Poemas de Nora Méndez para leer.
Sube al atlas del reloj
Y date cuenta de su paso
Mira bien las apariencias
Son los miedos exaltados
Te tocará convivir con ellos
Todo lo que dure el viaje
Extiende rotundos los brazos
Recibe una a una las direcciones del dolor
Únete a la tormenta,
Inequívocos en ti
Van los rumbos de los peces
Y el aleteo de la red
Coloca espejos en tus hombros
Así sabrás de tus rivales
Recuéstate en la hierba
Y escucha el leve paso de los suspiros
Como en la guerra
Los detalles te mantendrán vivo
Siéntete pequeño
Muy pequeño
Solo así sabrás
La dimensión exacta
En la que el amor
Te ha colocado
Creímos,
Antes de ser torturadas
Que toda
La sensibilidad del mundo
La cargábamos
En la llanura adulta
De nuestra piel.
Y ahora
Comprendemos
Compañeros,
Que las convicciones y la fe
No pueden llevarse en la piel,
Pues sino,
Hace mucho tiempo
Se nos hubieran muerto.
Cárcel de mujeres, febrero 1989.
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
Estoy desenterrando
El hueso de mis emociones,
Se me están cayendo
Los versos de leche
Y mi poema anda descalzo
Untándose de verde.
Tengo las raíces
A flor de piel,
Porque es tiempo de palabras
Gracias al buen invierno.
Y voy a hacer con ellas
Una canastada de dulces
De mis sentimientos.
Es que se me anda apiando
La dulzura,
Y mi canto sale por donde puede
Como fustán buscando novio.
Los días juegan arranca cebolla
Unos con otros,
Y yo me subo a la rueda de caballitos
De tus besos.
Las palabras se me humedecen
Desde el fondo de la vida
Quizás porque El Salvador
Es un Zanate pasándose la calle
O porque las aves amanecen
Recitando entre las yemas de los árboles.
Y que importa si sólo soy
Una niña,
Con un libro de trigonometría entre las piernas.
A mis dos hijos
El pez terrícola
Traza el rumbo con su cola de risas
Y es la espuma su tren de fiesta
En la marea de castillos y murallas
Conque insemina las pupilas del mundo
El Quijote de mar
Enciende plétoras olas
Y son los remolinos de su angustia
La batalla salada que tensa contra Neptuno
Quien pensativo se marcha
Sentada en la arena
La Mona Lisa los observa
Mientras el viento suelta almohadas
En donde descansan los sueños rotos
De estos tres argonautas
Dicen que Nora Méndez
Es una buena poeta,
Vaya original,
Casi refrescante
Como una bebida de soda
Nora se da cuenta y sonríe
Su rutina tiene alas de repente
Entonces llega a su oficina
Y nada
Y pasa por el supermercado
Y tampoco
Y lee el Tresmil
Y mucho menos
Entonces
Abre los sobres de las cuentas
Los archivos del trabajo
Y se da cuenta que es sólo una ciudadana
Endeudada y con hartas tareas
Y dice
Eso es lo que soy
Una ciudadana
Resignada
se corta minuciosamente las alas
Y llorando hace colas
En los bancos
Y asiste a reuniones
En donde se le exige
Que el margen de contribución
De su departamento
Se incremente en un 17%
Mientras se muerde las uñas
Las mangas
El corazón
Y las palabras
Te coloco humano
Ante mi amor
Y te concedo un último deseo
Caracoles transitando
En imprudentes caravanas
Una pose de amor
No inventariada
Pero insisto en repasar
Tus corbatas
Ese miedo estrafalario
Y como por descuido
Dejo caer junto al látex
La más hermosa de mis críticas
Lo sé,
Hay una desviación en este poema
MUJERES TRABAJANDO
Dice el rótulo
La obrera naranja
Escarba de esta historia
La ternura
Se construye una hamaca
De recuerdos
Para mientras te pasa
Te olvida
Y te sepulta...
Se ha decretado un estado de alerta
En mis emociones,
Cada vez que pasas, cada vez que te veo
En mis pupilas arden
Tactos que se organizan
En la clande-intimidad
Donde tan bien
Conspiran mis hormonas.
Cargo un mitin de caricias
En mi pecho
Y un pubis insurrecto
Esperando que realices
Una volanteada de sueños
En mi vientre.
Todo un estado de sitio
Me subviertes
Y se levantan tibias barricadas
Si pretendo
Olvidar tu nombre.
Tengo que confesar
Que me has tomado por asalto
Y toda yo,
Soy tu territorio
liberado.
Cruzan la calle
Nadie les alquila una casa
El sol siempre los delata
Deambulan informales
Desatando la ficción
En la miope discusión del tacto
Y su territorio
En el centro de la mancha
Indeleble o pasajera
Está el cuerpo
Templo de todos los tiempos
Cuerpo
Amado y exhibido
Odiado y lapidado
Callado en la tortura
Cuerpo aborrecido
Al punto de la liposucción
Y la cirugía
Cuerpo combatiente
incinerado al final de la guerra
Cuerpo de mujer decapitado bajo puentes
En predios baldíos y cauces de aguas negras
Cuerpo de criatura
En el basurero de los
No deseados
Hoy por hoy
Los tatuajes preguntan
Por sus desaparecidos cuerpos
A la policía
Tatuaje holocausto
Numero de la muerte
Pero también
tatuaje bandera
Graffiti íntimo
Esta es la historia revertida
Qué diría Tommy Hilfigger
Al pasar por las calles de América Latina
En donde miles con sus tatuajes gritan:
??Cuerpo mío
Marginal y mal vestido
Nadie podrá verte pasar
Inadvertido??
Los neones de su imperio
Lucen colosales
Sobre las oscuras premoniciones del hombre
No es casualidad
Que nunca pueda girar a la izquierda
Que señale
Que apunte y fuego
Que repique
Que nos mida
Que corra contra nosotros
Seria tan fácil ponerlo a dormir
Con los canarios
Pero se corre el riesgo de olvidar despertarse...
Poemas cortosPoemas y poetas salvadoreños
a esta hora en que todo es distancia
a esta hora en que no te toco
en que nos tocan otros
y somos aún así
felices
reconozco la textura del amor
ese laberinto y limbo
donde todo lo que entra
es absorbido y colocado como ofrenda
se extravía
se confunde
escasea
los amantes deambulamos perdidos
en la capital del gesto
el roce el tacto
han extraviado su significado
a esta hora en que todo es distancia
a esta hora en que no te toco
en que nos tocan otros
y somos aún así felices
yo soñaré contigo
tu soñarás conmigo
serán los sueños
nuestro único encuentro
I
Cuelgas de tus vértices
cual ángel delicado
Que con volar se espanta
Se te olvida que volar
No es ascender
Es derramarse
dejarse caer
sujetándose a la nada.
II
Tengo un manuscrito
De tu pelo
Monosílabos enhebrados
De tu garganta
Un cancel del tamaño
de tu sombra
Y una lista de nombres
Que probarme,
Nunca
me cortaste una rosa...
III
Posaré desnuda
Sobre tu pentagrama
Me soltaré el pelo
Desordenado entre tus papeles.
Sobre el piso
Vaciaré mis ojos azules,
Sobre el pozo de la tinta,
En tu taza de café ...
Y alargaré mis manos
Como diminutas notas blancas,
Para que presuroso
me escribás
canción
Y cuando estés a punto
de tocarme
De ejecutarme
como a una pieza,
Me revelaré mujer
Y me orinaré de la risa.