre
y aunque los nombres sean más bellos que la vida
la vida es lo que existe, no el nombre de las cosas,
y aun algunas suceden sin saber pronunciarlas.

Poco sabes entonces de los hechos reales:
tus palabras son pocas para tantos mensajes
que lanzan los sonidos, que aprisionan colores,
que reclaman perfumes, matiz, sabores, tacto.

La poesía es bella y es gloriosa y es triste
porque intenta imposibles con espadas marchitas,
porque vive en los símbolos remotos del objeto
y efímero es su símbolo: el borbotón del agua...

La poesía se hunde en un agua estancada
y se eleva y convierte en emblema del aire:
vuelo fugaz del hombre cuando eleva su vista
y trasforma sus labios en gigantescas alas
de palabra armoniosa. Salvación de suicidas.

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Contra Jaime Gil de Biedma)

En un viejo país....acaso emocionante,
algo así como Rusia entre dos revoluciones
un grito de vida aflora en este instante
al recordar los días de las ejecuciones.

La hilera de indecisos se acrecienta
y se amplía el dolor de la melancolía
como una imagen vil y cenicienta
que se vendió con humos de utopía.

Hacen sombra los altos abedules
sobre el helado lago del pasado
y llega un resplandor rojo de azules
como en los sueños del doctor Zhivago.

Y sé que este dolor sobrevive a su ausencia
entre las ruinas de nuestra inteligencia.

Los Iconos Perfectos ( Premio 'Alfonso El Magnánimo'2002).

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Las diosas derrotadas)

'Lo Dios' sería la palabra más justa.
Porque también hay diosas derrotadas.
Valerosas mujeres que han abierto caminos:
¡qué espléndido coraje para afrontar la vida!.

La mujer es arroz sembrado en la ribera,
verde crece y de pronto, ya sazonado el grano,
absorbe toda el agua de la estación creciente.
¡Qué formidable fuerza tiene entonces su garra
de pantera moteada, su lengua poderosa,
su acariciante mano!

Magníficas mujeres que derrotan fronteras:
¡cuántas fronteras rotas revueltas en añicos,
cuántas ténues prisiones abiertas de barrotes,
cuánta desierta muerte en flores convertida!.

Y sin embargo, aun diosas, son mujeres vencidas.
Mujeres que acurrucan su mirada extraviada,
que se encogen de hombros y suplican tu fuerza.
Mujeres que eternizan su instantánea ternura,
que se quedan llorando junto a sus ojos verdes,
toda una historia entera de amores desvaídos.

De esa debilidad de las diosas-mujeres
nutrimos los varones nuestra fuerza perdida.

Los Dioses Derrotados (2000)

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Los druídas)

(A John Houston)

Si están verdes los prados,
si lozanos los trigos
¿Temeré yo al invierno,
me enfriarán las nieves?

Los bosques misteriosos
que ocultan las deidades
¿podrán quitarme el goce
de luminosos días?

El salto de las ranas
del cenagoso estanque
¿será menos alegre
cuando sople otro viento?

En la mística rosa
del libro de los sabios
¿tendrán menos color
sus pétalos marchitos?

Sufre Erín y entera llora
la muerte de Parnell:
el capitán de druídas
rey de las tribus celtas.

Algún rincón lejano
de transparentes aguas
se llenará de sangre
con el beso de un gnomo.

Los viejos sacerdotes
junto a las toscas cruces
rezarán sus plegarias
sin despegar los labios.

Entre todos los bardos,
artistas y guerreros,
no habrá ninguna estatua
tan clara y merecida.

Y, como a todas ellas,
la ensuciarán palomas,
la oxidarán las lluvias,
la escupirán mendigos.

¿Seré yo menos ciego
por adorar el muérdago
en los robles? ¿más cuerdo
por reposar en la arcilla?

Prefiero caminar antes
por los sombríos lagos,
llenándome la boca
con las silvestres moras.

O como Michael Furey
morir de amor prohibido,
lo mismo que Parnell,
como todos los vivos...
<< y los muertos>>.

Los Dioses Derrotados (Ed. Visor, 2000)

Poemas y poetas españoles

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Electroshock)

Antes de meter la cabeza
en el horno de gas
te conocí una tarde
en que cortabas leñas menudas
para encender el fuego en el invierno.
Estabas reclinada con el hacha
que reposaba encima de la minifalda
y eras la obscenidad del paraíso
más deliciosamente hecha serpiente.
Tu madre no sabía en aquel tiempo
la rara enfermedad de tu cerebro.
Y ni yo mismo imaginé, al saberte
tan pronunciada de cadera y muslos,
que un gusano muy lento caminaba
en tu sangre.

Cuando te ví en el hospital atada
de pies y manos sobre la camilla
no parecías la misma. Y no lo eras.
El diablo del espíritu había invadido
hasta las mismas raices del cabello,
en otro tiempo firmes y sedosas.
Nadie tuvo la culpa o quizás sí.
Quizá fue predecible tu locura
y no supimos leerla en ese instante.
Luego, cuando asfixiaste tus pulmones
lo mismo daba saber que no saber.

Sólo puedo decirte, tras tu muerte,
que nunca enciendo el fuego de la hoguera
más que con viejos papeles de periódicos.

(Poema inédito proporcionado por el autor)

Poemas y poetas españoles

La Zarza de Moisés (Un enano con una naranja): Poema de Pedro Jesús de la Peña en español fácil de leer

Pedro Jesús de la Peña: La Zarza de Moisés (Envejecemos juntos)

(A Sufi)

¿Y qué decir ahora de aquel valor atolondrado
que disputaba al viento su propia primacía
haciendo todo en uno el presente, el pasado,
la misma libertad?

Las Lejanas hogueras brillando en los parajes
en tanto que tú y yo, solitarios, resurgimos
como lobos hambrientos tras los verdes ramajes
con rugir de metal.

A lo lejos el ansia de los montes azules,
los roquedales cárdenos bajo la tarde gris,
los palomos pintados sobre un campo de gules
en búsqueda de amor.

Envejecemos juntos y juntos proseguimos
con esta bárbara costumbre de sobrevivir,
contra el viento de frente o el halago o los mimos
o la flecha del sol.

Pasaron ya los tiempos de saltarse las zarzas,
de vadear los ríos entre guijarros deslumbrantes,
de evitar la amenaza de abejas o de garzas
en pascual procesión.

En tu crin portentosa te ha salido una cana
y se une a las mías con la misma vejez.
Caballo hermoso y mío, tu cabeza es humana.
También tu corazón.

Somos como el centauro, sólo un cuerpo de amigos,
un cuerpo prodigioso ensamblado hasta su fin.
Envejecemos juntos entre mieses y trigos
con la misma dulzura que la flor del jardín.

Los Dioses Derrotados (Ed. Visor, 2000)

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