Poemas de Emilio Carrere para leer.
Sobre el poeta Emilio Carrere [occultar]
Su poema "Nocturno de otoño" se considera un ícono de su visión lírica de Madrid, retratando calles solitarias y faroles amortiguados.
Carrere cultivó un lenguaje musical y evocador, con predilección por:
Aunque menos conocido que otros contemporáneos, su obra influyó en poetas posteriores que exploraron la estética bohemia. Su figura fue rescatada en estudios recientes sobre la literatura marginal española.
Los faroles de Palacio ya no quieren alumbrar
y solo luce la luna como un cirio funeral.
Solo la luna lucía
y en el triste jardín real
una fontana plañía
su elegía de cristal:
-¡Oh Mercedes, lirio, estrella,
que en mi espejo se miró:
la Muerte la vio tan bella
y en los ojos la besó!
Solo estaban encendidas
las luces del funeral;
los faroles, como vidas,
apagó un viento mortal.
"Los faroles de Palacio ya no quieren alumbrar,
porque se ha muerto Mercedes y luto quieren guardar."
"Su carita era virgen: sus manitas de marfil
las cruzó la Dama Pálida, que ha pasado por aquí",
clamaba un ave agorera
viendo a la sombra venir.
Ya su carita de cera
se ve en la caja dormir.
Manos de virtudes llenas,
en cuyo albor marfileño
dibujaban las finas venas
una flor azul de ensueño.
¡Tristes pupilas vidriadas!
¡Muertas manos de marfil!
¡Con qué pena en sus tonadas
llora el romance infantil!...