Poemas de Kobayashi Issa para leer.
Sobre el poeta Kobayashi Issa [occultar]
"En este mundo / hasta el rocío es frágil… / ¿cómo no llorar?"
La vida de Issa estuvo marcada por la tragedia personal. Perdió a su madre a temprana edad y tuvo relaciones tensas con su madrastra y medio hermano. Sin embargo, encontró consuelo en su esposa, Kiku, y su hija, Sato, aunque ambas murieron jóvenes. Estos duelos influyeron profundamente en su poesía, donde la ternura y el dolor conviven.
Issa enseñó que la belleza reside en lo imperfecto y efímero. Su filosofía, influenciada por el budismo, celebraba la resiliencia ante el sufrimiento. Murió en 1828, dejando un legado que sigue inspirando a quienes buscan consuelo en la palabra sencilla. Sus haikus son un recordatorio de que hasta en la oscuridad hay destellos de luz.
El anterior morador:
Sé muy bien
Todo el frío que pasó.
* * *
Al llegar a la puerta,
La campana del Templo Mii
Se queda helada.
* * *
Aún así, aún así,
Sumiso ante el Más Allá,
El fin de año.
* * *
La luna creciente
Está torcida y encorvada
Penetrante es el frío.
* * *
En la tempestad del invierno,
Alguien llama al masajista
En vano.
* * *
Sencillo y sincero,
El criado también
Barre la nieve de la puerta vecina.
* * *
Bajo la fría lluvia,
Por amor a los demás,
¡Ten Piedad Buda!
* * *
Este fuego de carbón;
Nuestros años decaen
Igual.
* * *
Música sagrada en la noche;
Hasta las hogueras
Caen revoloteando las hojas teñidas.
* * *
La gente es poca;
Una hoja cae aquí,
Cae allí.
¿De quién es pues,
Hijos míos,
Esta roja, roja luna?
* * *
La brisa del otoño;
Se abren las flores escarlatas
Que la niña muerta quiso coger.
* * *
«No tendré nada más que ver
Con este sórdido mundo»,
Y el rocío desaparece.
* * *
De las blancas gotas de rocío,
Aprende el camino
Hacia la Tierra Pura.
* * *
Visitando las tumbas:
El viejo perro
Va delante.
* * *
¡La gente, ya se sabe!
Pero ni siquiera los espantapájaros
Están rectos.
* * *
Saltamontes,
No hagas pedazos
Las perlas del brillante rocío.
* * *
El anciano perro
Parece impresionado por el canto
De las lombrices bajo tierra.
* * *
Los dondiegos;
En los rostros de los hombres
Hay defectos.
* * *
La débil planta,
Al fin,
Tiene una vacilante flor.
* * *
Una simple hoja de la paulonia
Ha caído lentamente,
Esta mañana.
* * *
Nísperos silvestres,
La madre come
La parte amarga.
* * *
¡Qué grande, qué hermosa,
la castaña
A la que no pude llegar!
* * *
El ciruelo de mi cabaña;
No pudo evitarlo,
Floreció.
Para el corazón
que no duda,
las blancas flores del ciruelo.
* * *
Las flores han caído:
ahora nuestras mentes
están tranquilas.
* * *
Mientras dormía profundamente,
muy fatigado,
la primavera tocaba a su fin.
* * *
El mendigo
tiene el cielo y la tierra
como ropa de verano.
* * *
Silencio:
una hoja se hunde
en el agua clara.
* * *
La noche es larga;
el sonido del agua
dice lo que pienso.
* * *
Escuchamos los insectos
y las voces humanas
con distintos oídos.
* * *
El año se va:
oculto mis canas
a mi padre.