Poemas de Orlando González Esteva para leer.
A la arbitrariedad de la memoria
cedo el discurso apenas iniciado
para que al despeñarse sin cuidado
se adjudique al azar mi trayectoria.
Hay que tergiversar, por ilusoria,
la verdad, ese gusto exacerbado
por los malentendidos que he burlado
desfaciéndole entuertos a mi historia.
Yo nací al alborear el Siglo de Oro,
soy autor de La isla del tesoro
y Madame Bovary tiene razón
cuando afirma que nunca me hizo caso.
La recuerdo, desnuda ante el ocaso,
saludando las naves de Colón.
¿A qué árbol se dirige
el pájaro cuando cruza
una flecha el aire y cambia,
fiel a la cita, su ruta?
Al árbol de su país,
allá solo, en la penumbra
de una región donde antes
de ser pájaro fue música.
Poemas cortosPoemas y poetas cubanos
VIII
La mulata santiaguera
se fue metiendo en la noche
montada en el carricoche
de la luna marinera.
Vio la insólita chistera
de la ciudad inocente
arder con su pretendiente
mientras ella, divertida,
retozaba sumergida
en un vaso de aguardiente.
XXV
De todo lo que me pides
te daré lo que me debes:
un cementerio de nieves
y dos o tres nomeolvides.
Si al fin y al cabo decides
esperarme en la trastienda
da por quitada la venda,
por cancelado el oficio,
yo miraré al precipicio:
llévame tú de la rienda.
XLV
Pensando en las musarañas
acabé por admitir
que la Poesía era un ir
y venir de alas extrañas.
Lo demás son telarañas
obligadas al prurito
de encerrar en un granito
la profusión de la arena.
Pero no vale la pena:
escribir es infinito.
XLVI
Poesía, vertiginosa
revelación del tintero.
Lotería, reverbero
donde la lima reposa.
Angustia de la tojosa
que planea sobre el agua,
rascabucheo en la guagua,
precaución de la rutina,
resabio de puta fina
que no se quita la enagua.
¿Qué edad cumple la luz esta mañana?)
a Teresa María Rojas
¿Qué edad cumple la luz esta mañana?
¿Por qué el ave no lleva dentro el nido?
¿Es posible que Dios haya tenido
de sí mismo una imagen tan mundana?
¿Quién compuso el silencio? ¿Qué campana
le dio forma? ¿Por qué se ha perseguido
tanto al viento, por qué se le ha prohibido
detenerse? ¿Por qué cae la manzana?
¿Es inútil que el tiempo retroceda
y se quede como una polvareda
retozando, en la nada, el infinito?
¿A quién debo temer cuando decida
encontrarle al espacio una salida
y se escuche en las Pléyades un grito?
Escribir tiene espíritu de nada.
Hay que revolotear en el abismo
y cortarse las alas que uno mismo
tiende sobre su sombra alucinada.
Y caer desde nunca, desde cada
vértice en el perfecto mecanismo
del azar que celebra en su mutismo
la creación, esa fábula encarnada.
Y yacer en las márgenes del sueño
donde la realidad es un pequeño
pez que burla las redes de la aurora
y revuelve las aguas del pasado
donde Dios se contempla ensimismado
y padece la luz que nos devora.
Mi madre tiene una tina
donde se baña una moza.
La moza tiene una rosa
y la rosa una cortina.
No se sabe, se adivina
un cuerpo desorientado,
una ración de pecado,
un frío como de muerte,
un golpe de mala suerte
y luego el cielo estrellado.
Poemas cortosPoemas y poetas cubanos
Una pared invisible
me separa de quien fui.
Tiene que haber por ahí
una puerta. Lo imposible,
posible. La arquitectura
de la realidad viciada
abierta a una bocanada
de aire, misteriosa y pura.
No sé dónde está esa puerta,
mas sé que en cualquier momento
una ráfaga de viento
pudo dejarla entreabierta.
Acaricio la estructura
hasta dar con una hendija
y, como una lagartija,
salgo de mi sepultura.