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Luis Palés Matos

Luis Palés Matos

Puerto Rico: 1898-1959

Poemas de Luis Palés Matos para leer.

Luis Palés Matos: DANZA NEGRA

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.
El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.

Rompen los junjunes en furiosa u.
Los gongos trepidan con profunda o.
Es la raza negra que ondulando va
en el ritmo gordo del mariyandá.
Llegan los botucos a la fiesta ya.
Danza que te danza la negra se da.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Pasan tierras rojas, islas de betún:
Haití, Martinica, Congo, Camerún;
las papiamentosas antillas del ron
y las patualesas islas del volcán,
que en el grave son
del canto se dan.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El alma africana que vibrando está
en el ritmo gordo del mariyandá.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Poemas y poetas puertorriqueños

Luis Palés Matos: A GLORIA MARÍA MADRAZO

Cuando puedas leer lo que hoy te escribo,
Ya yo estaré muy lejos
Por remotos caminos,
En el último viaje sin regreso...
Para entonces te digo:
Toma a tu hermosa madre de modelo;
Ella es aire y es luz y es melodía,
Y es levedad, ternura y sentimiento.
De su mano, ligera cual la nube,
Alada como el céfiro,
Irás por claros mundos de armonía,
Azules mundos de quimera y sueño.
Y toma de tu padre
Su gran bondad de corazón abierto,
Su generoso espíritu de lucha
Que infunde un goce límpido al esfuerzo.

Flanqueada así, ya puedes
Desafiar los abrojos del sendero,
Pues tu padre y tu madre están contigo,
Y la fe y el amor están con ellos.

Poemas y poetas puertorriqueños

PRELUDIO EN BORICUA: Poema de Luis Palés Matos en español fácil de leer

Luis Palés Matos: PUEBLO

¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo
donde mi pobre gente se morirá de nada!
Aquel viejo notario que se pasa los días
en su mínima y lenta preocupación de rata;
este alcalde adiposo de grande abdomen vacuo
chapoteando en su vida tal como en una salsa;
aquel comercio lento, igual, de hace diez siglos;
estas cabras que triscan el resol de la plaza;
algún mendigo, algún caballo que atraviesa
tiñoso, gris y flaco, por estas calles anchas;
la fría y atrofiante modorra del domingo
jugando en los casinos con billar y barajas;
todo, todo el rebaño tedioso de estas vidas
en este pueblo viejo donde no ocurre nada,
todo esto se muere, se cae, se desmorona,
a fuerza de ser cómodo y de estar a sus anchas.

¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo!
Sobre estas almas simples, desata algún canalla
que contra el agua muerta de sus vidas arroje
la piedra redentora de una insólita hazaña...
Algún ladrón que asalte ese banco en la noche,
algún Don Juan que viole esa doncella casta,
algún tahur de oficio que se meta en el pueblo
y revuelva estas gentes honorables y mansas.

¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo
donde mi pobre gente se morirá de nada!

Poemas y poetas puertorriqueños

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