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Carlos Marzal

Carlos Marzal

Poemas de Carlos Marzal para leer.

El animal dormido: Poema de Carlos Marzal en español fácil de leer

El combate por la luz: Poema de Carlos Marzal en español fácil de leer

Carlos Marzal: El corazón perplejo

Desventurado corazón perplejo,
inconsecuente corazón,
no dudes.
No tiembles nunca más por lo que sabes,
no temas nunca más por lo que has visto.
Calamitoso corazón,
alienta.

Aprende en este ahora
el pálpito que vuelve con lo eterno,
para latir conforme en valentía.
Los números del mundo están cifrados
en la clave de un sol tan rutilante
que te ciega los ojos si calculas.
Ciégate en esperanza,
errátil corazón,
suma los números.
Un orden en su imán te está esperando.

Desde el final del tiempo se levanta
un ácido perfume de hojas muertas.
Respíralo y respira su secreto.
Abre de par en par tu incertidumbre.
No permitas
que encuentre domicilio la tibieza,
ni que este inescrutable amor oscuro
cometa el gran pecado de estar triste.
Acógete a ti mismo en tus entrañas
con tu abrazo más fuerte,
tu mejor padre en ti, tu mejor hijo,
gobierna tu ocasión de madurez.

Insiste una vez más,
aspira en estas rosas
su pútrido fermento enamorado.
En este desvarío de tu voz
se desnuda el enigma, transparece
la recompensa intacta de estar siendo.

Aquí estamos tú y yo,
altivo corazón,
en desbandada.
A fuerza de caer, desvanecidos.
y a fuerza de cantar,
enajenados.

Poemas y poetas españoles

Carlos Marzal: Las cosas han cambiado

Las cosas han cambiado,
y todo sigue igual que ha estado siempre.
Sabías que una vida no era lugar bastante,
para lo que una vida debía merecer,
y hoy sigue sin bastarnos.
Antes no había
lugar al que negar, no había sombra, puerto,
un más allá del viaje donde decir ya basta,
hemos dado por fin con el final del túnel,
y hoy el túnel, el puerto, la sombra y el final
están igual de lejos. Suma y sigue.
En el amor no había
nada distinto al resto de las cosas,
pero sí era distinto
ese juego violento al que apostar la vida,
y que a veces movía las estrenas,
la luz de la conciencia, y al que hoy sigues jugando,
y en él te va la vida.
Las palabras no ofrecen
la nave que abre el mundo, ni hoy ni entonces,
pero algunas palabras, al trazar una historia,
con su amarga beneza, que no nos abre el mundo,
nos lo hacen habitable.
De unos tiempos sin gloria
a otros sin gloria. Tal como sucedía
ayer, quien se equivoca no ha de volver atrás.
Sólo el orgullo nos mantiene en pie,
y el miedo a empeorar en adelante.
Las cosas han cambiado.
Y ni más sabio,
ni deseos más puros,
ni más fuerte.
Todo es igual. Han cambiado las cosas.
Nada de lo que diga importa demasiado,
y todo sigue en el lugar de entonces.

Poemas y poetas españoles

Carlos Marzal: Decrepitud

Asilados en una infancia obscena,
en el exilio de su misma sombra,
desde un limbo de hielo,
derritiéndose,
los viejos testimonian, sin enigma,
sobre el enigma viejo de estar vivo.

Gota a gota en presente, son futuro,
evanescencia al fin fuera de tiempo,
que en la fronda del tiempo anda perdida.
Espectros de la carne en su derrota,
se acogen al sagrado de la carne,
que en deserción de sí no los ampara.
pabilos sin fulgor de inteligencia,
arden a fuego extinto en su hendidura,
ascuas de quienes fueron, balbucientes.

Isla del fin del mundo, conmovidos,
vemos flotar en pasmo la vejez,
a la lunar deriva del asombro.
Nos resulta del todo inconcebible
nuestra decrepitud, nuestra mudanza
hasta desconocernos en nosotros
y en nosotros errar entre lo ajeno.

Cómo subsiste ciega la energía
en su impúdico afán de propagarse.

Madre senilidad, nunca te amamos.
Madre senilidad, no te amaremos.

Qué frágil, en su ser, la fortaleza.
Qué sólido el vivir, de sumo frágil.

Poemas y poetas españoles

La edad del paraíso: Poema de Carlos Marzal en español fácil de leer

Carlos Marzal: La fruta corrompida

A Vicente Gallego

Durante un meditado desayuno,
en una portentosa mañana de verano
-lo gloria de un verano escolar y salvaje-,
pelé la fruta lento, fervoroso.
Sabía ya que el verano y la fruta
son tesoros a flote de un paraíso hundido.
Y cuando satisfecho la mordí,
apareció su hueso descompuesto,
su carne corrompida y su gusano.

Para la mayor parte de este mundo,
una anécdota así no es más que un accidente
del mundo natural, y para otros
una amarga metáfora
en donde se resume la existencia.
Quién sabe...
Ahora recuerdo
aquella noche en que me desperté
confundido de un sueño en donde había agua,
y encaminé mi sed a la cocina.
Como un resucitado di la luz,
llevé mi aturdimiento al fregadero,
aproximé mis labios hasta el agua
y, justo en el instante en el que fui a beber,
alcé la vista
y vi a la cucaracha sobre el grifo,
observándome, ciega, entre los ojos.

Quién sabe, otro accidente...
Aquella cucaracha
todavía me observa, complacida,
detrás de la mirada de algún tipo,
desde detrás de los absurdos límites
de la podrida carne de los días.

Poemas y poetas españoles

Carlos Marzal: La historia

In memorian Rosa Casal

Junto a un apeadero de tren, ya fuera de servicio.
Bajo el inmisericorde sol, un verano cualquiera,
un corro de muchachos apalean a un perro
y apuestan por saber cuál será el golpe
con que el juego concluya. Cuando desaparecen,
aburridos,
el perro, que se traga su sangre, aún consigue arrastrarse
hasta la sombra, y allí queda tendido, sobre la vía muerta.

En la imposible noche de un pabellónde enfermos,
la oscuridad ya sólo un dolor cómplice,
alguien, sin salir de su asombro, pasa recuento al mundo,
imagina la vida fuera de esas paredes, no comprende
que la música, el amor y la lluvia le hayan acontecido
a su cuerpo de hoy día. Y mientras tanto, fiel,
al gotear del suero mide el tiempo.

Sobre el puente de piedra de una ciudad extraña,
cuando el alba se acerca desafecta,
una mujer invoca sus íntimos fantasmas,
que son, uno tras otro, el mapa de la vida.
(Entretanto, y hacia ninguna parte, el agua fluye oscura).
Supo posible la breve recompensa de la dicha,
y hoy pueden más el tedio y el cansancio.
Más tarde el agua lleva, indiferente, un cuerpo.
Y la ciudad lo ignora.

Todas estas escenas son mis contemporáneas.
Tal vez alguien advierta una razón final
que logre atribuirles un sentido.
Yo no acierto a encontrarla.
Antes bien, me parecen delirios estériles
de un contumaz borracho que sueña nuestras vidas.

Poemas y poetas españoles

Carlos Marzal: Invocación

Que otras vidas más hondas sofoquen mi nostalgia
y que el don del valor me sea concedido.
Que el amor se engrandezca y sea fiel y dure
y que ajenos paisajes impidan la tristeza.
Que el olvido y la muerte, que el tiempo y el dolor
formen por esta vez en el bando vencido.
Que las luces se apaguen, y en la noche del cine
una breve mentira nos convierta en más vivos.

Poemas cortosPoemas y poetas españoles

Carlos Marzal: El juego de la rosa

Hay una rosa escrita en esta página,
y vive aquí, carnal pero intangible.

Es la rosa más pura, de la que otros han dicho
que es todas las rosas. Tiene un cuerpo
de amor, mortal y rosa, y su perfume
arde en la sinrazón de esta alta noche.

Es la cúbica rosa de los sueños,
la rosa de los sueños,
la rosa del otoño de las rosas.
Y esa rosa perdura en la palabra
rosa, cien vidas más allá de cuanto dura
el imposible juego de la vida.

Hay una rosa escrita en esta página,
y vive aquí, carnal e inmarcesible.

Poemas y poetas españoles

Carlos Marzal: El jugador

Habitaba un infierno íntimo y clausurado,
sin por ello dar muestras de enojo y contrición.
En el club le envidiaban el temple de sus nervios
y el supuesto calor de una hermosa muchacha
cariñosa en exceso para ser su sobrina.
Nunca le vi aplaudir carambolas ajenas
ni prestar atención al halago del público.
No se le conocía un oficio habitual,
y a veces lo supuse viviendo en los billares,
como una pieza más imprescindible al juego.
Le oí decir hastiado un día a la muchacha:
Sufría en ocasiones, cuando el juego importaba.
Ahora no importa el juego. Tampoco el sufrimiento.
Pero siento nostalgia de mi antigua desdicha.
Al verlo recortado contra la oscuridad,
en mangas de camisa, sosteniendo su taco,
lo creí en ocasiones cifra de cualquier vida.
Hoy rechazo, por falsa, la clara asociación:
no siempre la existencia es noble como el juego,
y hay siempre jugadores más nobles que la vida.

Poemas y poetas españoles

Carlos Marzal: Lleno de ruido y furia

En otra esquina más del laberinto,
una cualquiera, en otra arruga más
de la desfigurada cara de este mundo,
nuestros pasos se cruzan sin saberlo.

Alguien pierde la historia de su historia,
por no pararse a tiempo en un escaparate,
mientras, al otro lado de aquel mismo cristal,
alguien ya se ha dolido
de una definitiva carencia incomprensible.
En una calle anónima, un sujeto en la sombra
nos perdona la vida, después de haber pensado:
Hoy has vuelto a nacer hijo de puta,
y el caminante próximo es la víctima.
Una voz al azar en un transporte público
no sabe, compungida,
explicarse por qué alguien sobre el que habla
estuvo en un lugar que jamás frecuentó,
en el instante exacto en que estalló la bomba.
Un teléfono suena,
en la casa vacía suena y suena,
y quién sabe qué vidas ya se han precipitado
en quién sabe qué pozos
de qué impensable noche.

A veces he querido
traducir ese rostro con expresión idiota
con que el mundo nos mira y lo miramos,
y termino contándome, idiota, alguna historia,
cuyo humor no he aprendido a traducir aún.
Ya saben: el coche mortuorio,
parado a nuestro lado, en el semáforo,
en el centro de un día que esplende, indiferente.
O aquella, tortuosa, de hospital:
un tipo muy contento, tras un feliz diagnóstico,
entra en un ascensor donde alguien llora.

Poemas y poetas españoles

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz