Temas Poetas

Alfonso Reyes

Alfonso Reyes

México: 1889-1959

Poemas de Alfonso Reyes para leer.

Alfonso Reyes: La Amenaza de la Flor

Flor de las adormideras:
engáñame y no me quieras.

¡Cuánto el aroma exageras,
cuánto extremas tu arrebol,
flor que te pintas ojeras
y exhalas el alma al sol!
Flor de las adormideras.

Una se te parecía
en el rubor con que engañas,
y también porque tenía,
como tú, negras pestañas.

Flor de las adormideras.
Una se te parecía.. .
Y tiemblo sólo de ver
tu mano puesta en la mía:
¡Tiemblo no amanezca un día
en que te vuelvas mujer!

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Ausencias

De los amigos que yo más quería
y en breve trecho me han abandonado,
se deslizan las sombras a mi lado,
escaso alivio a mi melancolía.

Se confunden sus voces con la mía
y me veo suspenso y desvelado
en el empeño de cruzar el vado
que me separa de su compañía.

Cedo a la invitación embriagadora,
y discurro que el tiempo se convierte
y acendra un infinito cada hora.
Y desbordo los límites, de suerte
que mi sentir la inmensidad explora
y me familiarizo con la muerte.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Caravana

Hoy tuvimos noticia del poeta:
Entre el arrullo de los órganos de boca
Y colgados los brazos de las últimas estrellas,
Detuvo su caballo.

El campamento de mujeres batía palmas,
Aderezando las tortillas de maíz.
Las muchachas mordían el tallo de las flores,
Y los viejos sellaban amistades lacrimosas
Entre las libaciones de la honda madrugada.

Acarreaban palanganas de agua,
Y el jefe se aprestaba
A lavarse los pechos, la cabeza y las barbas.

Los alfareros de las siete esposas
Acariciaban ya los jarros húmedos.
Los hijos del país que no hace nada
Encendían cigarros largos como bastones.

Y en el sacrificio matinal,
Corderos para todos
Giraban ensartados en las picas
Sobre la lumbrarada de leños olorosos.

Hoy tuvimos noticia del poeta,
Porque estaba dormido a lomos de caballo.
Dijo que llevan a Dios sobre las astas
Y que tiene la noche ácidas rosas
En las alfombras de los dos crepúsculos.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Consejo Poético

La cifra propongo; y ya
casi tengo el artificio,
cuando se abre el precipicio
de la palabra vulgar.
Las sirtes del bien y el mal,
la torpe melancolía,
toda la guardarropía
de la vida personal,
aléjalas, si procuras
atrapar las formas puras.

¿La emoción? Pídela al número
que mueve y gobierna al mundo.
Templa el sagrado instrumento
más allá del sentimiento.
Deja al sordo, deja al mudo,
al solícito y al rudo.
Nada temas, al contrario,
si en el rayo de una estrella
logras calcinar la huella
de tu sueño solitario.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: A Cuernavaca

A Cuernavaca voy, dulce retiro,
cuando, por veleidad o desaliento,
cedo al afán de interrumpir el cuento
y dar a mi relato algún respiro.

A Cuernavaca voy, que sólo aspiro
a disfrutar sus auras un momento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.
Ni campo ni ciudad, cima ni hondura;
beata soledad, quietud que aplaca
o mansa compañía sin hartura.

Tibieza vegetal donde se hamaca
el ser en filosófica mesura...
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!

II

No sé si con mi ánimo lo inspiro
o si el reposo se me da de intento.
Sea realidad o fingimiento,
¿a qué me lo pregunto, a qué deliro?
Básteme ya saber, dulce retiro
que solazas mis sienes con tu aliento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.

El sosiego y la luz el alma apura
como vino cordial; trina la urraca
y el laurel. de los pájaros murmura;

Vuela una nube; un astro se destaca,
y el tiempo mismo se suspende y dura . . .
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!

Poemas y poetas mexicanos

El Descastado: Poema de Alfonso Reyes en español fácil de leer

Alfonso Reyes: A Enrique González Martínez

Muchas sendas hollé, muchos caminos
solicitaron el afán creciente.
de contrastar los usos de la gente
y confundirme con los peregrinos.

Mezclaba los sabores de los vinos
en cada clima caprichosamente,
y yo no sé si ello fue prudente
o si mis pasos fueron desatinos.

Había que buscar la ruta cierta
y ceñir el desborde con el dique.
Volví cansado, procuré la puerta . . .

Y déjame, poeta, que lo explique
como quien se despoja y se liberta:
tú estabas a la puerta, claro Enrique.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Glosa de mi Tierra

Amapolita morada
del valle donde nací:
si no estás enamorada,
enamórate de mí.

I

Aduerma el rojo clavel,
o el blanco jazmín, las sienes;
que el dardo sólo desdenes,
v sólo furia el laurel.
Dé el monacillo su miel,
y la naranja rugada,
y la sedienta granada,
zumo y sangre -oro y rubí-;
que yo te prefiero a ti,
amapolita morada.

II

A1 pie de la higuera hojosa
tiende el manto la alfombrilla;
crecen la anacua sencilla
y la cortesana rosa;
donde no la mariposa,
tornasola el colibrí.
Pero te prefiero a ti,
de quien la mano se aleja;
vaso en que duerme la queja
del valle donde nací.

III

Cuando al renacer el día
y al despertar de la siesta,
hacen las urracas fiesta
y salvas de gritería,
¿por qué, amapola, tan fría,
o tan pura o tan callada?
¿Por qué, sin decirme nada,
me infundes un ansia incierta
-copa exhausta, mano abierta,
si no estás enamorada?

IV

¿Nacerán estrellas de oro
de tu cáliz tremulento,
-norma para el pensamiento
o bujeta para el lloro?
¡No vale un canto sonoro
el silencio que te oí!
Apurando estoy en ti
cuánta la música yerra.
Amapola de mi tierra:
enamórate de mí.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Golfo de México Veracruz

La vecindad del mar queda abolida:
Basta saber que nos guardan las espaldas,
Que hay una ventana inmensa y verde
Por donde echarse a nado.

Poemas cortosPoemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: La Habana

No es Cuba, donde el mar disuelve el alma.
No es Cuba -que nunca vio Gaugin,
Que nunca vio Picasso-,
Donde negros vestidos de amarillo y de guinda
Rondan el malecón, entre dos luces,
Y los ojos vencidos
No disimulan ya los pensamientos.

No es Cuba - la que oyó a Stravisnsky
Concertar sones de marimbas y güiros
En el entierro del Papá Montero,
Ñañigo de bastón y canalla rumbero.

No es Cuba -donde el yanqui colonial
Se cura del bochorno sorbiendo «granizados»
De brisa, en las terrazas del reparto;
Donde la policía desinfecta
El aguijón de los mosquitos últimos
Que zumban todavía en español.

No es Cuba - donde el mar se transparenta
Para que no se pierdan los despojos del Maine,
Y un contratista revolucionario
Tiñe de blanco el aire de la tarde,
Abanicando, con sonrisa veterana,
Desde su mecedora, la fragancia
De los cocos y mangos aduaneros.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Ifigenia Cruel

(Fragmento)

Pero soy como me hiciste, Diosa,
Entre las líneas iguales de tus flancos:
Como plomada de albañil segura,
Y como tú: como una llama fría.

Sobre el eje de tu nariz recta,
Nadie vio doblarse tus cejas,
Ni plegarse los rinconcillos
Inexorables de tu boca,
Por donde huye un grito inacabable,
Penetrado ya de silencio.

¿Quién acariciaría tu cuello,
demasiado robusto para asido en las manos;
superior a ese hueco mezquino de la palma
que es la medida del humano apetito?

¿Y para quién habías de desatar la equis
de tus brazos cintos y untados
como atroces ligas al tronco,
por entre los cuales puntean
los cuernecillos numerosos
de tu busto de hembra de cría?

¿Quién vio temblar nunca en tu vientre
el lucero azul de tu ombligo?
¿Quién vislumbró la boca hermética
de tus dos piernas verticales?

En torno a ti danzan los astros.
¡Ay del mundo si flaquearas, Diosa!
Y al cabo, lo que en ti más venero:
Los pies donde recibes la ofrenda
Y donde tuve yo cuna y regazo;
Los haces de dedos en compás
Donde puede ampararse un hombre adulto;
Las raíces por donde sorbes
Las cubas rojas del sacrificio, a cada luna.

Poemas y poetas mexicanos

Alfonso Reyes: Lailye

Lailye ¿cuándo vuelves a México y me buscas,
ya sea en Cuernavaca, ya sea en Tepoztlán?
Juntos recordaríamos aquellas cosas bruscas
del asno, el indio, el loro, la araña, el alacrán . . .

A ti que te sorprendes -aunque jamás te ofuscas-
con nuestros usos y nuestra agua y nuestro pan
¿qué te parecería si vuelves y me buscas,
ya sea en Cuernavaca, ya sea en Tepoztlán?

¿Te acuerdas? Era entonces tu ser surco en amagos,
flor de capullo, germen de amores y pasiones.
Y ahora que te abriste al triunfo y los halagos

-¡oh suma de los pueblos, compendio de naciones!-,
dime: ¿a qué te sabría volver por estos pagos,
estrella de los rumbos y de las tentaciones?

Poemas y poetas mexicanos

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