Temas Poetas

Ángel García Aller

Ángel García Aller

Poemas de Ángel García Aller para leer.

Ángel García Aller: El ahorcado

Aun muerto sin embargo
el brillo de sus ojos,
decían, revelaba
una incurable soledad
Alfonso Costafreda

Cayó
como del aire la sentencia
y al ahorcado, entretanto, le brotaban
innumerables flores, innumerables
auroras boreales por el cuerpo.

Uno
tras otro, le acusamos
de extrañas maldiciones, de haber visto
con sus propios ojos más allá
de los límites legales,
de haber dicho
que el hombre se compone solamente
de incurable soledad y añadiduras.

Se sabe
que soñaba cada noche con los muertos
que nunca conoció, que provocaba
descaradamente a la lujuria
recitando versos a los pájaros
y que apenas en vida fue capaz
de levantar un cierto testimonio.

Ítem más,
señores jueces, se supone
que vivía vulgarmente del recuerdo,
que era un hombre de hechos constatados,
sin hazañas que merezcan referirse.

Por todo
lo cual solicitamos
que no ofenda con el brillo de sus ojos.

Poemas y poetas españoles

Ángel García Aller: Carta a Esteban Carro, amigo, en esta ausencia

Sigue en pie
la ciudad. Sólo pudiera
decirte que las piedras endurecen
el silencio más hondo
y sin embargo
hay árboles aún cerca de casa,
un estruendo vegetal cuando los niños
corren a la escuela y se disputan
el dominio primero de las cosas.

Es cierto
que no estás y que llegabas
como llega un abrazo y se reparte;
hablábamos de páramos sedientos,
de un mar desconocido
y entretanto
la tarde se nos iba de las manos
remontando catedrales, amparaba
su derrota más alta en el Teleno.

Allí
la palabra, la continua
aparición de la sorpresa,
pero ¿dónde
el límite capaz, hasta qué punto
nos supimos vertebrados de esperanza
si tan sólo la tierra nos acoge
cuando el cuerpo perfila su naufragio?
¿Dónde los amigos, aquel fuego
que apenas nos cabía en la estatura?

Es así
que la distancia tiene nombre
y toda la memoria me persigue
al borde de estas calles si pretendo
hundirme en la verdad pacientemente,
si ocurre, de pronto, que la ausencia
nos ha hecho de raíz y añadidura.

Poemas y poetas españoles

Ángel García Aller: Cuando toda la casa se derrumba

I

ocurre
a veces que sentado
a mi propia mesa mientras alzo
la copa más amarga por vosotros
llegáis abrís de golpe os atrevéis
a invadir mi casa sus cimientos
la puerta que da al sol lo que he guardado
en el cuarto trastero con sigilo
para hablar de lo mucho que nos duele
subir por la palabra hasta el asombro
al encuentro a la verdad a las alturas
y dejarse caer sobre la vida

II

sucede
con frecuencia que la noche
nos sorprende con un pan entre las manos
y lloramos la muerte de un amigo
su entera dimensión lo que solía
entregarnos a cambio de un abrazo
de una estrella capturada por la espalda
cuando piedra sobre piedra fuimos nube
sorpresa compartida aire preciso
cuando un dios a nuestro paso declinaba
su oscura fiereza y nos sabía
más cercanos que nunca a sus dominios

III

acontece
en fin que nos miramos
al fondo de los ojos y hay un hombre
que regresa hasta nosotros que maldice
el pan sobre la mesa la palabra
que nadie ha pronunciado todavía
y es entonces sabedlo sólo entonces
cuando toda la casa se derrumba
por mucho que gritemos o amanezca

Poemas y poetas españoles

Ángel García Aller: El hombre, la palabra y el recuerdo

He aquí
el hombre que acontece
cotidiano como el pan o como el aire
alfarero de la luz, el que renace
de su propia simiente hasta la eterna
condición de la palabra.
El hombre
vertebrado de esperanza
que encuentra de repente entre las manos
auroras boreales, la evidencia
primera de las cosas y, alargando
la verdad que le cabe en la estatura,
derrumba las murallas del silencio
con su sola presencia, con el grito
que restalla empecinado por el pecho.
El hombre
que transe su cuerpo con la ausencia,
el que raja el dolor como una hogaza
y habiendo de beber, incontenibles,
los vinos que añejaron su crianza
en la honda oscuridad del desencanto,
halla un límite capaz para el consuelo.
El que un día
cualquiera y sin historia
-de tantos como quedan atrapados
en la redondez opaca de los años-
desanda las calles del olvido,
la avenida más larga del recuerdo,
llamando a los amigos por su nombre.
El que al borde
del amor -último gesto-
es tan sólo quietud, tan sólo piedra
y se sabe de raíz y añadidura.

Poemas y poetas españoles

Posdata para prevenir la noche: Poema de Ángel García Aller en español fácil de leer

Quevedo: Poema de Ángel García Aller en español fácil de leer

Ángel García Aller: Tercer gesto

A Araceli, desde la vida

Siento
tus raíces en el pecho, una evidencia
muy honda de que existes, la innegable
verdad con que me habitas
a la par que te tengo tan distante.
Tus raíces
en el pecho, acaso tronco, y en la piel
imborrable el tatuaje de aquel viento
que trajiste de tu mano a mis adiles
en el tiempo más yermo de tu tacto.
En el tiempo
en que apenas ignoraba cómo y cuándo
palparte por tus huecos, hasta dónde
llegaban los perfiles, las aristas
del amor que describías.
Y en el cuenco
de tus manos, en tus dedos,
el polen primero de mi ausencia,
un ansia vertical apuntalando
los andamios con que tapio esta esperanza
que las lluvias no derrumban, ni los años
que dejan su constancia en el recuerdo.
Lejano,
tu olor es de una tierra que penetro
y aparcelo en sus partes más pequeñas
para hacerte más extensa en posesiones,
para hacer de ti mi piel y, bien surcada,
cubrirte de amor en la intemperie.

Poemas y poetas españoles

Ángel García Aller: El viejo Clochard

...innumerables cuerpos
hermanados
por una herida fresca en todo el pecho
Virgilio Garsaball

Grenoble
era entonces la ciudad de los suicidas,
pero nunca se supo,
nadie dijo
por qué extraña razón de parentesco
los perros ladraban a la luna
y el viejo clochard
¡tan torpemente!
preguntaba la edad de las palomas.

Era cierto
que podríamos vender nuestra miseria
a cualquier transeúnte avaricioso,
que una dama italiana compraría
tus poemas a diez liras
y que Antonio
Fernando, el otro Antonio, Victoriano,
los amigos comunes perfilaban
una tierra más allá del desencanto.

Era cierto
y lo es que cada noche
subíamos de un modo inexplicable
al punto más alto de la historia:
allí Pablo
de Chile, allí Vallejo,
Vladimiro Maiacovski boca arriba
como aquél que se cansa de ser hombre
y es un muerto no más
¡quién lo dijera!

Cada noche
amigo, cada herida
que susurra quién sabe de qué modo
cuando toda la canción nos es extraña
y el viejo clochard pasa de largo
contando las estrellas con los dedos
por ver de redimir
tanto silencio.

Poemas y poetas españoles

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz