Temas Poetas

Mario Rivero

Poemas de Mario Rivero para leer.

Mario Rivero: El amor

El amor es algo que viene y calienta
una vez. Y un instante no más,
-si es que viene-
Y después de esta costumbre de calor,
otra vez, ¡ay! nos deja muriendo solos.

¡En estos silencios! Este dejarse llevar
más allá de las barras de los bares,
y más allá del bien y del mal.

El amor es algo punzante. Y en verdad
con olor
que desaparece y nos dice. «Yo estuve aquí»
-reseda- en la rara y tenue sensación
de aromar,

en la habitación ya vacía...

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: La balada de los hombres hambrientos

Los hombres hambrientos tienen oro
casas con retretes de mármol
y vestidos suntuosos
Pero no pueden matar el hambre y la sed
del tigre de sus ojos

Los hombres hambrientos son
en alguna forma hermosos
Por una magia mortal y execrable
sus oídos se han vuelto sordos
Pero los hombres hambrientos simulan oír
y pagan bien a los cantores

Pregonan una extraña desesperación
han perdido el recuerdo de los humanos olores
caminan para buscar un aroma imbuscable
el de los tallos de las flores muertas y de los pétalos podridos
el olor que al mismo tiempo es
el olor de la muerte y el olor del nacer
Se cubre de moho el corazón
de estos hombres hambrientos
Se entrecruzan a la deriva
No se ven
Son muchos en movimiento
Sus mujeres lavadas en agua de caros perfumes sintéticos
adustas acechan también
aquel olor que alcanza los huesos
Si levantan las cabezas hacia cosas más altas
no distinguen otra cosa que el viento
Remeros esclavos en un gran bajel de oro
van los hombres y mujeres hambrientos…

Poemas y poetas colombianos

Balada de la muchacha-de-la-pollera-pronta: Poema de Mario Rivero en español fácil de leer

Mario Rivero: Balance

Es terrible no encontrar a dónde ir...

De las casas unas están destruidas,
sin lecho, a oscuras y con telas de araña,
con lepras en los muros y con espectros tristes,
otras se alzan tan falsas como un decorado.

Del palacio o la casa encantada,
la tapicería vemos gastada, anticuada.
No hay belleza en aquel lugar, no hay misterio,
y continuamos nuestro aislado camino,
en el jardín gotea el surtidor del cansancio.

Hay posadas que ya no se abren más por nosotros,
con las que hemos perdido el contacto,
cuando exentos de excusa, buscamos,
titubeantes como un extranjero,
o aun como mendigos, lejanos, extraños...

Es terrible no saber a dónde ir,
al final del día muerto
a la hora en que a veces se bebe, o se mata.

Encontrar que no hay sendero,
no hay camino, no hay puerta, donde llamar,
en la fatua sonrisa del triunfo,
o en el pobre final, consumida ¡la Casa del Alma!

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Ceniza azul

Del amor
sólo queda
un poco
de ceniza azul.

Volverías a
sentarte
junto al fuego
apagado
ahora que lo
sabes?

Poemas cortosPoemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Cosas que pasan

Este hombre y esa mujer se conocieron cierto día
Sin duda el hombre sonrió a la mujer
sin duda le trajo flores
sin duda llegó a conocer su olor entre mil
y hasta a olfatear su ropa interior
su brassiére sus pantalones
tirados sobre la cama

Años después ella pasa con un gordo contoneo
envuelta en pieles emplumadas
Su perfume es el mismo barato y dulce
lo mismo ondula su grupa de sanguijuela encantadora
tiene en cambio los ojos turbios
como dos cuentas desteñidas de porcelana

El parece un hombre serio y sobrio
con su cuentica en el Banco y su “curriculum vitae”
no hay duda de que ha sabido ubicarse en el proceso
la mira la examina de una manera abstracta
como si examinara
una cosa vieja oxidada
a la brillante luz del sol
Parpadeando estúpidamente desde un lapso de olvido
y sombra y grasa...

Tiresias ciego adivino de mamas arrugadas
Todos somos él
-o algo parecido al menos-.

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Endecha

Estábamos perdidos
cuando nos encontramos
en aquel retraso de aeropuerto.

Yo estaba lleno de noche y de frío,
aunque había pasado tres días
en el «San Francisco»,
con una muchacha de nalgas redondas.

Tu creíste que yo era un camionero.
Admiraste la vulgaridad de mi estilo
y me amaste por ello.
-No lo era.-

Yo creí que tú eras una princesa,
que arrastraba hasta mí su aburrimiento.
-Y es verdad.-

Como es verdad que seguimos estando perdidos.
Yo, por no poder soportar la realeza,
tú, por no saber nunca lo que estás haciendo.

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Un habitante

Este hombre no tiene nada qué hacer
sabe decir pocas palabras
lleva en sus ojos colinas
y siestas en la hierba.
Va hacia algún lugar
con un paquete bajo el brazo
en busca de alguien que le diga
«Entre Usted»
después de haber bebido el polvo
y el pito largo de los trenes
después de haber mirado en los periódicos
la lista de empleos.
No desea más que dónde descansar
uno por uno sus poros.
Hay tanta soledad a bordo de un hombre
cuando palpa sus bolsillos
o cuenta los pollos asados en los escaparates
o en la calle los caballitos
que fabrica la lluvia feliz.
Y dentro, en la tibieza
las bocas sonríen a la medianoche
algunos se besan y atesoran deseos
otros mastican chicles
y juegan con sus llaves
crecen los bosques de ídolos
y el cazador cobra su mejor pieza.

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Lágrimas

«En el juicio Final sólo se
pesarán las lágrimas»
Cioran

Conozco las lágrimas.
Sé de las lágrimas.
Un negro rocío cuyo sabor perdido
de nuevo encuentro.

He llorado de noche, a la orilla del mar,
oprimido por el dardo de la belleza...

Sollozado lágrimas por alguna espantosa
verdad,
secretamente. Serio como la muerte.
Donde no hay nada para engañar.
O desde lo alto de los tejados, donde
todos pudieran verme.

He llorado bajito, bajo, así de afligido
-medio-triste medio-enfermo-
por los nobles árboles desarraigados
viejos y negros...
Porque la mañana y la noche vienen otra vez
¡y siempre otra vez!
y una vez más, en inextinguible y eterno infierno.

¡He vivido cargado de lágrimas!
Han brotado mis lágrimas
en algún estupor de vino y silencio...
He llorado cubierto por mi sudor de sangre
en mi Huerto-de-los-Olivos. Herida el alma
en la despedida mas breve.

Compartido anónimos ruidos de lágrimas
en que prevalece, la secreta tristeza del
mundo.

Y sorbido la lágrima desde un párpado...
Una gota sola que cae, con impulso tierno
como e! de la rota cuerda de un arpa.

¡He llorado! ¡Llorado de amor o añoranza!
De vergüenza y orgullo. ¡De puro anhelo!
Lágrimas de vida y de muerte,
me han hecho verter una serie de pequeños hechos.

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: La luna y Nueva York

Nos encontrábamos todos los días
en el mismo sitio
compartíamos versos, cigarrillos
y a veces una novela de aventuras.
Lanzábamos piedrecillas
desde el puente donde almorzaban
los obreros de la fábrica de vidrio.
Le decía que la tierra es redonda
mi tía bruja y la luna un pedazo de cobre.
Que un día iría a Nueva York
la ciudad abundante en cosas estrambóticas
donde los gatos vagabundos
duermen bajo los automóviles
donde hay un millón de mendigos
un millón de luces
un millón de diamantes . . .
Nueva York donde las hormigas
demoran siglos trepando al Empire State
y los negros se pasean por Harlem
vestidos con colores chillones
que destilan betún en el verano.
Iría por los restaurantes
hasta encontrar un cartelito:
“Se necesita muchacho para lavar los platos.
No se requiere título universitario”.
A veces comería un sandwich
recogería manzanas en California
pensaría en ella cuando montara en el elevado
y le compraría un traje parecido al neón . . .
me iba a besar
cuando sonó el pito de la fábrica.

Poemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Madame

Siéntese frente al fuego
y hable madame
leyendo hacia adentro
en la pizarra donde la vida escribe.

Tal vez a mi pueda contarme
que alguien un día
llevó su mano -como un clavel
por una calle solitaria-.

Poemas cortosPoemas y poetas colombianos

Mario Rivero: Palabra

Ven palabra desnúdate
serás la amada de un hombre al que no le importa
si pareces fea o eres pobre.

Porque vosotras palabras
os parecéis como un desfile de mujeres hermosas
toscas o refinadas
podéis dar más unas que otras.
Pero tengo la debilidad de detestaros bien vestidas
la sola vista de vuestras lentejuelas de feria
me cansa de antemano
el corazón.

Sé que en cambio desnudas
pasáis con el secreto que nadie ha gustado
o que pocos comparten.
como alguna muchachita gris desmedrada
y sumamente silenciosa
con los zapatos llenos de barro
a la que una sola mirada a ella misma
la hace resplandecer
como envuelta en polvo de estrellas
y de mariposas apretadas...

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