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Oscar Wilde

Oscar Wilde

Irlanda: 1854-1900

Poemas de Oscar Wilde para leer.

Oscar Wilde: Amor intellectualis

A menudo pisamos los valles de Castalia
y de antiguas cañas oímos la música silvana,
ignorada del común de las gentes;
e hicimos nuestra barca a la mar
que Musas tienen por imperio suyo,
y aramos libres surcos por ola y por espuma,
y hacia lar más seguro no izamos reacias velas
hasta bien rebosar nuestro navío.
De tales despojados tesoros algo queda:
la pasión de Sordello y el verso de miel
del joven Endimión; altivo Tamerlán
portando sus jades tan cuidados, y, más aún,
las siete visiones del Florentino.
Y del Milton severo, solemnes armonías.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: Apología

¿Es tu voluntad que yo crezca y decline?
Trueca mi paño de oro por la gris estameña
y teje a tu antojo esa tela de angustia
cuya hebra más brillante es día malgastado.

¿Es tu voluntad -Amor que tanto amo-
que la Casa de mi Alma sea lugar atormentado
donde deban morar, cual malvados amantes,
la llama inextinguible y el gusano inmortal?

Si tal es tu voluntad la he de sobrellevar
y venderé ambición en el mercado,
y dejaré que el gris fracaso sea mi pelaje
y que en mi corazón cave el dolor su tumba.

Tal vez sea mejor así -al menos
no hice de mi corazón algo de piedra,
ni privé a mi juventud de su pródigo festín,
ni caminé donde lo Bello es ignorado.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: Casa de la ramera

Seguimos la huellas de pies que bailaban
hacia la calle alumbrada de luna
y nos detuvimos bajo la casa de la ramera.

Adentro, por sobre estrépito y movimiento,
oímos los músicos tocando a gran volumen
el «Treues Liebes Herz» de Strauss.

Como formas extrañas y grotescas,
realizando fantástico arabesco
corrían sombras detrás de las cortinas.

Vimos girar los fantasmales bailarines
al ritmo de violines y de cuernos
cual hojas negras llevadas por el viento.

Igual que marionetas tiradas de sus hilos
las siluetas de magros esqueletos
se deslizaban en la lenta cuadrilla.

Tomados de la mano
bailaban majestuosa zarabanda;
y el eco de las risas era agudo y crispado.

veces un títere de reloj apretaba
la amante inexistente contra el pecho,
y otras parecía que querían cantar.

A veces una horrible marioneta
se asomaba al umbral fumando un cigarrillo
Como cosa viviente.

Entonces, volviéndome a mi amor dije,
«Los muertos bailan con los muertos,
el polvo se arremolina con el polvo».

Pero ella escuchó el violín,
se apartó de mi lado y entró:
entró el Amor en casa de Lujuria.

Súbitamente, desentonó la melodía,
se fatigaron de danzar el vals,
las sombras dejaron de girar.

Y por la larga y silenciosa calle
en sandalias de plata asomó el alba
como niña asustada.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: El cuarto movimiento

Le Réveillon

El cielo está manchado con espasmos de rojo,
huyen las brumas envolventes y las sombras;
el alba se levanta desde el mar
como una blanca dama de su lecho.

Y caen flechas melladas, insolentes
a través de las plumas de la noche,
y una ola larga de luz gualda
rompe en silencio sobre torre y casa,

y extendiéndose amplia sobre el campo inculto
un batir de alas que despiertan al vuelo,
castaños que se agitan en la copa
y ramas con estrías de oro.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: Escrito en el Lyceum Theatre

Portia

A Ellen Terry

Poco me maravilla la osadía de Basanio
de arriesgar todo lo que tenía al plomo,
o que el orgulloso Aragón bajara la cabeza,
o que Marroquí de corazón en llamas se enfriara:
pues en ese atavío de oro batido
que es más dorado que el dorado sol,
ninguna mujer que Veronese mirara
era tan bella como tú a quien contemplo.
Aún más bella cuando con la sabiduría por escudo
al vestir la toga severa del jurista
y no permitieras que las leyes de Venecia cedieran
el corazón de Antonio a ese judío maldito.
¡Oh Portia!, toma mi corazón: es tu debido pago;
no he de objetar a ese aval.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Flores de amor: Poema de Oscar Wilde en español fácil de leer

Oscar Wilde: Hélas!

Con cada pasión a la deriva hasta que mi alma
sea un laúd en cuyas cuerdas todos los vientos tañen.
¿Para esto renuncié
a mi sabiduría antigua ya mi austero control?
Mi vida es un palimpsesto
garabateado en alguna vacación de muchacho
con canciones ociosas para flauta y rondó
que solamente ocultan el secreto del todo.
Por cierto que hubo un tiempo cuando osé pisar
las alturas soleadas y de las disonancias de la vida
logré claros acordes para llegar al oído de Dios.
¿Está muerto ese tiempo? Mirad, con mi pequeña vara
apenas toqué la miel del romance,
¿y debo yo perder la herencia de un alma?

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: Impression de voyage

Era un mar de zafiro y el cielo
ardía en el aire como ópalo candente;
izamos nuestra vela; soplaba bien el viento
hacia tierras azules situadas en el Este.
Desde mi proa alta divisé a Zakynthos:
cada bosque de olivos, cada cala,
las escarpas de Ithaca, el blanco pico de Lycaon,
y flores esparcidas en colinas de Arcadia.
El batir de la vela contra el mástil,
el rumor de las olas contra el casco,
rumor de risas jóvenes en la popa,
todo lo que se oía, al comenzar a arder el Oeste.
Y un rojo sol cabalgó por los mares.
Pisaba, al fin, el suelo griego.
(KATAKOLO)

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: Impressions

1
Les Silhouettes

El mar está marcado con unas bandas grises,
el quieto viento muerto desentona
y como hoja marchita es llevada
la luna por la bahía tormentosa.

Grabado claramente sobre pálida arena
está el bote negro: un joven marinero
sube a bordo en gozo distraído
con el rostro sonriente y mano reluciente.

Y arriba los zarapitos claman
y por el pasto oscuro meseteño
van segadores mozos de cuellos brunos ,
cual si fueran siluetas contra el cielo.

2
La fuite de la lune

Hay paz para los sentidos,
una paz soñadora en cada mano,
y profundo silencio en la tierra fantasmal,
profundo silencio donde las sombras cesan.

Sólo el grito que el eco hace chillido
de algún ave desconsolada y solitaria;
la codorniz que llama a su pareja;
la respuesta desde la colina en brumas.

Y súbitamente, la luna retira
su hoz de los cielos centelleantes
y vuela hacia sus cavernas sombrías
cubierta en velo de gasa gualda.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Impressions de théatre: Poema de Oscar Wilde en español fácil de leer

Oscar Wilde: A mi mujer

Con una copia de mis poemas

No puedo escribir majestuoso proemio
como preludio a mi canción,
de poeta a poema,
me atrevería a decir.

Pues si de estos pétalos caídos
uno te pareciera bello,
irá el amor por el aire
hasta detenerse en tu cabello.

Y cuando el viento e invierno endurezcan
toda la tierra sin amor,
dirá un susurro algo del jardín
y tú lo entenderás.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

Oscar Wilde: Nueva contrición

El pecado fue mío; yo no había comprendido.
Así de nuevo la música aprisionada está en su cueva,
excepto ese lugar donde ola irregular y moribunda
impacienta con sus inquietos remolinos esta magra ribera.
Y en el pozo marchito de esta tierra
el verano ha cavado una tumba tan honda
que apenas puede el plomizo sauce ansiar
una plateada flor de la afilada mano del invierno.

Pero, ¿quién es aquel que por la ribera viene?
Amor, mira y pregúntate. ¿Quién es ése
que viene con vestidos teñidos desde el Sur?
Es tu nuevo Señor, que besará
las no violadas rosas de tu boca,
y yo he de llorar, he de adorar, como antes.

Versión de E. Caracciolo Trejo

Poemas y poetas irlandeses

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