Poemas de Pablo Baca para leer.
Criaturas de la dicha
y de la pena, pequeñitas,
¿a qué volvieron esta tarde?
Sin ustedes no sería tan cruel
que me detenga mi padre
con una mirada de reproche,
cada vez que sólo
quiero salvarlo.
Sin ustedes
yo podría hablar con ella
cuando se para a mi puerta
como una estatua enorme
y me reclama amor.
Poemas cortosPoemas y poetas argentinos
Sola
delante de los que cantan sin morir,
los que destruyen el tiempo
con sólo cerrar los ojos,
que aman sanamente
y han podido vivir sin tocar
la demoledora inercia de las palabras
con que se repite tu muerte
desde una mañana cualquiera.
Sola, sí. Un fantasma
que ya ni tiene nombre
porque su canto fue
la entrada y el camino
pero más allá no había nadie,
sólo una melodía lejana.
Sola porque ahora ella es nosotros mismos
del otro lado de la muerte.
La voluptuosa del silencio.
La desaparecida de su propio cuerpo.
Aquella que permanece al lado,
toda la noche
sin poder hablar,
cada vez que una niña muere en sueños.
El ruido de la heladera que cesa de pronto y se
puede escuchar el murmullo del televisor en el
cuarto. También me pareció escuchar la voz de mi
hijo. No hay nada más y todo parece estar en
orden, pero yo sé por dónde entra el vacío en
esta escena. Pienso: yo mismo soy el vacío. Pero
sé que no es verdad. Después escucho gritos en la
vereda. Alguien está peleando, o sólo se trata de
borrachos.
Estos ya son sólo recuerdos cuando me siento a
escribirlos. Imágenes que vuelven, esta noche,
para decir que tendría que haberme quedado con
ellos. Acompañarlos en la tarde. Estar mirándolos
solamente. Haber dejado en sólo un instante, esta
lucha cruel que sigue y sigue. En un punto en que
ya no puede ser poesía hablar de estas cosas.