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Oscar Acosta

Oscar Acosta

Poemas de Oscar Acosta para leer.

Sobre el poeta Oscar Acosta [occultar]

El poeta que cantó a Honduras con voz propia

Vida y trayectoria

Oscar Acosta (1933-2014) fue un poeta, abogado y diplomático hondureño, reconocido como una de las voces más influyentes de la literatura centroamericana. Nació en Tegucigalpa y desde joven mostró un profundo interés por las letras. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, pero su pasión por la poesía lo llevó a convertirse en un referente cultural.

Obras más famosas

Entre sus poemarios destacan:
  • "Poesía menor" (1957): Una colección que refleja su estilo intimista y su conexión con la cotidianidad.
  • "Tiempo detenido" (1962): Explora temas como el amor, la soledad y la identidad nacional.
  • "Mi país" (1971): Un homenaje a Honduras, donde combina lo lírico con lo social.

Su poema "Canto a Honduras" es considerado un símbolo patriótico y ha sido recitado en escuelas y actos públicos.

Estilo literario

Acosta cultivó una poesía sencilla pero profunda, con un lenguaje accesible que resonaba en el pueblo. Evitó el barroquismo para privilegiar la emoción y la reflexión. Su obra oscila entre lo personal y lo colectivo, siempre con un tono melancólico y nostálgico.

Datos curiosos

  • Fue embajador de Honduras en España y Chile, lo que enriqueció su perspectiva literaria.
  • Recibió el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa en 1996.
  • Aunque menos conocido fuera de Centroamérica, su influencia en la poesía hondureña es comparable a la de Juan Ramón Molina.

Legado

Oscar Acosta dejó un testimonio poético esencial para entender la identidad hondureña. Su obra sigue siendo estudiada y celebrada, especialmente por su capacidad para unir lo individual con lo universal.

Oscar Acosta: LOS AMANTES

Los amantes se tienden en el lecho
y suavemente van ocultando las palabras y los besos.
Están desnudos como niños desvalidos
y en sus sentidos se concentra el mundo.
No hay luz y sombra para sus ojos apagados
y la vida no tiene para ellos forma alguna.

La hermosa cabellera de la mujer puede ser una rosa,
el agua tibia o un surtidoe enamorado.
El fuego es solamente un golpe oscuro.
Los amantes están tendidos en el lecho.

Poemas cortosPoemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: CABELLO DE MUCHACHA

Tu cabello es de humo dorado,
una copa con un jugo encendido,
un caracol de ondeado vidrio,
una flor de bronce tímido.

Tu pelo existe, tiembla suavemente
cuando mi mano llega a su rocío,
cuando lo beso entusiasmado,
cuando llora como los niños.

Tu cabello es un odre con frío,
una estrella dulce, un pistilo
que lucha por ser lirio.

Es una paloma convertida en durazno,
una corona que alumbra con sus cirios
y que calienta la sangre como el vino.

Poemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: Carta desde Torremolinos

Un laurel es tu mano entre mi mano
y agua unitiva el río de tu brazo,
ansias somos unidas por un lazo
tenso de resistir y cotidiano.

El roce de tus labios no fue en vano
y para comprobarlo te doy plazo:
sobre mi pecho de hombre está tu trazo
y tu aliento a mi boca está cercano.

Mujer ausente y todopoderosa
no deseo olvidar tu cuerpo fino,
ni tu caricia misericordiosa.

Amo tu risa de fulgente lino
y al recordarte ahora, dolorosa
se me vuelve la sangre y agrio el vino.

Poemas y poetas hondureños

ESCRITO EN PIEDRA: Poema de Oscar Acosta en español fácil de leer

Oscar Acosta: LA ESTRELLA

Sobre mi pecho abatido por los golpes
está tu estrella tibia, dolorosamente azul,
diríase un cielo toda ella.
No quiebra el agua su perfecta dulzura,
su sencillez es transparente y tiene
el uniforme brillo de la lluvia alta.
Déjame este lucero, este cuerpo celeste
sembrando sobre mi pecho lleno de golpes,
estás ya tan humilde que tu nombre
se puede decir con respeto y con pequeñas
letras de amor, dios mío.

Poemas cortosPoemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: FORMAS DEL AMOR

«Niña invicta,
te he visto ya en las onzas españolas»
Medardo Mejía

Mis manos tocan, niña mía, tu rumorosa piel,
tu dulcísima carne que tranquilos ángeles habitan,
tu cabellera suave,
tu corazón pequeño.

Oye la campana del día
apagando el luto de la noche
mira la luz que si lenciosamente nos cubre,
mira el cielo:
ese jardín sobre tu pecho;
respira el aire quieto
que el ruiseñor anuncia con su lanza,
conduce tu desamor
a un lago sepultado
y háblame con tus labios excelsos.

Llegué a sentir sobre las manos
el agua efímera,
el verano derribando sus torres,
el abismo cerrando uss ventanas,
el fruto abandonado,
el mar abriiéndose las venas,
el fuego hundido,
hasta que tú, niña mía,
perfecta virgen repetida,
me entregaste tu rostro.

Veo de cerca la copa
confusa de las aguas,
busco tu claro nombre entre las rosas,
tu dulzura en la esencia de los árboles,
tu vigilia en el beso,
tu olor en los duraznos,
tu luz en el rocío
y me doy cuenta sorprendido
que todo me lo traes, niña mía,
con tu mano sagrada.

Poemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: EL FUEGO

Frotó el indio la yesca,
el pedernal, el pino
con otro pino viejo,
la madera, las hojas
de roble, la corteza
de los ceibos caídos,
el cuerpo del animal
salvaje, el carbón
mineral endurecido.

El mundo cambió entonces
otro espejo movible
que no era el del agua,
alzó su brazo rojo
en la espesa maleza,
en el ámbito crudo
de miles de años
a la sombra, iluminados
solamente por el rayo
o por el centelleo
de los lúcidos ojos
de las fieras.

Tú te callaste entonces
viendo crecer la lengua
clarísima, la llama
que levantó su lanza,
su corona de espinas
y que lamió la noche
como animal salvaje.
Ante tu limpio rostro
de indígena doncella
nacía otro milagro:
el milagro del fuego.

Poemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: Llegar a ti, entonces, es buscar

Llegar a ti, entonces, es buscar
la voz de un niño entre las multitud,
recoger el miedo interminable
que origina un viento nocturno,
iluminar el amor con una lámpara
de primitivo y de dulce aceite,
tocar con los dedos un pájaro de azúcar
que besa el cuello de las mujeres,
limitar la invasión de la nieve
que llega con sus armaduras de frío
y verte tranquilo y reposado
quemando el intacto silencio.

Poemas cortosPoemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: EL NOMBRE DE LA PATRIA

Mi patria es altísima.
No puedo escribir una letra sin oír
el viento que viene de su nombre.
Su forma irregular la hace más bella
porque dan deseos de formarla, de hacerla
como a un niño a quien se enseña a hablar,
a decir palabras tiernas y verdaderas,
a quien se le muestran los peligros del mundo.

Mi patria es altísima.
Por eso digo que su nombre se descompone
en millones de cosas para recordármela.
Lo he oído sonar en los caracoles incesantes.
Venía en los caballos y en los fuegos
que mis ojos han visto y admirado.
Lo traían las muchachas hermosas en la voz
y en una guitarra.

Mi patria es altísima.
No puedo imaginármela bajo el mar
o escondiéndose bajo su propia sombra.
Por eso digo que más allá del hombre,
del amor que nos dan en cucharadas,
de la presencia viva del cadáver,
está ardiendo el nombre de la patria.

Poemas y poetas hondureños

Oscar Acosta: EL ROSTRO

De tu rostro purísimo y resplandeciente
surge una luz silenciosa
que todo lo desnuda, descubre
paraísos y mares de ceniza,
oculta sombras con su bella campana
y vuela como un pájaro.
Olvidar tu rostro es ahogar el corazón,
tratar de ignorarlo es vivir
a ciegas, dando tumbos;
no es necesario volver a decir
que tu rostro nos promete un reino
en un universo inmóvil y destruido.

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