Poemas de Antonio José Mialdea para leer.
Ya sabes que te sueño en los perfiles del mundo.
Allí esperaré tus besos cada tarde.
Soñarte es morir, lo sé, pero no importa.
Morir así es como rescatarme
del sueño de tener que vivir clavado en la memoria
de aquellos besos -¿recuerdas?- que lloraron en el aire.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
Y tú ya no estás
y sin embargo tus caricias en el aire,
Thistle,
abrasan todavía ingenuas mi memoria
como si fueran tus manos.
Y alguno de los piélagos del alma,
de mi alma, Thistle,
todavía te llama
con la voz en el puerto quebrada de las olas.
Yo, a pesar de todo,
te debo la palabra
y todas esa tardes que pasamos
sentados al margen de la vida,
contándonos las cosas cotidianas
y otras que inventamos
huyendo del olvido.
Pero tú ya no estás,
ni siquiera desgarrada por las espinas del frío.
Es urgente que tu cuerpo
abrace al mío después del mediodía.
Que esta vigilia insomne
acurruque mis desvelos, que ya es hora
de que cures este jardín cerrado, que ya es hora
de que la lluvia calme esta sequedad que hiere.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
A África Vidal
con quien aprendí otra forma de leer poesíaArrival 1946
The boat docked in at Liverpool.
From the train Tariq stared
at an unbroken line of washing
from the North West to Euston.These are strange people, he thought-
an Empire, and all this washing,
the underwear, the Englishman’s garden.
It was Monday, and very sharp.
Moniza Alvi
Hoy es lunes. En Liverpool llueve
y en mis sueños aparece de repente el vértice del frío,
la afilada línea inquebrantable
donde el mar se convierte en un gran lienzo
en que olas son olores, donde el aire es un cuchillo
que se clava traspasando cada esquina
de este cementerio del tiempo.
Ahora que ante mí desnuda te contemplo
déjame que yo también en tus jardines me desnude
para después morir y renacer en este puerto.
Cuando ya no sea capaz de engendrar estrellas
que alumbren lo mismo tu vientre que tu espalda
o los flujos de la tierra que anochece.
Cuando no cambien de color los lirios si los miras
hacia los tonos curvos de tu cuerpo
o hacia donde se produjo la extática locura.
Búscame entonces un verso donde muera,
un verso que hable de los sueños de la vida
o uno que nos diga de la muerte si tú quieres;
que para amar, no importa lo que diga sino la sangre
que con nuestra sangre envenene cada esquina donde olvido.
Un verso que se calle cuando al corazón nos llegue.
Ahora que en mis sueños atardece
por última vez escribo en el vértice del frío
y sólo tú podrás quebrar mi sombra.
Si hubieras visto el mar anegado de flores,
y tu palabra en tus manos y en mis manos el aire
ardiendo entre dos gotas de rocío,
comprenderías por qué construyo el mundo
en este lienzo en que las olas son olores
en el vértice del frío.
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Si ves que te hablo y anochece...
Si ves que te hablo y anochece
y el reloj sólo señala el tiempo de la espera.
Si tus ojos reflejan la soledad que existe
en aquella noche de amor de tanto frío.
Si los últimos perfiles de tu voz se ahogan
en aquel mar que aquella noche recorrimos.
No tengas miedo que así me has encontrado,
justo en el destello blanco que la luna
depositó sobre las orillas de tus labios,
justo donde comienza la agonía.
Poemas cortosPoemas y poetas españoles
Voy a escribirte de un mundo sin memoria.
Los océanos engulleron las últimas palabras.
Sólo sobrevivió tu nombre en este caos
perdido entre la última tarde y esta nada
tan particular donde me encuentro.
En esta soledad te busco herido de muerte y agotado,
y sólo me queda una pregunta, la de siempre:
¿dónde estás, en medio de qué fibras?
¿Dónde queman ya tus llamas, entre qué cadáveres y flores?
¿Hay algún claro en este bosque todavía?