Poemas de Juan Bañuelos para leer.
Sobre el poeta Juan Bañuelos [occultar]
Juan Bañuelos falleció el 29 de marzo de 2017, pero su poesía sigue siendo un referente para las nuevas generaciones de escritores comprometidos con la justicia social. Su obra trasciende lo estético para convertirse en un testimonio vivo de las luchas populares.
A los hombres, a las mujeres
que aguardan vivir sin soledad,
al espeso camaleón callado como el agua,
al aire arisco (es el aire un pájaro atrapado),
a los que duermen mientras sostengo mi vigilia,
a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio.
En fin, diciendo ciertas cosas reales
en una lengua unánime, amorosa;
a los niños que sueñan en las frutas
y a los que cantan canciones sin palabras en las noches
compartiendo la muerte con la muerte,
los invito a la vida
como un muchacho que ofrece una manzana,
me doy fuego
para que pasen bien estos días de invierno.
Porque una mujer se acuesta a mi lado
y amo al mundo
Hija del campo
y de la luz/
vientre de piedra
sollamada/
nunca
se elevó
tan bajo
tu hambre/
tu sombra sin
su cuerpo/
la impostura/
la ceniza
de tus trojes
quemadas/
el látigo/los nadies
de la sed...
-qué sé yo qué!-
Y a punto
de salpicar
está
la sangre estando
fraternal
estaba
y doliente
dolida
La muerte
entona
entonces
zancudona
mente
una canción
de cuna
a donde el sol
camina
Perdida
a lo lejos
no puedo asir tu mano seca
como un río
Sé que vives: ven
- no sé dónde - sé
que vives / van
a acudir /
vendrán
todos tus hijos: las mujeres
y los hombres murciélago /
los cigarra
y los hormigas/
también
los pobladores de las Siete
Cuevas/
son los hombres de
maíz
con su rostro de limo
Dime
qué ves/vuelve
la cara/
gira/
danza
alrededor
de nuestro Árbol
de la Vida
Sordomuda
(no se dice tu nombre
se respira)
Habla
me
aunque es de noche
no tardes en llegar
oh Patria amarga:
Acompaña
me
Acompaña
nos
aunque es de noche
En tierra de acahuales
andamos andando
Bailemos
Bailemos
Desautorizo
mi ternura /
vuélvanse
mis ojos
turbulencia /
pido castigo ejemplar
a mis palabras.
al alba
quito la escalera
para que ninguna luz
suba a las ventanas /
que sea
irreflexiva
como un perro
mi bondad
que en los charcos
sean glorificados
mis instintos
que la vida tropiece
y su pie herido
sea mutilado.
desautorizo
a mi sangre
y a mi sexo /
y para mis oídos
toda voz /
toda vez
toda sombra
todo siglo
sea mi espalda
una sábana
árida.
la ausencia es una unión definitiva.
todo
tengo prohibido:
incluso la amargura.