Temas Poetas

Federico Hernández Aguilar

Poemas de Federico Hernández Aguilar para leer.

Federico Hernández Aguilar: Algarabía de mi sombra

Encontré el soneto sobre mi cama.

Un olvido, aparentemente.

Lo he leído a algunos amigos
y me dicen que no lo publique,
que en realidad no esmío,
que no puede serlo,
que lo será algún día...
Aseguran que me estoy plagiando.

'¿Admitirás que lo escribió ella?', me preguntan.

Ella. Ella. Ella. Ella. Ella.

El eco es atroz.

Pero el soneto es tan mío como siempre:

'Algarabía cruel de los gemidos -dice el primer verso-,
mi sombra acude -(¿Ven cómo si soy yo?) -. Fuga de los años.
Recuento proverbial de mis engaños.
pereza de la tumba. Mis latidos. (Hablo de mí, ¡de mí!).

Hemisferio de rastros encendidos -reza el segundo cuarteto-.
Absurda beatitud. Molestia. Daños. (Es mi estilo, sin duda).
Paz en las huellas. Vínculos extraños.
Gorriones sin hogar y enfurecidos.
(Ella no pudo escribir algo así).

Maravilla. Pasión devoradora.
Karma de sal. Presencia de la vida. (Es mi sabiduría).
Ritmo. Restauración. Rencor. Aurora.
Rúbrica de la forma. Luz sin brida. (Un verso demasiado mío).
Esencia inaugural. Moral perdida.
¡Secuencia de una lógica inodora!'.

.......

Bien. Admito que algunas imágenes son suyas.

¡Pero la idea es mía!

Además,
ella piensa que escribir sonetos es una mariconada.

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Bíblico también

Usted quédese amando al prójimo

A mí la que me gusta es la prójima

Toda próxima
la prójima me gusta más porque sonríe
porque quiere y no quiere con los joos
porque se aprieta el pecho con soltura
y cierra las piernas con codicia

Usted quédese amando al prójimo

Yo prefiero a la prójima que mira
que sabe que toca que prueba

samaritana
magdalena
repentina
la sin piedras
la de nunca por si acaso
la que enseña a dudar de verdad
en salones repletos de prójimos

Quédese pues
usted
amando al prójimo

que yo seguiré a la prójima
prófuga
próxima
pródiga

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Esta danza que salvan las liturgias

Esta danza que salvan las liturgias
Este concepto inoculado hoy
Esta perpetuación de la inminencia
Este andar sin las huellas necesarias

Este pedir que se contagie un alce
Esta oportunidad de ser pequeño
Este imaginar párpados gigantes
Esta mancha de amor en las costillas

Esta vid Este ver este detalle
Esta legión de hormigas Este apero
Este mágico tren a la amapola

Ya nunca sin mis ojos estas cosas
Jamás tanta agonía sin mis dedos
Sin mi vértigo nunca tanto sueño

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Descifrando el pan

Aunque es alto Su nombre,
me ha dado, aquí en el pan,
un informe secreto.
Claudia Lars

El pan habla desde las mesas.

Nadie habla cuando él habla.

Recibe la vital esperanza de todos
y la convierte en promesas nuevas.

El pan no muere en las entrañas de los hombres.
(Ni tú ni yo
penetramos su callado mensaje).

Se rompe en nuestras manos
con facilidad,
como las margaritas,
como la magia de lejanos sueños infantiles.

El pan,
humildemente,
se esparce como los mejores recuerdos.
Cada migaja
es una burla a la muerte.

No le pidas mayores sacrificios.
No al pan.

Tu vergüenza queda bien escondida
tras su amable entrega.
No te justifiques.

Después de todo,
tus huesos son huéspedes de tu cuerpo;
tu corazón es un músculo que puede ser extraído.

¿A quién vas a pedirle mejor destino
para tu mendrugo?

Entiéndelo:

El pan es la señal
de que no podemos solos.

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Como Dios manda

Hay que mandar como Dios manda
que en eso es un experto el tal Dios
porque nunca nadie le mandó crearnos
y sin embargo le dio por sacarnos del polvo
y por quitarnos la famosa costilla
y echarnos a dormir en jardines
al lado de mujeres y culebras
que nos enseñaron a vernos desnudos
y al final saber del bien y del mal
y ponernos a sudar
y a las mujeres parir con dolor
y darnos hijos que se matan de envidia
y libres albedríos
y platos de lentejas
y 7 mil plagas
y circos romanos
y hogueras y bulas
y cruces y guerras
y guerras y todo...

Yo no sé qué piensen ustedes
pero cuando Dios manda

manda!

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Divertente

Puto es el hombre que de putas fía
y puto el que sus gustos apetece,
puto es el estipendio que se ofrece
en pago de su puta compañía.
Quevedo

¿Que reír no podemos con poesía?
¡Aquí estoy yo para mirar contrario!
Trompada, sexo y risa son ternario
también en el poeta noche y día.

Si la gente no entiende mi osadía,
¡se estanque el hombre en el común agrario!:
se quede hartando del afán gregario
sobre el retrete de su hipocresía.

No es maña, no es veneno, no es porfía;
¡es estricta divierta de estepario!
Es gana de mostrar que todavía

soy amigo del chusco comentario.
Quien busque carcajada en la poesía,
¡mi verso encontrará de dispensario!

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Freud

Necesita una hora de llanto
el niño perdido en el bosque
para vengarse toda la vida.

PASIÓN

Porque sabe que hemos venido
a aplastarla nuevamente,
la hierba se pone amarilla al vernos.

ARA

Ponedle un caso en las ramas,
amarradle una pistola al tronco,
cubridle de espeso carmín las hojas,
vendadle cada una de sus raíces...
Y ni por esas
se parecerá al hombre.

EDAD

Veintirrés años de vida,
doce de asombros,
dinco de inquietudes,
ni uno de certezas.

EROTISMO

Mientras bajo con mis labios a otra parte,
¿te comes mi dedo índice?

VERGÜENZA

Tres pudores rozando con el asma
que por la lengua sale a desvestirte.
Un cruel, atrabiliario y gris fantasma
que teme verte amar y divertirte.

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Gotas

I

Para beber con saña en tu mirada,
bastar?con mirarte sin abismo:
mirarte de una vez, sin espejismo,
con la lágrima firme y habitada.

V

La vida es un conjunto de atisbos.
El hombre
es un destello en el acaso...

XII

He dejado dormidas
las metáforas oscuras...
No es ningún pecado
que me entiendan.

XIII

De tan remendada que tengo el alma,
hoy,
en la ducha,
tres mosquitos mostraron más
personalidad que yo.

XIV

¿Que me vaya?
¿Que te deje?

¿Y si empiezo a respetar el
calendario?

XVII

¿Mentiroso?
¿Cuántas verdades te he dicho
para que me llames mentiroso?

XXVII

Me pesan los dedos
sobre el teclado.
Hoy
no bailarán mis fuerzas.

XXXIII

El silencio es el hijo pródigo
de algunos poetas.

XXXIV

Anoche soñé
que podía inmortalizar mis gritos.
Me levant?gritando,
pero, al intentar escribir,
me faltaron tres condenadas vocales.

XLI

Has tenido entre tus labios
lo que yo sólo puedo tener entre mis
manos...
¿Negarás que conoces
los despertares de mi cuerpo?

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Impetración

Mujer de dimintuas compresiones:
Seas conmigo.

Dama inocente de huracanes perfectibles:
Seas conmigo.

Niña amapola de caricias sobornadas:
Seas conmigo.

Onza de acrobacia con desnudez aprendida:
Seas conmigo.

Mujer por siempre de esta noche:
No te vayas, no te vayas sin mí
al infinito.

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Federico Hernández Aguilar: Instrucciones para seducir una palabra

Como si quemara
la pones en el centro de tu mano.
Con la uña de tu dedo medio,
suave y ardorosamente,
le quitas su olor a semántica,
de forma que logres desnudar su espalda.
No olvides hablarle quedo,
sin engaños,
alabando su determinación
o su pereza,
hasta que ella misma deje de moverse
como una lombriz de tierra.
Tócala,
admira las bondades de su instinto,
deja que sienta el calor de tu arrogancia.
No le digas tan de prisa
qué verso la requiere.
No la espantes con tus ansias.
Frecuenta sus múltiples ombligos
y susúrrale que la prefieres,
que nada va a pasarle,
que ya te conocen allá
de donde vino...
Comprueba que su agitada respiración ha
disminuido
antes de pasar las yemas de tus dedos
por las candentes sienes.
Humedeciendo cada poro,
aguántala sin miedo entre tus manos.
Imagina sus vellos erizados.
Consiéntela,
malcríala
y así,
como se transporta un ave herida,
lleva su inocencia al escritorio,
¡a la infinita página blanca!

Poemas y poetas salvadoreños

Federico Hernández Aguilar: Juego

Cuando la sangre corre por las venas
rocosas del volcán que ti despierto,
es un trance de amor sacarme muerto
del fondo a la pasión que me condenas.
¿Es que tu gracia no resiste penas
y las sufres, mujer desde mis plintios?
¿Qué buscas en la sed de mis instintos
que no pueda ofrecerte mi ternura?
¡Compatibles los dos en la aventura,
y en el amor tan frios, tan distintos!

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Federico Hernández Aguilar: Lista de motivos con pregunta

A Karina

Tus iniciales le harían un favor a la gramática,
pero t?no te envaneces.

Tu lengua sería Byron de poder cojear,
pero t?no te ufanas.

Tu piel sabría mudarse a un barrio más tranquilo,
pero t?no te jactas.

Tu corazón no sudaría ni entre mis manos,
pero t?no presumes.

Tu crueldad soñaría con Freuds descuartizados,
pero t?no alardeas.

¿Cuándo empezarás a tenerte miedo?

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Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz