Poemas de Aurora Luque para leer.
Gentlemen,
seguimos nuestra excursión
a muchas brazas bqjo el nivel del Egeo.
Yorgos Seferis
-De acuerdo: ya no existen visionarios,
el exceso de amor no está de moda
-tampoco el adjetivo de color-
y es ridículo hablar de las sirenas;
el poeta se ausenta del poema y, entretanto,
toma café o el sol con los amigos,
baja un taxi hasta el mar y la metáfora
se desnuda delgada entre las olas.
-¿Prefieres la piscina? El poema no sufre
descarnado de ti; toma un vaso y ginebra,
sumerge tu inocencia, paladea
la tarde sin noticia,
sin mito, sin pasado, en la indolente
hamaca del silencio. De regreso,
tu poema te aguarda suicidado.
Un titán ya cansado, mas hermoso:
esa naturaleza titánica y adusta
que sólo sobrevive en el lenguaje.
Pero nunca en su vida cotidiana:
unas frases copulan, otras se subordinan
y a veces se marchita un sustantivo
como un rostro recién amado y frágil.
Diré que he preferido
la función de adversarias de ciertas conjunciones
y de ciertas elípticas maneras de no estar.
Quién pudiera heredar una lengua de nuevo
tan clara como el brillo directo de una luna,
como un brillo que dance y que penetre.