Poemas de María Rosal para leer.
Sobre el poeta María Rosal [occultar]
Su poema "Geografía de la ausencia" (incluido en antologías internacionales) es considerado un himno contemporáneo al exilio interior.
Rosal renovó la poesía andaluza al mezclar el flamenco con vanguardias, demostrando que lo local puede ser universal. Sus talleres literarios siguen inspirando a nuevas generaciones.
Te ahogaré en mi cuerpo
una tarde de agosto,
mecido entre mis pechos
como árboles nocturnos.
Requisaré tu lengua para el perfil más duro
de mi carne. Hombre tú,
hombre siempre soñado.
Mas no ignoras la trampa y sabes
que te espero, cepo para tus huesos,
húmeda dentellada.
Y aunque caminas lento, llegas inexorable.
Te acercas y te vistes
sólo para el banquete.
Alacrán confiado, caballo desmedido.
Te acercas y te arranco la vida a dentelladas.
Sumisa cae la tarde de agosto
sobre tu piel de pájaro:
ángel asaeteado entre sábanas tibias
y un corazón latiendo
con las fauces abiertas.
Ajena a la cordura, con la pasión al hombro ensangren-
tado por breves mordeduras de placer, camina.
Nadie le ha dado un nombre. Todavía retumban en la plaza
las aguas silenciosas del olvido, ciegas en la distancia de
los cuerpos.
Nadie la ha despojado. No hay más verdad que la que lleva a
cuestas con los ojos abiertos y la palabra humilde.
Porque
nunca en el hartazgo del amor conoció el límite, el
resplandor inmóvil del ahorcado.
Ella sola es un cuerpo y su pregunta.
Ella, una ofrenda y una túnica de esparto.
Ella, la menor de todas las hermanas de la tierra, la que
acaba de nacer y pide un canto, la que teje de día
los hilos translúcidos de las mareas, la que teje de noche
el manto negro del amor inmóvil.
Ella, los pezones erectos, implora una vasija donde albergar
la leche que un fauno va extrayendo con un diente de
oro.
Se me muestra difusa
la luz azul del puerto,
los taxis amarillos
en los que nos amamos.
Recuerdo la propina
absurda entre las risas:
«Por favor, otra vuelta
para aplazar la muerte».
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
No he de callar, por más que con el dedo
o con la mano prieta me amordaces.
Orgullosa estaré, aunque disfraces
los vaivenes certeros donde cedo.
No he de callar, y en tan airoso ruedo,
cuando cerques mi orgullo y atenaces
mi fuste en altivez, cuando amenaces
no rendiré ni almena ni mi credo.
Y pues que en soledad luces mi arcilla
y te mantiene el deje de mi lumbre,
sigue frotando siempre, no hay mancilla.
No ha de mudar el tiempo tu costumbre
de alumbrarme en el gozo, ¡oh maravilla,
herida o sima y sin embargo cumbre!
Mala bestia el amor
Mariano Roldán
Pongamos por ejemplo
que hoy es jueves.
Que un sol de plomo
cae tras los cristales
y recuerdo
tu mano en día de lluvia.
Digamos que estoy sola
y te deseo.
Que no hallo el escenario
donde acoplar tu imagen
con mi aliento.
Bebamos y brindemos
por la triste ironía
de estar vivos
y no poder amarnos.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
Aunque me envíen a galeras no he de aborrecerte,
amado mío.
Envolveré tu barco, reventaré la proa contra rocas hostiles.
Comeremos con la sucia ralea de marinos sin patria, bebiendo
a morro barriles de ginebra.
No habrá losa de muerto que aplaque mis antojos. Ni antorcha
humana capaz de arder tu fuego.
Aunque pagues personal entrenado para guardar tu casa.
Así compres un perro y amaestres lagartos, sabré burlar la
guardia de absurdos mercenarios, agostar tus alarmas.
Desconectar ingenios de la era digital.
Convéncete.
Hay cosas que no cambian.
Por mucho que haya avanzado el mundo, en estas lides, no
he de capitular sin condiciones.
Prepárate a la lucha cuerpo a cuerpo.
Fuera vara de nardo, si no fuera
mástil, felicidad, sin par badajo,
dedo de luz divina, ¡qué carajo!
que tan sólo en ausencia sabe a tuera.
Nadie ignore su don, ninguna muera
ajena a las delicias del colgajo,
que en mostrando su afán no habrá destajo
ni hospitalario hogar pondrá barrera.
¡Danzad doncellas junto al palo santo!
Vuestra frente inclinad ante el icono
que izará desigual con vuestro abono.
Pues sólo así sabrá animarse tanto,
rendid honores, gusto, pleitesía,
hasta que os dé tributo en ambrosía.
Rendida por tu luz, por tu grandeza,
brazo crepuscular, espacio enhiesto,
cuerpo de la memoria manifiesto
en las lides de amor: arte y nobleza,
cóncava identidad a tu belleza
se te ofrece y reclama, bien dispuesto.
Debes hendir gallardo, tierno, apuesto
para velar tus armas con destreza.
Armado caballero en la colina
del monte donde fue reina y señora
digna Venus triunfal, dale contento
con sabio gesto a la oquedad divina.
No dudes sumergirte sin demora
en tan filosofal conocimiento.
Desmedida en tu huella,
eres hija inocente
del desierto y las olas.
Azul incandescencia.
Remota en tus senderos,
en la cumbre perfecta
del racimo y los labios,
cíngulo de tu aliento,
dormido en las adelfas.
¿Eres diosa o camino?
Mujer acaso. Y basta.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
Cruzas las avenidas
leales de mi cuerpo,
desarmando la noche
con jazmines desnudos,
soldados ojivales
que alertan las columnas.
Es estertor el viento,
gótica letanía,
pájaro deshojado,
mártir de tu capricho.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
Mi amor no tiene rostro.
Sólo tiene palabras luminosas.
Mi amor es puntual
y cada noche
recojo en mi buzón
su mensaje cifrado.
Enciendo el aparato, parpadea...
Escribe con mayúsculas los besos
y acaricia su cuerpo en letras de colores.
No hay temor al contagio.
Tan sólo su locura me estremece
y yo se la devuelvo
en megabytes desordenados,
-ebria de amor,
ya libre-, acariciando
mi sistema binario desbocado,
mis ventanas al viento con el alba,
el CD Rom tan terso, la memoria...
Tantas noches de amor son un regalo.
Descifrar los augurios
de la espiral perdida.
Sumergirme en la entraña
del azar y sus lizas.
Interpretar prodigios,
inciertas letanías.
Alimentar la llama
secreta de la vida...
Ese es mi oficio. Al fin,
sibila día a día.