Temas Poetas

Poemas y poetas chilenos

Gonzalo Rojas: Acorde clásico

Nace de nadie el ritmo, lo echan desnudo y llorando
como el mar, lo mecen las estrellas, se adelgaza
para pasar por el latido precioso
de la sangre, fluye, fulgura
en el mármol de las muchachas, sube
en la majestad de los templos, arde en el número
aciago de las agujas, dice noviembre
detrás de las cortinas, parpadea
en esta página.

Poemas cortosPoemas y poetas chilenos

Gabriela Mistral: Adiós

En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol».
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol».
Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos...
Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!

Poemas de AmorPoemas de Amor de Gabriela MistralPoemas y poetas chilenos

ADIÓS A HÖLDERIN: Poema de Gonzalo Rojas en español fácil de leer

Vicente Huidobro: Adiós

Paris
Una estrella desnuda
Se alumbra sobre el llano

Esa estrella la llevara en mi mano

En Notre Dame
los ángeles se quejan
Al batir las alas nacen albas
Mas mis ojos se alejan

Todas las mañanas
Baja el sol a tu hostia que se eleva
Y en Montmartre los molinos
la atmósfera renuevan

París
En medio de las albas que se quiebran
Yo he florecido tu Obelisco
Y allí canté sobre una estrella nueva

ADIÓS

Llevo sobre el pecho
Un collar de tus calles luminosas
Todas tu calles
me llamaban al irme

Y en todas las banderas
Palpitaban adioses

Tus banderas de los nobles ardores

Al pasar
arrojo al Sena
un ramo de flores

Y entre los balandros que se alejan
Tus balandros que pacen en las tardes
Dejar quisiera el más bello poema

El Sena
bajo sus puentes se desliza
Y en mi garganta un pájaro agoniza

Poemas y poetas chilenos

Ángel Cruchaga: Adoración

Este mi amor no puede volverse un alarido.
A veces en él siento fragancias de ceniza.
Así en el mediodía se quemarán los trigos.
¡Yo no puedo llorar a Dios como las islas!

Atraviesas mi orgullo flameando tan cercana
que me emociono como si yo fuera algo tuyo,
pulsera de tu mano, collar de tu garganta,
y lloro contemplando tus pestañas de humo.

Poemas cortosPoemas y poetas chilenos

Manuel Magallanes Moure: Adoración

Tus manos presurosas se afanaron y luego,
como un montón de sombra, cayó el traje a tus pies,
y confiadamente, con divino sosiego,
surgió ante mí tu virgen y suave desnudez.

Tu cuerpo fino, elástico, su esbelta gracia erguía.
Eras en la penumbra como una claridad.
Era un cálido velo que toda te envolvía,
la inefable dulzura de tu serenidad.

Con el alma en los ojos te contemplé extasiado.
Fui a pronunciar tu nombre y me quedé sin voz....
Y por mi ser entero pasó un temblor sagrado,
como si en ti, desnuda, se me mostrara Dios.

Poemas y poetas chilenos

Advenedizos: Poema de Sergio Badilla en español fácil de leer

Sergio Badilla: Adversario

La humanidad ha quedado vacante. Un mortal aspira
un último soplo de vida
(la vaciedad quimera su certeza
hechiza los artefactos que integran la esencia de su materia).
Nada es ulterior ni siquiera perenne bajo su razón
una mezcla de argumentos de cosas que pasan y cimentan este asombro
con atavíos y pendones
en un fragmento de territorio hostil donde yace
donde reposa donde convalecen sus huesos fríos
Los esqueletos tienen todo la muerte por delante
las osamentas trasponen la travesía de las sombras para abismarse
en el cese de toda energía (cada uno en su heroísmo)

La mochila obscurecida y estéril
siempre preparada para alguna nueva escaramuza
Es sólo un pensamiento que emergió de su cerebro alguna vez
¿En qué lugar nos encontraremos entonces donde no haya repugnancia
para que sepan de mi preñez de loba?
El silencio después de una guerra perdida
es parte del relato del mitómano redundante:
fábula que vence finalmente al adversario
y delira ante la unidad de los sentidos de alguien
que alguno recibe un lanzazo y allí queda tendido boca abajo.
El drama continúa en el mismo escenario y es inmemorial:
la humanidad ha quedado vacante un mortal aspira
un último soplo de vida

Poemas y poetas chilenos

Alfredo Lavergne: Aeropuerto colectivo

En las tontas ciudades vírgenes
De cada instinto surge una ley...
El por fin creo en algo
La puerta del psicólogo
La cola más coca
Los festivales estivales
Las melenas analíticas del ferrocarril subterráneo
Los hombres imaginados que van a la guerra
Los ángeles que nacen para perdonar al soldado.
En esas bobas regiones
Esperan las mujeres y los hombres
Que dirán ser amados.

Poemas cortosPoemas y poetas chilenos

Carmen Berenguer: Afuera sobre los Llampos

Marcial lamento de las horas
transito por un rostro
sin marcas ni pliegues
simulando tus labios
ese gesto

Los ojos vueltos
en el viento escrito: Ondas
La mar pues bramando: Llama
al ojo que le sonríe
por el ojo que dice
al otro ojo
porque los ojos fueron sacados
mamita
para que nunca vieran

Poemas cortosPoemas y poetas chilenos

Nicanor Parra: Agnus Dei

Horizonte de tierra
Astros de tierra
Lágrimas y sollozos reprimidos
Boca que escupe tierra
Dientes blandos
Cuerpo que no es más que un saco de tierra
Tierra con tierra -tierra con lombrices.
Alma inmortal-espíritu de tierra.

Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Dime cuántas manzanas hay en el paraíso terrenal.
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Hazme el favor de decirme la hora.

Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Dame tu lana para hacerme un sweater.

Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Déjanos fornicar tranquilamente:
No te inmiscuyas en ese momento sagrado.

Poemas y poetas chilenos

Pablo Neruda: Las agonías

EN Cajamarca empezó la agonía.

El joven Atahualpa, estambre azul,
árbol insigne, escuchó al viento
traer rumor de acero.
Era un confuso
brillo y temblor desde la costa,
un galope increíble
-piafar y poderío-
de hierro y hierro entre la hierba.
Llegaron los adelantados.
El Inca salió de la música
rodeado por los señores.

Las visitas
de otro planeta, sudadas y barbudas,
iban a hacer la reverencia.

El capellán
Valverde, corazón traidor, chacal podrido,
adelanta un extraño objeto, un trozo
de cesto, un fruto
tal vez de aquel planeta
de donde vienen los caballos.
Atahualpa lo toma. No conoce
de qué se trata: no brilla, no suena,
y lo deja caer sonriendo.

«Muerte,
venganza, matad, que os absuelvo»,
grita el chacal de la cruz asesina.
El trueno acude hacia los bandoleros.
Nuestra sangre en su cuna es derramada.
Los príncipes rodean como un coro
al Inca, en la hora agonizante.

Diez mil peruanos caen
bajo cruces y espadas, la sangre
moja las vestiduras de Atahualpa.
Pizarro, el cerdo cruel de Extremadura
hace amarrar los delicados brazos
del Inca. La noche ha descendido
sobre el Perú como una brasa negra.

Poemas y poetas chilenos

Amado NervoFederico García LorcaGabriela MistralGustavo Adolfo BécquerJorge Luis BorgesLuis de GóngoraMario BenedettiOctavio PazPablo NerudaRosalía de CastroSan Juan de la CruzSor Juana Inés de la Cruz