Poemas de Braulio Arenas para leer.
Sobre el poeta Braulio Arenas [occultar]
Sin recurrir a las ventanas
sin asomarse a las panoplias
sin colgar frutos de los árboles
sin cortar en dos la noche
sin esperar el buen consejo
sin recurrir a las ventanas
sin propender a los relámpagos
sin asomarse a las panoplias
sin atisbar el mes de enero
sin decidirse a abrir la puerta
cuando se fue Jorge de viaje.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Tú hablaste del corazón hasta por los ojos
tú hablaste del fuego hasta por la nieve
por ti yo un día me decidí al azar
para encontrarte
Yo he desatado el nudo del azar
-una mañana me decidí de súbito-
y sólo quien haya logrado desatarlo
podrá entenderme.
Yo he desatado el nudo del azar
un nudo astuto, viejo y persistente
Y esta tarea era semejante
a la belleza
Yo he desatado el nudo del azar
y tú mujer apareciste entonces
mujer azar y azar mujer eran en todo
tan semejantes.
La lámpara reía a los ángeles
sangrando por las narices
la lámpara semejaba un cerezo
(un cerezo no sé porqué)
Yo abrí los brazos como quien
cierra con prisa una ventana
en un abrazo aprendí a nadar
en un beso aprendí a vivir
Yo dormía una bandada
de palomas voló de súbito
estas palomas provenían
de un internado de hechiceras
Las jovencitas en corpiño
frente al espejo alucinante
se habían clavado la cabeza
con un pernicioso alfiler negro
Pronto en palomas convertidas
por este infantil acto mágico
salieron volando por el cielo
rumbo a mi abierto dormitorio
Yo dormía como quien
vive una noche para siempre
la noche semejaba un alfiler
(un alfiler no sé porqué)
Para embellecer al cerezo
con un papiro nigromántico
esta mañana se ha vestido
una silente alondra roja
Yo llevé esta alondra un día
entre mis manos enguantadas
hasta un Café en el que solía
reunirme con mis amigos
Lejano tiempo ya el cerezo
se tumbó al ímpetu del hacha
la alondra roja es un recuerdo
en mi vida de un solo día.
Esta mañana se ha vestido
con un papiro nigromántico
una silente alondra roja
para embellecer al cerezo
Primero tracé un círculo,
hice crecer un árbol,
puse un nido en su copa,
más arriba una nube:
hice brotar el agua,
apenas un arroyo,
para que árbol y nube
y pájaro bebieran.
El árbol, es fatal,
se propagó en un bosque,
y los pájaros pronto
volaron en bandadas:
la nube se hizo inmensa,
se hizo la tempestad,
y el arroyo en un río
se desbordó de súbito.
Y en medio de la selva
yo tracé una cabaña,
y una mujer adentro
para sentirla mía:
la choza se hizo pueblo,
pronto, una gran ciudad,
en la que busco a ciegas,
a la joven perdida.
Tantas lunas pasadas en limpio
rayas y más rayas tigres y más tigres
y el hotel era lujoso para dormir
Suecos y más sueños besos y más besos
qué quedará de tanta luna
qué quedará de tanta agua de tanta sed de tanto
vaso
Ventana destinada para ti
para que en ella te apoyes más perfecta
tú haces con tu belleza
lo que otros hacen con el cielo