Poemas de Alfonso Calderón para leer.
Qué triste es el sonido
que busca las manos
sin devolver ecos.
Qué poco basta
para entregar un labio
al esquema de un beso.
Y en fin qué solos quedamos
cuando un llanto nos sobra
y es inútil toda huída.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Qué presentido sol
o luna aparecida
dio con el océano de tus lágrimas.
No sé si eras una mariposa
o el límite de una estrella.
Eras tú misma...
Ave que truncó su melodía en este cielo
esculpido de sueños.
Acaso
eras una lágrima de nieve
o una rosa que se desnuda en el alba.
Acaso...
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Vosotros
estáis callados
arcángeles del viento.
No sentís el temblor de unos muslos
ni el clamor de las venas;
no os importa
el latido de una estrella
ni el fin de la espuma.
¿Para qué
iluminar las horas
si no cantáis a la luna efímera
que resbala en el cielo?
Cuando sepáis contemplar
el vibrar de la mejilla
y el caliente esquema de un vuelo.
Cuando podáis presagiar la estrella
en el misterio de una paloma vegetal.
Entonces os comprenderé,
y habrá en el reino de las plumas
otro pretendido pasajero
de la ceniza y el reflejo.
Yo abandonaré la penumbra
de las lentas manos de llanto,
para mezclarme a vosotros
en una rosa de escarcha
o en la agonía de un pez de magnolia.
Y entonces,
entraré al reino del silencio.
Hubo manos que sumergieron fórmulas
y quisieron volar
como aire o corazón interminable.
Hubo instantes
en que el mar se creyó sangre
y buscó las arterias.
............
Por el cielo...
un ángel sonreía.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Una lágrima o un beso.
Un silencio entrecortado en rumores.
Una mano de nieve.
Atardecer.
Cabellera en sombra.
Lento paralelismo de unos labios.
Una hoja que resbala en las pupilas.
Nada más.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Sucede a tu silencio la tristeza;
el ciego lamentar de unos labios
en el rostro pertinaz y retenido
de tu cuerpo eclipsado por el tiempo.
Lejano está el resonar de dos alas
que infinitas nos dieron el amor;
el frágil suspiro adolescente
que súbito llega hasta el sollozo.
Todo pasa.
Ese aire que innominado te habitaba
hoy sucede a la sangre en tu latir;
y al beso una lágrima intacta
reemplaza rumorosa en la garganta,
tal la luz que un día acarició
inerme y pura un cielo indefinido
y en el reflejo de los ojos solos
denominó presencia de tu cuerpo
lo que hoy en el olvido es soledad.
Tú...
en las estrellas.
Yo...
en el agua.
Y así para nosotros
la noche entró a los caminos
como un buey de sombra.
Se aquietaron las voces azules
de los astros lejanos,
y en un temblor de labios
presentí el silencio.
..........
Al despertar
un jazmín de luz en tus palabras.
Nadie...
en las estrellas.
Nadie...
en el agua.
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He visto atardecer tu rostro
en el desvío de unos labios
y al brillo del jazmín.
He visto como a pesar de tu aparición
sobre los cuerpos,
piensas en el fuego y la sangre confundidos.
He visto
que para tu silencio no bastan soledades
ni voces destruidas
y que en un llanto sostienes
las vigilias del alba.
A lo lejos,
mil azucenas te miraban
como en una angustia de hueso.
Poemas cortosPoemas y poetas chilenos
Como una lejanía sin respuesta
estás presente en todo:
en los muslos renegridos de unos árboles,
en la tibia ausencia de unas hojas detenidas
en el cansancio sin forma del ser perdido
habitante mojado de los atardeceres del sur.
Todo está en tu aire tembloroso
con fragancia a lluvia o luna de diciembre.
En tu sabor dulcemente extraño
perpetuando la noche temblorosa
de la infancia extraviada entre los labios.
Eres el anochecer de marzo con sus horas plenas.
Eres musgo o presencia helada
recorriendo no caminos sino cuerpos,
a ratos lentos, a ratos sigilosos
hacia el gimiente pulso de un límite