Poemas de Margarito Ledesma para leer.
¿Quién me llama la atención?
-El Estación.
¿Quién hay que mis pesares calme?
-El Empalme.
¿Y quién sofoca mis males?
-De González.
Por eso mi pobre corazón
tiene unas ganas fatales
de pasiarse por el Estación
del Empalme de González.
¿Qué como cuando hago rimas?
-Unas limas.
¿Qué pueblo es el que más quiero?
-Chamacuero.
¿Y quién murió alrededor?
-Comonfort.
Por eso con gran sabrosor
seguiré haciendo mis rimas
y gustando de las limas
de Chamacuero de Comonfort.
¿En dónde se ahogó mi tío?
-En el río.
¿Dónde tu amor te pedí?
-También allí.
¿Dónde juego a la baraja?
-En La Laja.
Por eso, si no hace frío
en días que no se trabaja,
luego lloro y luego me río
junto al río de La Laja.
¿Por qué te tapas?
Al pasar junto a mi lado,
te tapas con el rebozo.
¿Pues qué crees estoy sarnoso
o que estoy descomulgado?
Pues no tengo nada de eso,
pues mi defecto mayor
es el tenerte este amor
que sin miedo te confieso.
Si no tienes voluntad
siquiera de contestarme,
yo creo que no hay necesidad
ni menos de avergonzarme.
Mucho menos todavía
de enredarte en el rebozo,
pues ya desde el otro día
te dije no estoy sarnoso.
La gente se entiende hablando
y aunque digas no me quieres,
yo he de seguir batallando,
porque así son las mujeres.
NOTA. Fíjense y verán cómo Tula ha agarrado la mala
imposición de taparse con el rebozo cuando me encuentra,
y por eso se lo digo aquí tan clarito, pues es una falta muy
grande de educación. Eso sólo se queda para la gente sin
ninguna crianza; pero se me afigura que sólo lo hace por
quedar bien con los demás y por hacerse grande, pues cómo
no le iba a gustar que yo la mire bonito.