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Maurice Maeterlinck

Poemas de Maurice Maeterlinck para leer.

Sobre el poeta Maurice Maeterlinck [occultar]

El poeta que exploró el misterio y el silencio

Vida y contexto histórico

Maurice Maeterlinck (1862-1949) fue un poeta, dramaturgo y ensayista belga, reconocido por su contribución al simbolismo literario. Nació en Gante, Bélgica, en una familia acomodada, pero su obra trascendió las convenciones de su época. Estudió derecho, aunque su pasión por la literatura lo llevó a abandonar la carrera legal. En 1911, recibió el Premio Nobel de Literatura por su impacto en la escritura simbólica.

Obras más famosas

Maeterlinck destacó por su poesía y teatro, donde el misterio y lo intangible eran protagonistas:
  • "Pelléas et Mélisande" (1892): Un drama simbolista que inspiró una ópera de Debussy.
  • "El pájaro azul" (1908): Una obra teatral que explora la búsqueda de la felicidad, adaptada múltiples veces al cine y teatro.
  • "Invernaderos cálidos" (1889): Una colección de poemas que reflejan su estilo melancólico y contemplativo.

Estilo literario

Su escritura se caracterizó por:

  • Uso de símbolos (como aves, luces y sombras) para representar emociones universales.
  • Diálogos minimalistas y silencios cargados de significado.
  • Temas recurrentes: la muerte, el destino y la conexión con lo invisible.

Datos curiosos

  • Fue un apasionado de la entomología; escribió ensayos sobre abejas y termitas.
  • Durante la Segunda Guerra Mundial, se exilió en EE.UU. debido a su oposición al nazismo.
  • Sus obras influyeron en autores como Rilke y en movimientos como el surrealismo.

Legado

Maeterlinck sigue siendo estudiado por su capacidad para transformar lo cotidiano en algo metafísico. Su obra invita a preguntarse: ¿qué hay más allá de lo visible?

Maurice Maeterlinck: Lo busqué treinta años, hermanas

Lo busqué treinta años, hermanas,
¿Dónde se escondió?
Y marchó treinta años, hermanas,
y siempre me huyó.

Yo marché treinta años, hermanas,
Ya no tengo paz!
El estaba en todo, ¡oh hermanas!,
Y ya no está más. ..

La hora es triste, muy triste, hermanas;
Desnudáos los pies;
Ya la noche muere, ¡hermanas!
Yo muero a mi vez...

Bien jóvenes sois, hermanas;
Mi bastón tomad,
E id lejos, muy lejos, hermanas,
Y siempre buscad...

Versión de Edmundo Bianchi

Poemas y poetas belgas

Maurice Maeterlinck: Canción

Ellos me anunciaron,
(Hijo, tengo miedo),
Ellos me anunciaron
Que él iba a partir...

Mi luz encendí,
(Hijo, tengo miedo),
Mi luz encendí,
Y me aproximé. ..

En la primer puerta,
(Hijo, tengo miedo),
En la primer puerta
La llama tembló...

Luego, en la segunda,
( Hijo, tengo miedo )
Luego, en la segunda,
La llama me habló...

En la tercer puerta
(Hijo, tengo miedo)
En la tercer puerta
La luz se apagó.

Versión de Edmundo Bianchi

Poemas y poetas belgas

Maurice Maeterlinck: Deseos invernales

Lloro los labios ya gastados
donde los besos no han nacido,
y los deseos abandonados
sobre dolores abatidos.
La nieve cubre el arenal.
Del cielo gris, es duro el ceño.
Y en el alcázar de mis sueños
lobos que rondan el umbral,
y observan en mi alma cansada,
mirando aquello que pasó,
toda la sangre derramada
por el cordero que se heló.
Sólo alumbra la luna errante,
con su tristeza siempre igual,
en la helada hierba invernal,
mis ansias, de hambre agonizantes.

Poemas y poetas belgas

Maurice Maeterlinck: Hay femenil temblor en mi alma

Hay femenil temblor en mi alma.
Ved lo que hice, Señor:
De mis manos, lirios de mi alma,
De mis ojos, cielos de amor.

La palma y el anillo he extraviado
-¡Perdón, Señor, por mi humildad!
Por la oración que os he rezado
-Flor en un búcaro- ¡piedad!

Piedad del labio por su mal;
Piedad por mi profunda pena...
Plantad en el charco un rosal;
Sembrad las fiebres de azucenas.

De las palomas, siento el vuelo
Que anubla de mi cielo el tul...
¡Piedad por el lirio del velo
Que me rodea de un gesto azul!

Versión de Edmundo Bianchi

Poemas y poetas belgas

Maurice Maeterlinck: Horas sombrías

Ved antiguos deseos que pasan,
Aun sueños de hombres cansados,
Aun ensueños que fracasan;
¡Días de esperanza pasados!

¡Hoy mismo huyamos de su asedio!
No se ve más estrella alguna;
Hay sólo hielo sobre el tedio
Y un lienzo azul bajo la luna.

¡Y aun llanto preso en trampa aleve
Ved a los enfermos sin fuego
Ya los corderos pacer nieve;
¡Piedad, Señor! ¡Oye mi ruego!

Yo, espero algo de despertar
Y que el ensueño haya pasado;
Y en mis manos la luz solar
Porque la luna la has helado

Versión de Edmundo Bianchi

Poemas y poetas belgas

Maurice Maeterlinck: Y si él retornara un día

Y si él retornara un día
¿Qué le habría de decir?
-Que lo esperó el alma mía
Hasta la hora de morir.

¿Si él cree mi respuesta vana
Y me pregunta algo más?
-Háblale como una hermana,
Porque ha de sufrir, quizás...

Tal vez que le diga, exija,
Dónde, entonces, estarás.
-Entrégale esta sortija
y nada responderás.

Si ve la sala desierta
¿Qué le diré a su estupor?
-Muéstrale la puerta abierta
y sin luz el velador.

Pero entonces, dolorido,
Dirá si te vi morir. ..
-Dile que yo he sonreído,
Para no hacerlo sufrir...

Versión de Edmundo Bianchi

Poemas y poetas belgas

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