Poemas de Enrique Jaramillo Levi para leer.
Hay días
en que salgo a buscarme
y no me encuentro
por ningún lado.
Si acaso logro verme
en alguna fuente clara
o detrás de la fachada
de un escaparate
resulta que es otro
el que me está mirando
como un reflejo.
Es cuando me doy cuenta
de que no me necesito ya.
Cuando las cosas
dejan de tener sentido.
Poemas cortosPoemas y poetas panameños
A Tatiana, mi primera hija
El día es gris
y están frías mis manos
cuando a través de la ventana
veo agitarse los rosales
en el jardín
azotado por el viento.
Empieza a llover
como un lento aprendizaje
de la naturaleza
hasta que la oscuridad
que ha ido creciendo
entra en mi ánimo.
Oigo un suspiro
leve
a mis espaldas
y me doy vuelta
buscando recuperar el tiempo
de la alegría
en el espacio exacto
que ocupa el pequeño bulto
animado
sobre el tapete.
En su rostro pálido me veo repetido
y pienso que esa sonrisa suya
inocente
es capaz de mover el mundo
en que me muevo
iluminándolo
hasta cortarle las alas
a la tristeza
y restaurar mil veces
el genuino rostro
de la paz.
Se abre, meandro de esplendor;
palpitante, desde su centro me incita,
me ruega, no tardes tanto, ven...
Fuego terso, ríos de lava dulce,
algodón, filamentos desprendiéndose,
blando espacio que desaloja su vacío,
su creciente plenitud,
noche tornándose soleado deleite crepuscular,
complacida expectación,
apaciguada brasa.
Somos trayecto, armonía en expansión,
leche y miel bíblicas
desbordándose,
vuelo a ras,
caída,
llegada.