Temas Poetas

Julio César Aguilar

Poemas de Julio César Aguilar para leer.

Julio César Aguilar: Si acaso

Yo nada pido, nada
estoy diciendo, no,
es nada lo que quiero
al decir lo que digo;
mínimamente es nada
esto que estoy diciendo.

Si acaso, la conciencia
de no saberme muerto,
de pretender subir
por rumbo misterioso
a ese gran misterio
de la palabra dicha.

Yo nada pido, nada
estoy diciendo, no,
sólo sé que es del canto
la inevitable voz.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: La consigna y el milagro

Volver a tus dominios, infancia,
acercarse es lentamente
a la explosiva boca de un volcán
y luego ¿para qué volver entonces
al origen del desastre
donde aún el escombro
es el reino de la insanía
y una voz de látigo, férrea
para el castigo y la zozobra
hace cumplir puntualmente su mandato?
¿Para qué, entonces,
escarbar lo caminado
y hundirse en las cenizas
de un esplendor fallido en cuyas ruinas
aguarda temeroso un niño?

Regresar a la infancia
y salvar al corazón de su infortunio
han de ser la consigna y el milagro.

Poemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: El corazón

Amanece
tras un instante
y otro
ritmando sueños,
silbándole al sol
la memoria
de una leyenda.

Alza
su propio eco
hacia el más alto pino
de la noche lenta.

Bajo
el aliento palpitante
de la muerte
renace siempre
amaneciendo.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: El desierto del mundo

A través de la ventana (que son mis ojos)
veo el desierto del mundo
y miro lo que puedo, lo que sé mirar:
¿qué fuera yo si no fuera lo que soy?,
¿qué soy en este desierto
sino un cactus, un animal salvaje,
un insecto más?
¿Sería acaso el sol enfermizo,
el veneno de los alacranes
o el silencio devastador?

Descendiendo las escaleras del tiempo
no arribo a ninguna parte,
por eso me callo, por eso me voy...

Cierro la ventana
y me encierro en la oscuridad
de mi espíritu.

Poemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: Ecos de la agonía

Fui sólo sombra
habitada por el desdén, por los caprichos
de la luz vagante.
Fructificó en mi ser la desventura
y puntualmente repartí sus dones;
a veces la alegría dejaba en el aire su estela.
Árbol solitario, pan
de la multitud, fui
lo que pude.

De repente todo se va muriendo.
(!Dios, cierra los ojos
y mira tu obra
y compadécete
de ti!,
pero si soy yo el hacedor
de tanto fruto estéril, mándame
de una vez al infierno
y olvídame.
!Acaba ya conmigo, Dios,
tú ganas!)

Hoy, al borde
de esta tarde
yo también me muero,
para luego tal vez recomenzar...

Poemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: Elegía de la pierna

A la sombra de su estatura
bendice tú la harina de su hueso, ceniza caminante
en triste enflaquecido músculo
y piel de nardo.
Para que vuele, para que
no se incendie, sacúdele
la rabia que la aniquila.
Que en un grito alarido enorme resucite
y si no, luego entonces
nuevamente crucifícala.

Ha callado tanto tan silenciosamente
que ya no escucha, que no obedece más
los desvaríos de aquél que habla,
del que empinó en su copa
toda la embriaguez del infortunio
escondiéndose pronto luego en su corazón
que sabe sólo dar
caídas de ciego.

Poemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: Escribes

Escribes
bajo el fulgor de la noche,
sintiendo su influjo
como un llamado a la escritura.
Piensas entonces que la noche
uno a uno
te dictará los versos.
Pero en verdad, nada dice.
Solamente los grillos,
entre sí,
se dicen su cuento;
ah, y también las lechuzas.
Sigues esperando que la noche te hable,
y nomás un coro de estrellas lejanas
deletrea tu presencia.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: La espera

Ha vuelto a madurar la fruta sobre la mesa,
las flores de las macetas ya se secaron,
enterradas las cosas bajo el polvo
¿qué se puede hacer?

Los anocheceres dan fe de la espera,
la multitud de estrellas -testigo perpetuo-
sin duda alguna lo sabrá decir,
pero a quién sino al corazón
que a veces siento caduco,
imposible para vivir: endurecido.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: La flor en la tierra

La semilla de la muerte
que ha de germinar al sol
revienta bajo la tierra.

Las manos de Dios alegres
que desgranando los días
cultivan la muerte ya
trabajan siempre la tierra
desde el único principio
de la extensísima vida.

Apenas una raíz
asciende hacia el infinito,
mientras Dios medita y ve
los vastos frutos de luz
que van a cubrir la tierra.

Está la flor de la muerte
brillando sobre la tierra,
y con su esencia perfuma
el aire todos los aires:
los rincones de la vida
donde se deshoja eterna.

Poemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: Hacia la muerte

Como moneda
que lanzara Dios al abismo,
sin detenerse,
ruedan los días
hacia la abierta alcantarilla
por la que exhala, en su locura,
su desorden la infatigable muerte.

Y nosotros,
con el afán de rescatar la moneda
y de hacerla propia,
tras ella rodamos.

Arrojados al vacío
igual que desechos
por el Dios invisible,
junto con la moneda nosotros
vamos también al respiradero
donde, irremisiblemente,
un pedazo de nuestras vidas,
cualquier día al fin, ha de arrastrar
el asfixiante tumulto de sus aguas.

Poemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: La hora

Vuelve la luz
a hacerse luz, plácida claridad
en el vaivén de sombras,
y la calma otra vez, el remanso
donde reposa -como en el sueño el insomne-
su paso frenético el corazón.
El aire que se respira
se hace respirable,
y el paisaje a cada mirada
recobra el color y la forma.
Surge a la vida
el que vive en la muerte y muere de nada.
Esta es la hora de la resurrección.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Julio César Aguilar: Huellas del llanto

Como abandonados huérfanos, habitantes
del olvido, mis viejos zapatos
repasan todavía su historia
desde el recinto de las añoranzas y lo inservible.

¿Cuántas aún lágrimas tendrán por decir?
Oh tan míos mis sufridos zapatos
ejemplos de mi sinamor.

Muchas veces huir quise de sus tribulaciones:
contemplé los caminos que no anduvieron y ahondé
a la selva en la que me perdí.

Qué importa si con sus agravios
ahora me persigno:
aun así no restaño el cuantísimo tiempo
que por mi cobardía engañé el rumbo,
la dirección de su ortopedia
para juntos no andar
hacia el horizonte de nuestro destino.

En el país de los zapatos
los míos optaron por el exilio,
y aunque sobre todo mártires
de mi vergüenza,
ellos el espejo y mi referencia son.

Porque metáfora posible no hay
para llorar tanta amargura
yo sólo pienso, ay
amargos los zapatos míos
como triste fue mi corazón.

Poemas y poetas mexicanos

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