Ignacio Montes de Oca y Obregón
Poemas de Ignacio Montes de Oca y Obregón para leer.
Sobre el poeta Ignacio Montes de Oca y Obregón [occultar]
El obispo que escribía versos: Ignacio Montes de Oca y Obregón
Vida y trayectoria
Ignacio Montes de Oca y Obregón (1840–1921) fue una figura singular en la historia de México: obispo católico y poeta reconocido. Nació en Guanajuato y desde joven mostró inclinación por las letras y la teología. Estudió en el Seminario Conciliar de México y más tarde en Roma, donde se doctoró en Derecho Canónico. Su vida estuvo marcada por el servicio religioso, llegando a ser obispo de San Luis Potosí y luego arzobispo de Monterrey.
Críticas y controversias
Aunque su obra poética fue elogiada por su elegancia y profundidad, algunos críticos señalaron que su estilo era demasiado académico, influenciado por su formación clásica y eclesiástica. Otros le reprocharon que, como religioso, sus temas a menudo evitaban la exploración de pasiones terrenales, centrándose en lo espiritual y moral.
Pasatiempos y afinidades
Montes de Oca y Obregón era un apasionado de la literatura clásica y la traducción. Dominaba el latín, griego, francés e italiano, y dedicó tiempo a traducir obras de Virgilio y Horacio. También fue un gran promotor de la educación, fundando escuelas y bibliotecas durante su episcopado.
Estilo literario
Su poesía se caracteriza por un lenguaje pulcro y métrica precisa, con influencias del neoclasicismo y el romanticismo tardío. Abordó temas como la fe, la naturaleza y la reflexión filosófica, siempre con un tono sereno y contemplativo.
Obras más conocidas
Entre sus poemas destacados se encuentran:
- "A Cristo en el Calvario": Un poema devocional que refleja su profunda espiritualidad.
- "La Fe": Una oda a la virtud teologal, escrita con un estilo casi litúrgico.
- "El Crepúsculo": Donde combina descripciones de la naturaleza con meditaciones sobre lo divino.
Aunque su figura como eclesiástico opacó en parte su legado literario, Montes de Oca y Obregón sigue siendo recordado como un poeta culto y refinado en la tradición mexicana del siglo XIX.
Ignacio Montes de Oca y Obregón: Ipandro Acaico
Triste, mendigo, ciego cual Hornero,
Ipandro a su montaña se retira,
sin más tesoro que su vieja lira,
ni báculo mejor que el de romero.
Los altos juicios del Señor venero,
y al que me despojó vuelvo sin ira
de mi mantel pidiéndole una tira,
y un grano del que ha sido mi granero.
¿A qué mirar con fútiles enojos
a quien no puede hacer ni bien ni daño,
sentado entre sus áridos rastrojos,
y sólo quiere en su octagésimo año,
antes que acaben de cegar sus ojos
morir apacentando su rebaño?
Poemas y poetas mexicanos
Ignacio Montes de Oca y Obregón: Al sol
¡Oh Sol! Yo amé tu luz, yo amé tu fuego.
Acarició en los trópicos mi frente
tu roja lumbre, para mí clemente,
y bienestar me dio, paz y sosiego.
Hoy tus favores a pedir me niego,
mi helado tronco tu calor no siente,
tu rayo ofusca mi ojo deficiente...
¡Inicuo Sol, me estás dejando ciego!
¿Acaso te ofendí, porque tus galas
y tu fulgor troqué por el estudio
al brillo de la lámpara de Palas?
¿O porque de la Luna enamorado,
a sus destellos pálidos, preludio
los cánticos que tú me has inspirado?
Poemas y poetas mexicanos