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Alfonso Canales

Poemas de Alfonso Canales para leer.

El Amor: Poema de Alfonso Canales en español fácil de leer

De Blas: Poema de Alfonso Canales en español fácil de leer

Alfonso Canales: Casa De Piel

Igual que en esas series
de cajas chinas, donde va el espacio
acotándose más y más, ciñéndose
a una cuadrada almendra de vacío
en la que todo es íntimo y sensible
a la añorada percepción, el cielo
y el suelo, la ciudad, el edificio,
la planta, el cuarto, el lecho, son tabiques,
progresivos contornos de una carne,
última estancia del saber.

No estamos
juntos, sino trabados, como maclas
de pirita (sistema irregular)
que sueñan con que vientres
y labios se acomoden,
hasta formar el más perfecto sitio
de una desesperada situación.

¿Nunca logran
los amantes, los diestros
en el más hondo menester, su dicha
completa? Siglos llevan pretendiéndola,
y ahora estoy seguro
de que podré, comendador de mármol,
traspasar tu pared, ya trabajada
por dientes y por uñas.

El aguardo
se torna situación: axila, muslo,
senos, vientre, confluyen
en la encantada grieta donde el tiempo se hace
eternidad. Y sigo
ahondando en ti, buscando en ti la cifra
de todo. Y me arrodillo,
y me alzo. Gesticulo
como un torpe feliz que encuentra oro
y lo admira lucir de gloria, y quiere
regarlo con su sangre,
para que luzca más prohibido.

¿Es ésta
la habitación del hombre? En ella gasto
mis años de verdor. El ostensible
vacío luz se hace. Nace el mundo
de nuevo. Ya probado
el fruto está: seremos como dioses.

Poemas y poetas españoles

Casilla de Blas: Poema de Alfonso Canales en español fácil de leer

Alfonso Canales: La Cita

Amor, amor, amor, la savia suelta,
el potro desbocado, amor, al campo,
la calle, el cielo, las ventanas libres,
las puertas libres, los océanos hondos
y los escaparates que ofrecen cuando hay
que ofrecer al deseo de los vivos.
De los vivos, amor, de los que olvidan
que un día no habrá puertas ni ventanas,
ni potro ni raudales de la hermosura
para estos, estos ojos, estos ojos
donde habrá que engastar unas monedas
-y otra bajo la lengua-, por si acaso
al barquero le sirven o al que busque
sueños de ayer, de hoy, bajo la tierra.
Bajo la tierra, amor, trufas, estatuas,
oro, cántaros, dioses
apagados, amor, tesoros, premios
de la ansiedad.
Amor, dame la mano,
no te conozco, amor, no importa, dame
la mano, amor, no la conozco, nunca
importa demasiado conocerse.
Abre los ojos, no, no puedo, abre
la boca, ¿dónde está tu risa, dónde
se duerme tu palabra? Amor, no tengo
más risa, más palabra: Amor.
Te doy,
a cambio lo que esperas.¿Tú lo sabes,
tú sabes lo que espero? Amor, ¿tú tienes
lo que espero? Es amor, amor y el mundo
como está, como es, con estas vías
abiertas con las cosas
que con amor se hacen, con la gracia
de hacer las cosas con amor, con tiempo
para formarlas con amor, con fuerzas,
aguas de amor para apagar el miedo.

Poemas de AmorPoemas y poetas españoles

Alfonso Canales: Qué Indefinible Tristeza

Qué indefinible tristeza, cuando uno escucha
las palabras casi sin sentido
que surten de miles de labios
y que se van, sin orden, amontonando en el aire,
las palabras como insectos que liban
en miles de orejas ambulantes, las palabras
que se disuelven, como olas, sobre la playa de la tarde,
adelgazando, trocándose en espuma,
en humedad, en nada. Y qué tristeza finísima,
qué sombra, qué aire de tristeza,
cuando uno piensa que es imposible comparar
a estos seres que se agitan con las nubes
que circulan por las calles del cielo,
o con el ir y venir del viento
entre las hojas de los árboles.
Y sobre todo, qué inmenso desconsuelo
cuando uno se da cuenta
de que estas tristes reflexiones en torno
a estas criaturas que giran en la tarde
lo han convertido a uno en alguien
infinitamente abandonando, en alguien que,
desde el otro lado del tiempo, escucha,
lleno de soledad, el fragor
de éste monótono rebaño de corazones.

Poemas y poetas españoles

Alfonso Canales: El Lecho

¡Oh soledad, mi soledad, aroma
de la muerte, naufragio
del contiguo vivir, cuchillo, llama,
que corta, quema el mundo y manos, voces
que el mundo alza como alambres para
tender los Paños, las banderas limpias
de la amistad!
¡Oh soledad, presagio
de la tierra movida o de la cal y el canto
clausurados!
La rueca
sigue girando al otro lado de la
cretona distendida como una piel que he puesto
a secar. y los ramos en que abejas,
mariposas quizá, se depositan
ajenas a esta caja donde busco
en vano el sueño.

¿Soy el mismo? El ala
de un instante separa esto que digo
de lo que dije cuando dije soy.
Y no hablemos del día: encontré piedras
sobre las que el silencio reposaba,
hojas secas, mojadas por el riego
de las nubes, vibrantes hojas verdes,
instrumentos ajados, entusiasmos
dormidos, humos, lenguas.

¡Oh soledad, mi soledad, la noche
no te abandona, el sueño se derrama
sobre el clamor atenazado! Vuelco
mi tristeza en las sábanas, abrigo
mi deseo de Dios entre los párpados,
y sigo tiritando de estar solo.

Poemas y poetas españoles

Alfonso Canales: Navegación De La Tristeza

Acediae impugnationem non declinando
fugiendam.
Casiano

Cuando en el río de soledad que, a veces, nos recorre,
un álveo seco, piedras
con huella de lavados imposibles,
verano interminable de guija al sol, de insecto al sol,
de raíz sin esperanza,
notamos una barca por la greda,
que aventa el polvo con los remos podridos de carcoma,
sola bogando, hincando
el astillado palo entre costillas
de calcinadas reses,
es él quien anda.

Y ara
acompasadamente en nuestro espanto,
contra todos los peces,
frente a todos los panes
que son objeto de milagro para las extasiadas muchedumbres.
Él, es él quien navega
entre lo innavegable,
forzado del hastío, entre esturiones de granito y lava.
Él, él, quien contusiona
la brizna
pajiza de la caña, la hoja
terriza de los álamos,
desesperada del ayer que puso
su palma al cielo.

Entonces no hay que huir, hay que sentarse
a ver pasar las malas horas,
la simiente libada por arañas,
por escorpiones y por buitres
que intentan la corola del esparto,
en un invierno sin nieve,
para una miel de cieno que en lentas olas cunde.

Entonces detened la fluxión de la arena,
orad, decid detente,
armaos de los prestigios
que aporta la memoria de las flores;
desanudad las sogas de los cuellos,
que somos para algo,
y evaporad la imagen del Maldito
evocando al Señor, tres veces puro.

Poemas y poetas españoles

Alfonso Canales: Oh Aquellos Días Claros

Oh aquellos días claros de mi niñez, aquellos
días entre jardines, entre libros y sueños,
a qué poco han quedado reducidos: las piedras
brillantes al sol alto del dulce mediodía
-¡qué amarilla se ha puesto de aquel sol la memoria!-,
las pequeñas calizas, los cuarzos y pizarras
polvorientas, suaves, bajo los almecinos,
aún tienen un rescoldo de recuerdo en mis manos;
el jazmín del estío -¡qué fue de aquella nieve!-,
que daba olor de fiesta a la tranquila noche,
aún lo siento en el pecho, cuando cierro los ojos;
y el rumor de las olas, lenta, lejanamente,
en mi interior florece cuando llueve el silencio.
Calor, olor, rumores: a qué poco han quedado
reducidos los días lejanos y felices.

A veces el sonido de una piedra, cayendo
en una verde alberca, me hace creer que nunca
debió formarse un hombre sobre aquel que gozaba
sobresaltando aguas tranquilas. Y quién sabe
si hoy, corriendo esas aguas hacia mares futuros,
también piensan que nunca debieron de ser ríos.

Poemas y poetas españoles

Alfonso Canales: Pájaro Herido

Vuelo inútil: la luna ya ha perdido tu espíritu
y tu canto ya tiene por estela el silencio.
Pronto, estrella llovida, recipiente de nada,
nublarás unas flores o el brillo de una piedra.

Ni un rumor, ni una lágrima multiplican tu muerte,
ni un suspiro da eco tristemente a tu pico:
nadie siente que pierdas tu lugar en el aire
y que, al igual que duermen peces entre las olas
y hombres entre la tierra, no tengas tu descanso
en los azules vientos que acarician tus alas.

Y las nubes ya saben que es tu último,
y que, pronto tu boca la canción de tu vida
cantará silenciosa: pero guardan su llanto,
pero guardan su llanto para los olivares.

Poemas y poetas españoles

Alfonso Canales: Planta Tuya

Tierra mía, florido campo en el que
sepulto mi raíz, los ojos quedan
en la copa, mirándote, y aún viven
la ocasión más que el resto de la carne
vegetal, o se inclinan con la espiga
que el viento del amor amaga, y besan
vibrátiles el muro de las sombras
desde las que me surto de divina
majestad. Tierra mía, acariciada
tierra mía, gritante tierra húmeda,
avariciosa de simiente, canta
tu júbilo, derrama tus olores
íntimos, al contacto con mi agudo
aspirar, toda labios, toda grieta
manante, pues adviertes que progresa
mi condición hasta animal hombría,
y sabes que te sé, campo de urgente
roturación, llorando por mi savia
de hoy. Enredaderas son los tallos
ya, gestos concentrados, brazos, muslos
que atenazan o rozan levemente
con unción, esperando el cataclismo
que nos habrá de sepultar en una
profundísima falla. Suenan músicas,
mas no se oyen. Se alzan las paredes
del mundo, y no se ven. Se prueban todos
los caminos, se afinan los violines
recónditos, e irrumpe la añorada
melodía infinita.

Poemas y poetas españoles

Alfonso Canales: El Poeta Se Lamenta De La Fugacidad

¿Adónde va el amor, por más que duela
el corazón a cada estrecho paso;
con qué peso se hunde, en qué fracaso
el beso se anonada y se cancela?

Abrígalo si puedes: va que vuela
su precario calor, al cielo raso.
Mira que con frecuencia se da el caso
de que a la vuelta el velo se desvela.

¿Adónde vamos a parar con tanta
ráfaga que se va por un postigo,
si el cisne se nos muere cuando canta?

¿Qué puede alimentarnos este trigo
que siempre se nos queda en la garganta?
¿Adónde vamos a parar, amigo?

Poemas y poetas españoles

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