Poemas de Edward Estlin Cummings para leer.
Sobre el poeta Edward Estlin Cummings [occultar]
Edward Estlin Cummings, más conocido como E.E. Cummings, fue un poeta estadounidense cuya obra se caracterizó por su estilo innovador y su ruptura con las convenciones gramaticales y tipográficas. A lo largo de su carrera, escribió más de 2,900 poemas, dejando un legado único en la literatura moderna.
Nacido el 14 de octubre de 1894 en Cambridge, Massachusetts, Cummings creció en un entorno académico. Su padre era profesor en la Universidad de Harvard, donde él mismo estudió y se graduó en 1916. Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió como conductor de ambulancias en Francia, experiencia que inspiró parte de su obra. En 1920, publicó su primera colección de poemas, Tulips and Chimneys, que ya mostraba su estilo distintivo.
Cummings es famoso por su uso poco convencional de mayúsculas, puntuación y sintaxis. A menudo jugaba con la disposición visual de las palabras en la página, creando poemas que eran tanto visuales como literarios. Su estilo minimalista y su enfoque en la emoción pura lo diferenciaron de sus contemporáneos. A pesar de su aparente caos, cada elección en sus poemas era deliberada y cargada de significado.
Aunque su obra fue controvertida en su época, hoy Cummings es celebrado como uno de los poetas más originales del siglo XX. Su influencia se extiende más allá de la poesía, inspirando a artistas visuales y músicos. Su capacidad para capturar la esencia de las emociones humanas con palabras simples pero poderosas sigue resonando en lectores de todo el mundo.
me abriré camino
hasta empapar mis muslos en
ardientes flores
me pondré el sol en la boca
saltaré al aire maduro
Vivo
con cerrados ojos
que arremeten contra lo oscuro
En las dormidas curvas de mi cuerpo
dedos de tersa maestría penetrarán
con castidad de muchachas oceánicas
Habré de completar
el misterio de mi carne
y habré de levantarme
al cabo de mil años
lamiendo
flores
Y engastaré mis dientes en la plata de la luna
1925
Versión de Ulalume González de León
mi amor
tus cabellos son reino
cuyo reyes lo oscuro
tu frente es un vuelo de flores
tu cabeza es bosque vivo
lleno de pájaros que duermen
tus senos enjambres de abejas blancas
sobre la rama de tu cuerpo
tu cuerpo para mí es abril
en cuyas axilas está la aproximación de la primavera
tus muslos son caballos blancos atados a una carroza
de reyes
son el toque de un buen juglar
entre ellos hay siempre un dulce canto
mi amor
tu cabeza es un estuche
para la fresca joya de tu mente
en tu cabeza el pelo es un guerrero
que ignora la derrota
tu cabello en tu espalda es un ejército
con victoria y trompetas
tus piernas son los árboles del sueño
cuyo fruto es el verdadero alimento del olvido
son sátrapas de púrpura tus labios
cuyos besos ensamblan a los reyes
tus pulsos
son sagrados
custodios de las llaves de tu sangre
tus pies en tus tobillos como flores en vasos
de plata
tu belleza es dilema de las flautas
tus ojos son perfidia
de campanas metidas entre incienso
Versión de Alfonso Canales
Búfalo Bill
ha muerto
él cabalgaba
en un caballo semental color de plata y agua
y rompía unadostrescuatrocinco palomasdeunsaque
Jesús
era un hombre hermoso
y lo que yo quiero saber es
cuánto le gusta su muchacho de los ojos azules
Señor Muerte
Justamente -
primavera cuando el mundo es barro-
exquisito el pequeño
hombre cojo de los globos
silba lejano y pequeñito
y edybil llegan
corriendo por bolitas y
a lo pirata y es
primavera
el raro
viejo de los globos silba
lejano y pequeñito
y betysabel vienen bailando
en la rayuela y saltando la cuerda y
es primavera
y
el
hombre de las patas de chivo
el de los globos silba
lejano
y
pequeñito
Versión de Marcelo Covian
desde hace mucho mi corazón ha estado con el tuyo
cercado en el enredo de tus brazos hasta
una oscuridad donde nuevas lucen nacen y
crecen,
hace tiempo tu ánimo ha entrado en
mi beso como un extranjero
en las calles y colores de una ciudad-
que tal vez he olvidado
cómo, siempre (con
qué apresurada crudeza
de sangre y carne) Amor
acuña Su más gradual gesto,
y aguza vida a eternidad
- - después nuestras mitades separadas llegarán a ser museos
repletos de memorias bien colmadas
Versión de Alfonso Canales
I
el gran tamaño del cañón
es hábil
pero yo he visto
la voz enorme e inteligente de la muerte
que refugia una fragilidad
de amapolas...
digo que a veces
en estos largos animales parlanchines
se esconden puños de más silencio.
Yo he visto todo el silencio
lleno de vívidos muchachos sin ruido
en Roupy
he visto
entre barreras,
las absolutas y maduras y calladas niñas de la noche.
II
Oh dulce y espontánea
tierra cuántas veces
los
dedos
punteros de
lascivos filósofos te pincharon
y empujaron
el pícaro pulgar
de la ciencia vejó
tu
belleza cuántas
veces las religiones te han
puesto sobre sus rodillas huesudas
apretándote y
pegándote para que pudieras concebir
dioses
(pero
fiel
a la incomparable
cama de la muerte tu
rítmico
amante
tú les contestaste
solamente con
la primavera)
Versión de Marcelo Covian
Hombre no, si los hombres son dioses; mas si los dioses
han de ser hombres, el único hombre, a veces, es éste
(el más común, porque toda pena es su pena;
y el más extraño: su gozo es más que alegría)
un demonio, si los demonios dicen la verdad; si los ángeles
en su propia generosamente luz total se incendian,
un ángel; o (daría todos los mundos
antes que ser infiel a su destino infinito)
un cobarde, payaso, traidor, idiota, soñador, bruto:
tal fue y será y es el poeta,
aquel que toma el pulso al horror por defender
con el pecho la arquitectura de un rayo de sol
y por guardar el latido del monte entre sus manos
selvas eternas con su desdicha esculpe.
Versión de Octavio Paz
Llevo tu corazón en mí (lo llevo,
en el mío) no lo dejo (dondequiera
que voy, tú vas, querida; y lo que hago
lo haces tú, queridísima)
no temo
al hado (dulce hado mío) no
quiero el mundo (tú lo eres, fiel belleza)
tú eres lo que una luna siempre ha sido
y lo que un sol entonará por siempre
he aquí el mayor secreto e ignorado
(aquí raíz de raíz brote del brote
sombra del árbol que se llama vida;
más alto que esperanzas y pensamiento)
y tal prodigio rige las estrellas
tu corazón en mí (va con el mío)
Versión de Alfonso Canales
la luna se oculta en
sus cabellos.
El
lirio
del cielo
colmado de sueños,
se desploma.
cubre su brevedad en el canto
encierra en redes pájaros desmayados
por margaritas y crepúsculos
La ahonda.
Declama
sobre su
cuerpo
de la lluvia
esparcido murmullo.
Versión de Alfonso Canales
Poemas cortosPoemas y poetas americanos
de la mentira del no
surge una verdad del sí
(ella misma sólo y quien
es ilimitadamente)
hace entender a los tontos
(cómo me aburro) que no
todo el furor del pensar
es igual a una violeta
Versión de Alfonso Canales
Poemas cortosPoemas y poetas americanos
en lo oscuro
de la lluvia, mientras el atardecer
entra en su estuche me siento
a pensar en ti
la ciudad
sagrada que es tu rostro
tus mejillas pequeñas las calles
de las sonrisas
tus ojos
a medias ave
a medias ángel y tus soñolientos
labios donde flotan las flores del beso
y
hay esa dulce y tímida pirueta
tu pelo
y también
tu alma
de canción y danza. una estrella
única raramente amada
se pronuncia, y yo
pienso
en ti
Versión de David Lagmanovich
quiero mi cuerpo cuando está con tu
cuerpo. Es algo tan nuevo.
Los músculos mejor y aún más los nervios.
quiero tu cuerpo. quiero lo que hace,
quiero sus modos. quiero el tacto de su espina
dorsal, sus huesos y la palpitante
-lisura-fiel que he de
otra vez otra y otra
besar, quiero besarte aquí y allí,
quiero, lentamente palpar, rozar el vello
de tu eléctrica piel, y aquel que nace
sobre la hendida carne... Y grandes ojos migas de amor,
y tal vez quiero el estremecimiento
bajo de mí de ti tan nueva
Versión de Alfonso Canales
«El zorro rojo se inclina hacia mí. Por qué quiere Vd. ir a Rusia?
porque no he estado nunca allí.
(Se desconcierta. Recupérase.)
¿Le interesan los problemas económicos y sociales?
no.
¿Sabe que recientemente ha habido un cambio de gobierno?
sí (dije sin poder refrenar la sonrisa).
¿Tiene Vd. simpatía por el socialismo?
¿puedo permitirme una absoluta franqueza?
¡Se lo ruego!
no sé casi nada acerca de esas cuestiones importantes y estoy aún menos interesado por ellas.
(Sus ojos ponderan mi respuesta.) ¿Qué le interesa a Vd?
mi trabajo.
O sea, ¿escribir?
y pintar.
¿Qué es lo que Vd. escribe?
versos, sobre todo; algo de prosa.
Entonces quiere Vd. ir a Rusia como escritor y pintor, ¿no es eso?
no; quiero ir como yo mismo.»
Nota del traductor: No es difícil imaginar la irritación del funcionario. Tampoco es difícil imaginar el disfrute
de Cummnigs, alcanzado mediante un diálogo en el que ambas partes hablaban desde tesituras radicalmente distintas.
A través de este coloquio llegamos a calar en lo que siempre fue el ánimo de Cummings: la no aceptación de posturas
prefabricadas. Cummings es, sobre todo, el poeta que rechaza la imposición de toda ley procesal. Por tal razón, quizás,
Cummings seguirá siendo siempre un escritor juvenil.